Max Davis
— Ya está lista la camioneta señor.
— Tranquilo Fabio, hoy quiero manejar, podrías arreglar mi deportivo, y quiero una camioneta que vaya detrás cuando este manejando, sabes que me están vigilando.
— Como ordene señor.
Tomo mi chaqueta debido a que el clima ha estado lo cambiando en tan solo cuatro dias que llevo en esta ciudad. Miro la hora en mi reloj notando como la juntan empezará en tan solo media hora y la lluvia estaba liviana. Baje por las escaleras de la casa que apenas ayer habían amueblado, los decoradores se esparcen por cada espacio de la casa llevando sus implementos hacia el área de la piscina y no paraba de pensar en Iana Bennett.
Alguna idea debe de ocurrirme para tenerla en privado.
Sonreí. No me había dado cuenta que mientras pensaba ya estaba en la salida, Fabio sacó dos sombrillas, y me cubrió con ella mientras me subía en el auto, vi la camioneta detrás de mi auto deportivo, me hizo cambio de luces y empecé a manejar dejando que el sonido del motor apacigüe mis pensamientos.
•••
Al llegar a la empresa había dejado de llover, baje poniendo la alarma, y le di una mirada de advertencia a mis guardaespaldas para que se mantuviera en alter ante cualquier señal de alarma. Caminé dentro de la recepción viendo varios pares de ojos observándome, llegué hasta el ascensor con en silencio y pulsé el botón del ultimo piso, las puertas se estaban cerrando pero un pie se interpuso antes de que se cerraran. Se volvieron abrir y vi a una mujer pelinegra, de ojos y con un buen físico sonriendo.
— Lo siento es que debo subir... Oh vas al mismo piso — Ella se puso a mi lado la mire sin decirle nada, el sonido de su móvil la interrumpió y encendió su pantalla. Una sonrisa se formó en mis labios al ver su foto de fondo. En la foto, se veía Ella e Iana en traje de baño, estaban de espaldas y solo pude ver el trasero bien formado de Iana.
Ahora nadie me iba a detener de tenerla para mi.
El ascensor ya había llegado al piso y ella caminó hasta la oficina de Federico, seguí mi caminó hasta la sala de juntas. Al estar dentro había varios hombres, vi a Dylan sentado hablando con unos inversionistas. Salude formalmente y me senté en silencio, siete minutos después los principales personajes de la junta habían llegado.
Nunca había sentido una atracción hacía alguna mujer de la manera que la siento con ella. Esa ropa que llevaba puesta se le veía muy bien, y sus labios se veían jodidamente provocativo a ese maquillaje ligero, y su largo cabello suelto.
— Lamento la tardanza. Empecemos rápidamente la junta — Habló Federico sonriendo.
— Primero quiero decirles que recibí una llamada muy importante esta mañana, la construcción del hotel en Ibiza está terminada — Su voz suave y dulce. Ella hablaba sin miedo y con mucha seguridad.
— ¿Cuándo será la inauguración? — Un hombre de mayoría de edad había preguntado mirándola serio. Ella sonrió y se acercó a la pantalla.
— En dos semanas. Tres días para la decoración de interiores y el resto sería para el personal del hotel junto con los arreglos para la inauguración.
— Me parece excelente. Podríamos ir personalmente todos a retomar algunos días de vacaciones ¿No creen? — Otro hombre había hablado. Mientras yo escuchaba y observaba todo.
— Me parece muy buena idea, esta construcción ha llevado meses — Federico respondió sonriendo, pero yo solo quería obsérvala todo el tiempo.
— Entonces... Nos veremos en la inauguración. Lo segundo que quiero conversarles es respecto a los nuevos socios de la empresa, Dylan Stone y Max Davis.
— Es un placer — Respondí por parte de Dylan y por mi parte.
— Hija ¿trajiste los papeles? — Ella negó con una sonrisa tímida agachando su cabeza.
— ¿Puedes ir a buscarlos? —inquiere en una sonrisa y de manera inconsciente me levanto de mi asiento captando la atención de todos.
— Claro, será rápido.
— Discúlpenme, no tardo — informo con un asentimiento saliendo detrás de ella.
Ladeo mi cabeza en el momento que la veo adentrarse a su oficina y al verificar que nadie se encontrara observándome, me adentre en silencio cerrando la puerta con pestillo logrando que Iana Bennett de un respingo ante mi presencia.
— ¿Q-que haces? — Tartamudeo nerviosa mientras me acercaba a ella, retrocedió hasta quedar recostada del escritorio.
Relamo mis labios con suavidad acortando nuestro espacio dejando que su olor dulce impregne mi nariz, mis dedos se deslizan por su cuello y percibo como se agita ante mi tacto. Muerdo mi labio sin apartar mis ojos de aquellos rojos labios, por lo que en silencio acaricio un mechón de su cabello antes de que cometa la locura de tomarla aquí.
— ¿Estas bien? — Pregunté en una sonrisa cuando me acercaba más a sus labios.
— En perfecta condiciones — miente, de manera que sonrío divertido.
— Ambos sabemos que quieres que te bese, linda.
— Serás tú que quieres eso — Coloque mi mano en su cintura, notando como se remueve incomoda.
— Tus ojos y la manera en que tu respiración sale agitada de tu boca te delatan.
— No me tomes por idiota, no soy igual a las mujeres con las que acostumbras a estar.
— Pero serás la primera Iana.
— Me siento halagada Davis, pero no te lo dejaré fácil.
— Me gustan los retos, y tu serás uno muy placentero.
— Quiero verte intentándolo — Sonreí y me acerqué a su oreja...
— Veamos cuando aguantas — Me separe un poco de ella bajando mi rostro por su mejilla hasta dejar un beso en su cuello. Escuche un jadeo salir de sus labios y supe será muy fácil de lo que imaginaba. Me separe, la mire a los ojos con una sonrisa de lado y ella solo agachó su cabeza.
Se acomodó inclinándose de espaldas sobre el escritorio dejando me tener una excelente vista de su trasero. Se incorporó de nuevo con una carpeta en sus manos y sin decir ni una palabra caminó hacía la puerta con sus manos temblorosas. Abrí la puerta y ella salió rápido. Caminé detrás de ella hasta que llegamos a la sala de juntas otra vez.
— Lo siento, los papeles no estaban su oficina.
Se disculpó y todos asintieron, ella me miró y solo pude sonreírle al ver sus mejillas rojas.
— Ah... Estos papeles son algunos proyectos que tengo en mente, son para que los revisen con calma y cada uno de su opinión acerca de los proyectos.
Una secretaría repartió los papeles. Y tomé los míos. Ella se acercó y le susurró algo a su secretaría haciendo que saliera de la sala. Aproveche la situación.
— Terminando ya la junta, quisiera aprovechar que están invitados a la fiesta de celebración sobre la nueva unión de estas dos grandes compañías, la celebración se llevara a cabo en mi nueva casa. Están cordialmente invitados.
Algunos socios afirmaron que irían, todo salió más que perfecto. Por la puerta entro la secretaría con una botella de champan, y otra chica con copas. Sirvieron el champan en cada copa para luego retirarse.
— Por el crecimiento de nuestros proyectos y compañías, ¡Salud!
Todos alzamos las copas para seguido de esto comenzaron a darle un sorbo. Vi a Iana y lleve la copa hasta mis labios empezando a beber del contenido sin dejar de mirarla, notando comp si expresión se volvió irritable en cuestión de segundos.
***
Es inevitable no sentir atracción hacia Max.
¿De dónde son? Comenten su país💜
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Mas Que Socios ✓1
Любовные романы"No concordaban mucho. De hecho, casi nunca corcondaban. Siempre se peleaban. Y se retaban uno al otro cada día. Pero apesar de sus diferencias, tenían algo importante en común. Estaban locos el uno por el otro". - Diario de una pasión. Esa frase en...