Capitulo 8

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Iana Bennett

— ¿Por qué tendría que subir a tu auto? — Pregunte seria mirándolo y el sonrió.

Justo ahí quería golpearlo. En su endemoniada sonrisa.

— Sube, te llevare.

— Estoy esperando un taxi, no tienes por qué molestarte en llevarme a casa.

— Que tonta eres. A esta hora no pasan taxis.

Tenía razón, ya ningún taxi trabaja a esta hora, y la calle en donde vive Lily es un poco alejada, a comparación de mi casa, que queda en una villa cerca del centro de la ciudad. Lo pensé por un instante, y con nervios acepte.

— Bien —Subí en el auto poniendo el cinturón, cerré la puerta con delicadeza ya que es auto es hermoso, pero el dueño no le favorece. Empezó a conducir y ninguno decía nada. A los minutos llegamos a un restaurante, y yo fruncí el ceño girando mi rostro para verlo, pero antes de hablar y quejarme él se interpuso

— Tengo hambre, vamos — Me baje del auto, y caminamos juntos hacía la entrada, donde un chico nos atendió.

— Muy buenas noches señor Davis, su mesa se encuentra lista — ¿Había reservado una mesa? Me late chocolate que me quería invitar a cenar.

Una chica nos llevó a la mesa, no lo voy a negar, ella es hermosa, su cuerpo es espectacular y su traje le sienta bien. Vi de reojo, como le echaba ojitos a Max, y Max la miraba con esa sonrisa asquerosa. Carraspeé un poco y ellos dejaron de mirarse como si quieran comerse. La chica nos dejó en la mesa y se fue a buscar las tarjetas, nos sentamos y nos quedamos mirando.

— ¿Porque me trajiste aquí?

— Porque tengo apetito.

— Mira Max, está bien si te quieres disculpar — La figura de la mesera nos interrumpió. Yo suspire mientras ella nos entregó las cartas moviendo su cuerpo disimuladamente para que Max la viera y lo cual hizo.

— Para ti guapo, y para tu hermanita.

— Soy solo su socia — Recalque y ella me fulminó con la mirada. Su rostro lucia con desagrado total, y la verdad no me importaba lo que estuviera pensando.

— Dile al chef que nos sorprenda. Y tráeme una botella de vino, la mas costosa de preferencia.

Ella asintió y se volvió a ir dejándonos de nuevo solos. Pude observar a Max, quien vestía, pantalón ajustado, camiseta polo blanca, chaqueta de cuero y zapatos casuales, e inconsciente muerdo mi labio inferior.

— Tal vez si quise invitarte a cenar. Pero no para disculparme porque siento que lo que dije es verdad. Sino para conocerte.

— No creo que te merezcas conocerme — Susurre con molestia y él solo rio. Un chico nos dejó la botella junto con las copas, empezó a servir el vino en ellas. Tome la mía y bebí viéndolo a los ojos.

— Eso dices tú linda... en fondo, quieres que te conozca — Hablo con arrogancia bebiendo de su copa de vino sin dejar de mirarme fijamente.

— Mira Max te dejare algo muy claro, no me agradas y no me interesa conocer a alguien arrogante que se cree superior a las personas.

Agradecí que sirvieran la comida, y admito que se veía deliciosa, tenía mucha hambre ya que solo había almorzado y Lily solo pide comida a domicilio. Empezamos a comer de una manera tranquila y en silencio. Sin embargo, con el pasar los minutos notaba que Max no dejaba de mirarme. Mi comentario lo había dejado sin palabras y me di cuenta que en ese momento que las cosas para el habían quedado muy claras, solo somos socios.

Mas Que Socios ✓1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora