Luhan había acertado, justo cuando Baek estaba a punto de tocar el borde de la cama, su pijama cayó al suelo y quedó olvidada. Ahora él se encontraba casi desnudo, cubierto únicamente por una diminuta braga que hacía juego y que no alcanzaba a tapar la totalidad de su erección ni a disimular la humedad entre sus nalgas.
Chanyeol retrocedió dos pasos y lo observó de la cabeza hasta los pies con una mirada hambrienta, deleitándose con el perfecto cuerpo que tenía a su disposición. No obstante, hubo algunas cosas que llamaron su atención y le hicieron fruncir el ceño, confundiendo al chico.
─¿Su-sucede a-algo? ─preguntó Baek nervioso luchando por contener la necesidad de cubrirse.
─Eres demasiado hermoso.
Chanyeol lo miró a los ojos y se sintió culpable por despertar inseguridad en su esposo en un momento como ese. Él comprendió en ese instante que esta era la primera vez que harían el amor en la cabeza del chico y que debía tener mucha incertidumbre. Volvió a mirarlo y quiso convencerse de que estaba loco, que sus dudas eran producto de la luz tenue o de la abstinencia.
Pero no lo era, al acercarse y volver a tocarlo, su cabeza estaba girando por la confusión. Si había algo que él conocía a la perfección era el cuerpo de Baekbeom, lo había tenido demasiadas veces entre sus manos, lo había recorrido milimétricamente con su boca. Lo había visto en todas sus facetas y cambios, cuando estaba relleno por el embarazo, flácido después de eso, o delgado y tonificado. Cuando lo vio lastimado no se percató de la diferencia porque su atención estaba centrada en las lesiones y no en las formas.
Este cuerpo era diferente. Sus pechos estaban más firmes, más pequeños y más redondos. Sus pezones eran también más pequeños y rosados. No tenían ese tono marrón que habían adquirido tras la lactancia ni el tamaño de las areolas más hinchado. Ya no había moretones sobre sus costillas, pero sí un par de líneas blancas que parecían viejas cicatrices. Eso no estaba antes. Todo debía ser producto de su imaginación, no había más explicaciones.
Ante su demora, Baek se lanzó a besarlo, él estaba ansioso, deseoso, caliente y necesitado, no podía esperar, ni siquiera estaba seguro de cuál era la sensación que tanto esperaba conseguir, pero ardía en deseos de tenerla pronto. Así que, mientras se besaban, desbrochó el pantalón de su esposo y lo dejó caer al suelo, iba a hacer lo mismo con la ropa interior, pero Chanyeol lo llevó sin despegarse los dos pasos que los separaban de la cama y lo fue acostando con delicadeza.
Lo ayudó a acomodarse más arriba, de manera que todo su cuerpo quedó sobre la capa de pétalos rojos. Era una imagen maravillosa, esa piel tan blanca y suave casi parecía brillar sobre el lecho rojo. El aroma solo parecía actuar como afrodisiaco porque Chanyeol decidió dejar de pensar en tonterías y concentrarse en darle placer a su esposo.
Se acomodó sobre él, separándole las piernas y volvió a besarlo, Baek se aferraba a su espalda y correspondía intentando moverse para sentirlo más, era obvio que estaba muy excitado. Los besos comenzaron a bajar de nuevo, la lengua de Chanyeol recorría toda la extensión del cuello de un lametazo, causando que Baek se arqueara por el placer, luego se concentraba en esos puntos conocidos, le mordía la clavícula, daba girones en el hueco que se formaba y se llenaba de orgullo por los fuertes gemidos que recibía como respuesta.
Fue bajando por su pecho no quiso hacerlo esperar más, se llevó el primer pezón a la boca y succionó fuerte, Baek casi gritó por el placer y llevó una mano a su boca, cubriéndola con el dorso y mordiéndola para ahogar sus lloriqueos. Mientras Chanyeol movía su lengua con experticia dando círculos alrededor de la punta, con su pulgar repetía la misma acción en el otro pecho, Baekbeom parecía más sensible que nunca, casi a punto de llegar al clímax solo con eso.
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🔫LOVE SHOT🔫 [Serie Salento - Libro 1]
RomanceBaekbeom tiene una vida soñada, se casó con el apuesto empresario Park Chanyeol, tienen una preciosa hija y él puede derrochar lujos a su antojo. Aun así, está tan cansado y aburrido de su rutina que encuentra consuelo en los brazos de un sensual mo...