|Capítulo 20: "Fiesta"|

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Iana Bennett.

Mi chofer ya había estacionado enfrente de la nueva empresa de Max Davis. Frote mis manos sobre mis piernas, sentía que mi corazón se iba a salir de mi pecho, ¿Pero porque esa sensación? Antes la sentía, pero después que las cosas se salieron algo de control en Ibiza, y la forma en la habíamos tenido aquel encuentro en mi oficina, me había dejado con el corazón desbocado cada que pensaba en él. Intente verme fuerte frente a todas las personas que se encontraban rodeándome.

Su cercanía me cambiaba por completo, me desconocía cada vez que estábamos en el mismo espacio, Max sacaba esa parte de mí que nunca quise conocer, me descontrolaba y mis pensamientos hacia él se volvían oscuros e inquietantes.

— La estaré esperando aquí señorita.

Le agradecí a mi fiel chofer, que se encontraba a un lado de la puerta con su traje, los flashes de los fotógrafos me invadieron al salir de la camioneta. Me despedí de mi chofer, arreglando la larga falsa de mi vestido, el vestido estaba ceñido a mis curvas haciéndolas un poco más grandes. Coloque mi pequeño bolso sobre mi hombro y dándole una última mirada a mi chofer camine entre los fotógrafos. Ignore todas y cada una de las preguntas de la prensa referente a Max.

Desde un principio supe que no debía venir

Pero aun así aquí estoy. Tenía una razón por la que soportaba lo que la prensa dijera, y era conocer quien es en realidad Max Davis. Caminé entrando a la recepción de la empresa, todo era tan extravagante, y tan lujoso, se veía hecho a la medida, las mesas de cristal, las paredes blancas, las cortinas en perfecto estado y sin una arruga. Todo es tan perfecto que parece mentira. Estaba tan concentrada en el lugar que no me fije cuando una mano tomo mi muñeca, rápidamente me gire encontrándome con Connor totalmente serio.

— ¿Qué haces Iana? — Susurró mientras quedaba enfrente de mí, lo miré con una sonrisa mientras rodaba los ojos.

— Sabes perfectamente que hago aquí Connor.

— Esto va a traerte consecuencias Iana... te dije que te alejaras por tu bien — Respondió pasando una mano por su rostro con frustración. En cambio, pase mis manos viendo como su corbata estaba descolocada en su lugar para luego dejarla en perfecto estado.

— Connor, todo estará bien, solo necesito hablar con el nada más — Susurre viendo de reojo como en la entrada los ojos fríos de Max me recorrían.

— Y hablar seria terminar en su cama y luego tu destruida.

— Ya déjate de tonterías Connor, no pasara nada...

Respondí a lo cual solo suspiro dándose por vencido para luego pasar su mano por mi cintura, y el silencio comenzamos a caminar por todo el lugar saludando a varios conocidos. Los minutos pasaron y mi mirada se encontró con los ojos oscuros de Marce, me sonrió caminando entre la gente hasta llegar a donde Connor y yo nos encontrábamos.

— Bienvenida señorita Iana.

— Gracias Marce, estas hermosa.

Sonreí. Marce llevaba un vestido de mangas largas con un escote no tan pronunciado en su pecho pero de igual forma lo hacía resaltar mucho, la falda le llegaba cuatro dedos por encima de la rodilla, y sus tacones alargaban sus piernas.

— Él es mi amigo Connor.

Connor extendió su mano dándole una sonrisa agradable. A lo lejos vi como Max me observaba, e inconsciente mordí mi labio inferior para volver a fijar mi vista en Marce hasta que otro cuerpo se colocó a su lado. Alce mi mirada encontrándome con los ojos inexpresivos de Max, su perfume fue lo primero que entro por mis fosas nasales, es tan adictivo ese olor, mordí mi mejilla interna cuando su mirada se posó en la mano de Connor sobre mi cintura y lo miro con molesta.

— Ustedes harían una pareja muy hermosa... — Susurró Marce sonriendo.

— ¿Verdad que se verían hermosos juntos Max?

Hablo girando su rostro hasta encontrarse con Max. Él nos miró a los dos y luego a su hermana, me quede inmóvil en mi lugar, los nervios habían regresado y la presión en mi pecho se hizo presente en el momento que sus palabras salieron de su boca.

— No lo sé, y tampoco me importa Marcela. Nos vamos.

Tomo a Marce por la cintura y se la llevo lejos de nosotros, Connor y yo nos miramos confundidos. Era obvio que no quería que Marce estuviera con nosotros, mire a Connor quien negaba en un murmullo advirtiéndome que no lo hiciera pero no le hice caso.

— Mierda Iana, ¿siempre eres tan terca? —Exclamo furioso apretando mi muñeca.

— No lo entiendes Connor — Murmure observándolo a los ojos, la molestia que estos me trasmitían no me Iana detener para lo que debía hacer.

— Claro que te entiendo Iana. Te gusta Max eso es muy evidente.

— ¿Entonces por qué te molestas? — Pregunte con voz susurrante.

— Porque sé que cuando esa atracción que sientes por él se intensifique, vas a salir lastimada... Y no voy a poder protegerte.

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