|Capítulo 64: "Me enamoraste"|

750 32 0
                                    

Iana Bennett.

A Lily le surgió un inconveniente y por lo tanto no pudo venir a nuestro encuentro para leer los documentos que se encontraban en mi correo. Me sentía sola, Max no me había llamado en toda la mañana, y comenzaba a extrañarlo. Con Lily habíamos dejado nuestro encuentro para otro momento, por lo tanto, había dormido en su departamento toda la mañana.

Ya era hora del almuerzo, estaba nerviosa, sabía que Max era capaz de cualquier cosa y lo confirme en el momento en que le dijo a su guardaespaldas que le informara de todo lo que sucediera. Me baje del auto aun molesta, no sabía que iba a pasar con mi vida, por más que le rogué al guardaespaldas que se quedara logro frustrarme cuando entro conmigo, busque con la mirada el traje azul que Andrés solía cargar puesto y lo encontré sentando con una carpeta.

El guardaespaldas aviso que estaría cerca pero no le preste mucha atención ya que fui directo hacia la mesa sentándome enfrente de él.

—  Hola hermosa Iana. 

—  Ve al grano Andrés, de verdad no tengo tiempo.

Respondí cuando intentó besarme en la mejilla, automáticamente vi al guardaespaldas viéndome serio y asintiendo. Esto era lo peor que podía pasarme en la vida, ser vigilada por un hombre de negro.

— Cierto, tienes novio, lo lamento. Tenía que hablarte de algo muy importante.

—  Pues dilo, no me puedo quedar almorzar, debo volver a casa pronto — Conteste incomoda viéndolo abrir la carpeta.

—  Ok, seré muy claro en lo que te diré... Antes de que tu padre se fuera de viaje, me dijo que te recordara leer la carpeta que había dejado en tu departamento — Fruncí mi ceño, ¿otra vez la carpeta?

—  ¿Qué tiene esa carpeta?

—  No lo sé, me dio mucha intriga, incluso lo encontré en su oficina en estos días hablando con un abogado, él estaba furioso de que fuera entrado en su oficina sin avisar, y le estaba entregando unos papeles y un contrato muy extraño — Mordí mi labio pensativa.

—  ¿Sabes dónde se encuentra? Eres el abogado de la empresa debes saber a donde fue.

— Era el abogado, te recuerdo que nos despidieron a todos, y la verdad es que no, dijo que iría a un viaje de negocios pero que le llevara mucho tiempo cerrar el trato. Mira Iana, así como tú te sientes confundida, yo también lo estoy. Y como amigo y abogado te digo que hay algo muy chueco en todo lo que está pasando. Tu solo piensa en lo que te digo.

Asentí confundida cuando dio por finalizado nuestro encuentro. Me despedí con un asentimiento saliendo del restaurante totalmente perdida de mi misma. No tenía claro que pensar con respecto a todo esto, mi cabeza daba vueltas sobre todo este asunto, desde que llegue aquí, ¿Qué tenía que ver esa dichosa carpeta? Me intrigaba mucho saberlo.

—  Llévame a la empresa de Max.

—  Si señorita.

Al llegar a la empresa, subí por el ascensor hasta llegar a su piso, me incomodaba muchos las miradas de todo encima de mí, y aquí el guardaespaldas sí que me dejo sola, sin decirle nada a la secretaria de Max, que creo que ya debe de saber lo que sucede entre nosotros, toque la puerta escuchando hasta tener su afirmación.

Él estaba de espaldas y por lo tanto no podía verme. Cerré la puerta con seguro viendo cómo se sentaba en el sillón de su oficina. Deje mi bolso en suelo con cuidado caminando por la oficina oyendo el sonido de los tacones hacer eco por la gran oficina de mi novio, pase mis piernas por cada lado de sus caderas sentándome en su regazo.

—  ¿Sabes por qué no me preocupo de que sea otra mujer? Porque la única que usa ese perfume es mi novia — Mis manos fueron hasta su corbata comenzando a quitarla lentamente.

—  Pensé que irías a buscarme. 

— Tuve un problema linda — Susurro viéndome con pretensión en sus labios sintiendo mi respiración agitarse. Acerco su boca hacia mi oído y me susurro. —  Pero ahora sube esa faldita y déjame volver a probarte.

Asentí mordiendo mi labio de forma inocente. Sus manos tomaron mi cintura atrayendo hacia el empezando a juntar nuestros labios en un pasional beso. —  Te codicio Max.

Mis manos fueron directo al cinturón de su pantalón desabrochándolo hasta retirar el botón y bajar zíper. Sentí su erección entre mis piernas y perdí la razón. Max bajo su bóxer colocándose un preservativo que provenía de su pantalón y comenzó a embestirme.

Max tomo mis caderas guiando mis movimientos de una forma lenta pero salvaje. Apretó mi trasero con fuera absorbiendo mis senos e incluso morder mi pezón con desesperación.

—  ¿Sabes cuál es la mejor parte de todo esto? — Negué sintiendo el roce de sus labios junto a los míos mientras me embestía aún más fuerte haciéndome gemir con desenfreno. Mordió mi piel con fuerza mientras me aferraba a sus hombros.

—  Que a pesar de todos los problemas que hemos tenido desde que nos conocimos, me sigues enamorando y te sigo queriendo desde el primer día linda — Beso mis labios mientras yo sonreía como estúpida.

—  Me enamoraste Iana Bennett.

Mas Que Socios ✓1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora