|Capítulo 16: "Campaña"|

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Iana Bennett.

Dos días. Dos benditos días sin resolver el papeleo para el nuevo gerente. Habían arrestado al ex gerente el señor Garcés, por maltrato laboral, también por robo de dinero, nada mas ayer que revisé la contabilidad de la empresa me llevé la sorpresa de que faltaba mucho dinero y que por esa razón los empleados no estaban recibiendo su pago mensual. Junto al contador y el financiador habíamos arreglado ese asunto, cada empleado tenía el dinero correspondido en su cuenta, pero solo me faltaba el papeleo del gerente.

Mi padre me había llamado apenas se enteró por la TV que el gerente estaba en la cárcel, se había preocupado mucho por lo que estaba pasando e incluso había pensado en venir a Londres, pero lo detuve haciéndole creer en que debía estar presente en la empresa mientras yo resolvía esto. Apenas terminara el papeleo me iría a Seattle. Suspire mientras colocaba mis codos sobre el escritorio, necesito a alguien que sea capaz de poder hacer que haga que esta sucursal crezca y se convierta en otra de las más conocidas al nivel mundial. Nada más eso quería, que la empresa creciera con una persona que de verdad supiera manejar... Entonces lo supe. Tome mi móvil marcando rápido su numero

— Dime Iana — Respondió con esa voz tranquila y confiada. Es perfecta.

— Ven a la oficina un momento.

Deje el móvil en su lugar, mire sonriente al chico de recursos humanos quién me miraba sumamente confundido, le dedique una leve sonrisa para tranquilizarlo cuando escuché la puerta ser abierta. Cristina cerró la puerta tras su espalda y caminó hasta quedar frente al escritorio.

— Aquí estoy señorita — Solía llamarme así enfrente de algún empleado, puesto que a nadie le daba la confianza de llamarme por mi nombre en la empresa. Mire al chico haciéndole una seña con la mano.

— Dame los papeles — Los sacó de su maletín y me los entregó, Cristina seguía confundida, con una expresión de querer saber lo que estaba pasando en sus narices. Tome un lapicero que se encontraba en un lado del ordenador y los puse enfrente de ella.

— Este es tu nuevo ascenso.

Sonrió emocionada cubriendo su boca con sus manos, en sus ojos se veía un brillo muy bonito, me gustaba ser esa clase de persona que ayuda a la gente sin pedir nada a cambio. Ella me había dado su lealtad, y siempre he confiado en ella para todo. Firmó los papeles con rapidez y el chico se despidió dándole sus felicitaciones para luego dejarnos solas.

— ¡Gracias Iana!

— Confió mucho en ti para este puesto — Sonreímos y me levante para darle un abrazo.

— No le fallare señorita Iana.

— Eso espero.

Con el pasar de los minutos y antes de que cristina se instalara en su oficina le había pedido que contactara con Marce, la hermana de Max. Cuando me comento su nombre no pude evitar sentirme confusa, no sabía que Max tenía una hermana y cuando ella me mostro su foto junto a él la incomodidad me inundo. Bueno, en realidad no conocía nada de él. Marce no se parecía en nada a Max, su personalidad es bastante carismática y única.

— Buenas tardes señorita Iana.

Saludó Marce. Hice una seña y se sentó en uno de los asientos frente al escritorio. Puse mis codos en la mesa, junte mis manos y apoye la barbilla para mirarla con una sonrisa. Marce me agradaba y agradecía que no hubiera mencionada a Max en ningún momento.

— ¿Cómo te ha ido?

— Me cuesta un poco conseguir trabajo, pero poco a poco lo tendré.

Asentí con una sonrisa. Luego de que Marce y yo conversáramos el día de mi llegada, ella me confirmo que renunciaría sin razón algo, intente varias veces convencerla de que se quedara en la empresa, pero fue en vano, simplemente no acepto

— Tengo un amigo en Seattle que busca modelos para su nueva campaña. Si esta interesa puedes decírmelo — Ella abrió sus ojos con emoción, la sonrisa en su rostro me había indicado que le había encantado mi propuesta.

— Te aseguro que estas en buenas manos.

— E-es maravilloso. De verdad muchas gracias por la oportunidad. Siempre he querido trabajar como modelo — Balbuceo sin borrar la sonrisa de su rostro. Sonreí de boca cerrada.

— ¿Aceptas? — Asintió eufórica.

— Mi madre estará feliz. ¿Cuándo tendría que irme?

— Para el miércoles, las prácticas son dentro de una semana.

— Es todo lo que siempre he querido... Gracias Iana — Sonreí, entregándole la tarjeta de Connor.

— No hay nada que agradecer... — Iba a responderme cuando el sonido de su móvil la interrumpió, frunció su ceño al verlo. Me miró apenada dando una pequeña disculpa, contesto su móvil mientras yo terminaba de arreglar todo para ir al aeropuerto.

— ¿Ahora qué quieres Max? — Me estremecí al escuchar su nombre. Ella me miro rodando sus ojos y le sonreí falsamente — Estoy en una reunión de trabajo... No tiene por qué importarte con quien estoy... Si le dices a mama te voy a golpear Maximiliano y le voy a decir también lo que tú haces, así que deja de molestarme —

Me sentía incomoda de escuchar la conversación, pero algo que me dejo bien intrigada fue con saber aquello a lo que Marce lo había amenazado.

— A veces no lo soporto, es tan controlador.

Pasé una mano por mi frente sonriendo con fastidio, eché mi cuerpo hacia atrás recostando mi espalda a la silla, mientras un susurro escapa de mis labios.

Max me está volviendo loca.

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