20. Vivámoslo

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La hora del almuerzo no fue diferente del desayuno, Chanyeol y los invitados se sorprendieron gratamente por la buena comida. No era ningún platillo lujoso, era más bien comida casera con sabor a hogar.

Los señores Park fueron muy diplomáticos, estaban advertidos por Chanyeol para no abrumar a Baekbeom con preguntas, insinuaciones o comentarios negativos. La recuperación del chico era un proceso lento y, aunque les costaba creer en su lado dulce, al igual que a Sehun, las acciones les demostraban que en verdad parecía otra persona.

La señora Park estaba particularmente estupefacta por la chispeante alegría de Rosé junto a su madre y la complicidad que compartían los dos. Era una hermosa escena que Boah pensó que nunca llegaría a presenciar, por eso, estaba temerosa del momento en el que acabara y su preciosa nietecita volviera a sufrir.

El momento de la torta fue lo más extraño, Yuri les juró con sus manos sobre la biblia que ella no había intervenido, todo fue obra de Baekbeom y Rosé, autonombrada su asistente. Aun así, el postre tenía calidad profesional y Baek simplemente dijo que había seguido la receta al pie de la letra y había tenido mucha suerte.

La señora Park prefirió marcharse lo más pronto posible porque se sentía demasiado incómoda mirando a Baekbeom, ella no encontraba a su yerno en esa persona, al contrario, solo acumulaba diferencias. Ese diminuto lunar sobre el labio que el maquillaje no cubría, sus muslos más rellenos, la voz más dulce y cantarina, ese callo en el dedo corazón producto de escribir mucho, sus uñas cortas y poco tratadas, y, especialmente, esa mirada limpia y clara, sin rastro de altivez o prepotencia.

Este no era Baekbeom y ella lo iba a comprobar a como diera lugar.

La invitación que Chanyeol le hizo a Baek para que lo acompañara a su reunión de la noche, hizo demasiado feliz al doncel, aunque no tuviera ni la menor idea de lo que debía o no hacer en ese lugar, él simplemente quería brincar porque su esposo pensaba llevarlo con él. Luhan le ayudó a ponerse una faja dura que mantuviera su torso inmóvil y a escoger una ropa adecuada, algo que lo hiciera ver hermoso sin caer en lo provocativo porque sería peligroso.

Finalmente, se decidieron por un traje de dos piezas de color vino con solapa de satín negro que resaltaba todas sus bonitas curvas y escondía a la perfección sus lesiones. Luhan notó lo avergonzado que se sentía Baek cuando alguien miraba sus muñecas lastimadas así que encontró unas lindas pulseras que las escondieran y le dieran más seguridad en sí mismo. Lo ayudó a maquillar y lo convirtió en el Baekbeom de siempre, completamente espectacular y deslumbrante.

Chanyeol estuvo de acuerdo en que se veía maravilloso y se deshizo en elogios, amaba ver los sonrojos de su pequeño esposo cada vez que le decía lo precioso que era o lo mucho que quisiera quitarle la ropa y hacerle otras cosas. Baek lucía absolutamente hermoso con sus mejillas coloradas, esa sonrisa pudorosa y los ojos brillantes. Era su imagen favorita del mundo.

La llegada al club fue silenciosa, el sitio estaba más rodeado que la casa y tenía un anuncio de fiesta privada que desanimaba a las personas que querían ingresar. Baek quedó aturdido con la manera en la que todos los reverenciaban y abrían paso para ellos, Chanyeol parecía un rey, se comportaba como uno caminando erguido en toda su altura, con una expresión seria e imperturbable, como si pudiera dominarlos a todos.

Baek estaba seguro de que era así, esos hombres harían cualquier cosa que Chanyeol les ordenara.

Luhan y él fueron dejados por un momento en el salón principal del tercer piso, allí serían cuidados y atendidos mientras la reunión más importante se efectuaba en el salón privado del mismo piso.

─Park.

─Kim.

Los dos hombres se estrecharon la mano con total solemnidad, como si se tratara del saludo diplomático de dos mandatarios. En cierta forma lo era.

🔫LOVE SHOT🔫 [Serie Salento - Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora