Iana Bennett
— Te encontré — Ese susurro me había dejado helada, no sabía que hacer o cómo actuar, era él, el mismo que se encontraba tocando mi cintura y apretándome contra su fuerte cuerpo.
— ¿Qué haces aquí? ¿Me buscabas? — Negué con los ojos cerrados sintiendo el calor que emana su cuerpo.
Mi respiración estaba incontrolable, tanto que pensé que me desmayaría...
— Debo irme — Me gire quedando de frente con esos ojos intimidantes. Intento alejarme de el pero me presiona suavemente ladeando su cabeza con una sonrisa lasciva.
— ¿Acaso quieres besarme? — negué separando mis labios mientras me hundo en el destello de sus ojos — Porque yo si me muero por probar esos carnosos labios — Sentí un extraño cosquilleo en mi estómago, él sabía que causaba un gran efecto sobre mí y no podía dejar que cometiera una locura.
— Necesito... Mi... Espacio personal — susurro en una voz lenta y agitada. Su rostro estaba cerca del mío, y su sonrisa me traía desconcentrada con respecto a lo que estaba sucediendo... ¡No sé porque acepte venir!
Oh si, ya lo recuerdo. Mi padre.
— Si tanto quieres espacio personal... ¿Por qué no haces nada para tenerlo?
¡Porque necesito sentirte cerca joder!
Su aliento a menta fresca chocaba con mi rostro lo tenía a solo unos pocos centímetros pero la pregunta era... ¿Por qué no quiero alejarme? Cuando estuve con Tony nunca deje que me tocara, y cuando nos besábamos me sentía incómoda, razón por la que casi nunca nos besábamos. Pero Max era diferente, me hacía tener una pizca de tranquilad y seguridad al estar en esta situación... Es como... Si quiera explorar mas de lo que ya he vivido.
— Ni se te ocurra besarme — Él sonrió, creo que nunca me cansaré de ver su sonrisa es tan sensual e incitadora. Tiene un rostro tan perfecto.
— Lo deseas Iana, porque si no quieres que te bese, ya estarías a unos cuantos pasos lejos de mí... Pero aquí sigues. Soy un hombre de poca paciencia así que... — Lo interrumpí dejando un beso corto en sus labios, él sonrió chasqueando su lengua y me miró molesto.
— Eso no es un beso Iana. Esto es un beso...
Intenté quitar sus brazos alrededor de mi cintura, pero era más fuerte que yo y no pude hacerlo. Al sentir sus labios sobre los míos cerré mis ojos dejándome llevar por la sensación inexplicable.
El beso era divinamente caliente, su lengua pidió permiso para entrar en mi boca y accedí profundizando más el beso mientras mis manos se pasean por su cuello, me teletransporto a sensaciones irreconocibles y excitantes.Lamentablemente por falta de aire nos separamos pero deje una leve mordida en su labio inferior a lo cual él sonrió.
— Yo mejor me voy.
Mis mejillas estaban rojas, aunque por la oscuridad no se notaban mucho. Un repentino y fuerte calor comenzó a invadirme de repente. Carajo, apenas y lo conocí ayer y estoy en su habitación, ademas que me ha besado de una forma que ¡Dios, es increíble como mueve esa lengua! Caminé hacía la salida del armario pero antes me gire para verlo con una sonrisa de satisfacción.
— ¿Por qué haces esto?
— Porque quiero que seas tú Iana.
— ¿Eso qué quiere decir?
— Nada...
— No volverá a repetirse.
— Pues no, no sucederá de nuevo — coloco sus manos dentro del bolsillo de su pantalón, y con tranquilidad murmuró — Soy más de sexo Iana, no creo que sea algo que quieras para ti —
— ¿Sabes? Prefiero seguir siendo virgen, y que cuando me entregue a un hombre, sea solo a él, que andar teniendo sexo con cualquiera. Eso no es para mí.
— Iana, solo intentas ocultar bajo esa fachada de vergüenza que te mueres por explorar el placer, tener un orgasmo, que arrebate cada parte de ti, pero temes mostrar en realidad de lo que eres capaz.
Abrí mis ojos ofendida — Yo no oculto nada Max.
— Si claro, solo sal de aquí.
La ironía de sus palabras habían hecho que saliera hecha una furia de la habitación, caminando por donde mismo había subido, al llegar al final de las escaleras me encontré a mi padre hablando con una mujer de tez blanca muy hermosa, me acerque a él forzando una sonrisa.
— Lamento interrumpir papá, yo me iré a casa, quiero descansar.
Él me miró confuso y asintió dejando un beso en mi frente. Caminé hasta la salida y el chofer estaba fuera de la camioneta, me acerque hasta el quien al verme me abrió la puerta en silencio. Agradecí su gesto cuando cerró la puerta y rodeo el auto para luego comenzar a conducir.
Cerré mis ojos recostando mi cabeza en el asiento, dejando que ese beso llegara a mi mente sin yo permitirlo. Negué rápidamente, solo me deje llevar por sus labios pero él lo dejó muy claro, simplemente me veía como un juego. La manera en que había dicho que todo lo que sentía respecto al tema era una fachada me había afectado de cierta manera, porque tenía toda la razón.
Max solo quiere provocarme.
Entonces el reto de Lily llego a mi mente. Maldije internamente soltando un suspiro frustrado, ahora no sabía si seguir eso o simplemente dejarlo. No siempre he sido tímida, y me molesta que diga esas estupideces, porque sé que cuándo me propongo algo lo cumplo. Sin embargo, ahora me veía en la obligación de decidir si lo tomo, o lo dejo.
ESTÁS LEYENDO
Mas Que Socios ✓1
Romance"No concordaban mucho. De hecho, casi nunca corcondaban. Siempre se peleaban. Y se retaban uno al otro cada día. Pero apesar de sus diferencias, tenían algo importante en común. Estaban locos el uno por el otro". - Diario de una pasión. Esa frase en...