Mas Que Socios ✓1

|Capítulo 49: "Llamada"|

Desconocido.

— Todo lo que ve aquí cuesta un millón de euros.

Admire con una sonrisa en mis labios, estoy seguro de que a ella le encantara este lugar. Mire al hombre quien me daba un tour por toda la casa que me encontraba comprando, pase mi mano por mi barba ladeando mi cabeza.

— Lo compro — Respondi viendo mi movil la foto. Sabía que esta casa tenía un significado para ella y por eso la había comprado

— Esta casa fue de una pareja muy especial, hace mucho que nadie se ha pasado por aquí a comprarla, me sorprendió mucho cuando me llamo señor.

— Necesitaba otra propiedad y esta me pareció la indicada por sus grandes extensiones de terreno, son perfectas para vivir como rey.

El señor rio, al contrario, yo no le vi ninguna gracia. Soy un hombre perfecto, lo que quiero lo obtengo a como dé lugar y cueste lo que cueste. Si quiero vivir como rey lo hago ya que para eso tengo mucho dinero, pero no la tengo a ella.

— Es bueno saberlo señor, aquí tiene los papeles de la casa

Me entrego unos papeles, mientras yo le pasaba el cheque con la gran suma de euros, si mi madre estuviera viva de seguro estuviera recriminándome por gastar dinero en una mujer y no en ella. Pero lamentablemente no pude dejarla viva.

— Fue un placer volverlo a ver señor, espero que tenga un gran viaje a América.

Alce mis cejas observando firme cuando salió de las instalaciones de la casa. Estoy loco, pero un loco totalmente enamorado, mi madre antes de morir me dijo que si quería algo lo persiguiera sin importar lo que costara, porque yo me merezco todos mis caprichos. Sonreí tomando un cigarrillo para encenderlo y llevarlo a mis labios viendo a mis hombres acercarse para darme detalles de los negocios que he estado evaluando en los últimos días.

— ¿Qué sucede?

Pregunte entregándole los papeles a uno mis hombres de confianza los papeles de la casa. Le di una calada a mí al cigarrillo para luego soltar el humo, y observar con detenimiento a mi hombre con su móvil en mano.

— Señor, hay un video en YouTube que... — Lo interrumpí

— No me interesan los videítos ridículos de YouTube, ya vámonos que el vuelo sale en una hora.

Camine hacia el auto con mis hombres caminando detrás de mí hasta subir a las demás camionetas que me acompañaban. Antes de llegar a mi camioneta el guardaespaldas volvió hablar.

— Pero señor, debería verlo, es algo que le interesara mucho y tiene que ver con sus planes.

Insistió a lo que negué frustrado frené mi caminata girándome para ver su rostro seguro seguido de un video esperando reproducirse.

— Más te vale que sea importante, porque te juro que voy a matarte.

El asintió entendiéndome su móvil, empecé a reproducir el video observando a una pareja en una posición comprometedora. La chica estaba encima de él bebiendo de una copa. La oscuridad no dejaba ver el rostro de la pareja, pero cuando la luz enfoco aún más mi sangre hirvió.

— Le dije que sería muy importante para usted.

Le entregué el móvil, pero después vi algo que me intereso mucho.

Max y ella estaban juntos.

Se lo advertí al muy hijo de puta.

Max Davis.

— Mira nada más eso Max, me siento avergonzada.

Iana veía el video que habían grabado de nosotros en la playa cuando ella estaba sobre mi regazo dejando mucho que desear de ese vestido. No le preste mucha atención porque mi mente estaba esperando que una llamara me alertara de que todo estaba a punto de comenzar.

– ¡Ey! ¿Te encuentras bien?

Pregunto acariciando mi mejilla. Adoraba cuando sus mejillas se tornaban de ese hermoso color carmesí haciéndola lucir tierna y preciosa. Sonreí pasando mi mano por su largo cabello sin dejar de ver sus mejillas.

— Te cuidare siempre — Ella sonrió.

— ¿De verdad estas bien Max? Te ves algo distraído.

Susurro guardando su móvil en su bolso, su mano tomo la mía brindándome apoyo mientras yo me sentía como un completo desgraciado.

— Es solo que cuando regrese tengo mucho trabajo que hacer.

Ella sonrió subiendo y bajando su mano por mi brazo. Su timidez, la forma en la que me daba seguridad me encantaba, aquella chica con carácter fuerte, me cautivo por su personalidad, y un sinfín de cosas más que me costaba para describir.

— ¿Por qué me miras así? — Solté una risa para abrazarla.

— Porque tienes ese don de hacer que me pierda por completo en ti linda.

Ella negó dando un pequeño empujón con su mano. Su manera de lucir tierna, guapa, atrevida, sonsacadora e incitadora me volvía loco. Va a ser muy difícil dejar Iana.

— Me agrada mucho tu compañía.

— ¿Ah sí? Yo pensaba que ibas a decirme que me veo extremadamente atractivo.

Sonrió abrazando con su cabeza recostada en mi pecho. Reí pasando mis brazos por sus hombros y apretarla a mi pecho.

— Que egocéntrico eres.

Comento riendo para luego separarse y caminar a un metro de distancia, mirándome picara.

— Eres tan incitante Iana Bennett.

Ella me sonrió mordiendo su labio dándome la espalda para comenzar a caminar moviendo sus caderas de un lado a otro.

— Ya vámonos Max.

Camine negando con una sonrisa en mis labios para seguirla, ella camino entre las tiendas hasta que decidió entrar a una de regalos. Deje que entrara a la tienda con uno de los hombres que no acompañaban mientras me sentaba en una banca con mi móvil en mano. El sonido retumbo en mis oídos, estaba al tanto que aquel numero solo podía significar una cosa, ya lo sabía.

— Sabes lo que sucederá de ahora en adelante.

— Somos iguales, aunque intentes evitarlo.

— Eres un hijo de puta Max Davis.

Reí haciendo una seña con mi dedo a mis hombres para que me dejaran solos.

— Ella va a ser mía Max.

Pase mi lengua por mi labio inferior metiendo mis dedos entre mi cabello.

— Lamento decirte que ya le he probado, ella ahora es mía.

— ¿Max?