42. Aquí estás

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─¡¿Qué te pasó?!

Baekhyun se angustió terriblemente al ver las manos de Chanyeol, tenía los nudillos destrozados y no era algo que pudiera disimular. Para él, ese dolor sordo en sus manos era gratificante, le recordaba que había molido a golpes a Woobin y lo hacía sonreír.

─No es nada, precioso, no te preocupes.

─¿Cómo que no es nada? Mira cómo tienes las manos. ¿Te peleaste?

─Sí, pero al otro le fue peor. ─fanfarroneó Chanyeol con una sonrisa engreída y satisfecha.

─Dios mío, Chanyeol, tú nunca peleas con nadie. ¿Quién era tan importante como para que no dejaras a los chicos encargarse?

─No es importante, es una basura. Simplemente quería el placer de hacerlo papilla yo mismo.

─¿Te duele mucho?

─No, solo quiero bañarme y dormir. Estoy cansado.

─Vamos, te daré un masaje en la tina de los que te gustan.

El ceño fruncido de Baekhyun fue reemplazado por una dulce sonrisa y manitos que empezaban a desabotonar su camisa y a liberarlo de la molesta ropa. En otro momento, Chanyeol ya lo hubiera cargado rumbo al baño para hacer de todo menos relajarse, sin embargo, él seguía sin ser capaz de mirarlo a los ojos y hacerle el amor con engaños le remordía la conciencia.

─Baek, no creo que sea buena idea, de verdad estoy sin fuerzas.

─No voy a aprovecharme de ti. Solo voy a mimarte un poco.

¿Cómo podía decirle que no a esa carita hermosa? Su Baek lo miraba con la cabeza ladeada, los ojitos brillantes y una sonrisa esplendida, le recordaba un poco a Candy cuando pedía sus galletas. Baekhyun era tan precioso, tan lleno de inocencia a pesar de su edad, con un alma tan pura que no se merecía todo lo malo que la vida se empeñaba en darle. El pecho le dolió de nuevo con esa agonizante frustración,

Chanyeol deseaba más que nada en el mundo poder protegerlo de lo que se venía, pero quererlo con todas sus fuerzas no lo haría realidad.

Acortó los pocos centímetros que los separaban y lo besó, saboreó sus labios dulces esperando que apaciguaran su amargura. Si tan solo pudieran quedarse así para siempre, congelados en un momento en el que Baekhyun era feliz, aunque viviera una farsa todos los días, era una mentira que lo llenaba de alegría y amor. Chanyeol se sentía como el peor de los criminales por tener que robarle eso, por ser quien debía asesinar sus ilusiones y enseñarle la porquería de realidad en la que estaban parados.

¿Acaso tenía derecho a besarlo? ¿Podía hacerlo suyo sabiendo lo que sabía ahora? ¿Podía servirse de su maravilloso cuerpo mientras su verdadero esposo estaba inconsciente en un hospital? Él ya llevaba tiempo sabiendo que este era Baekhyun y amándolo con todo su ser, pero todo había cambiado de un día a otro.

El regreso de Baekbeom modificaba las reglas del juego y Chanyeol ya no podía aferrarse a la esperanza de que él no apareciera nunca y continuar dentro de su burbuja de una vida ideal. Necesitaba decirle la verdad a Baekhyun y esperar que su amor encontrara una manera de perdonarlo.

De verdad estaba agotado, se desquitó demasiado con Woobin y sus brazos se sentían como si se le fueran a desprender del cuerpo. Esa noche no habría la acostumbrada sesión de sexo, mimos y meloserías. Hoy solo quería encerrar a Baekhyun entre sus brazos mientras dormían y darse a sí mismo unas horas de tregua junto a él. Al menos por esa noche, él seguía siendo su esposo, su amor, Baekhyun era suyo, y eso nada ni nadie lo podía cambiar.

Durmieron más de lo normal, se levantaron realmente tarde esa mañana y toda la rutina fue perezosa. Su chico había perdido completamente el pudor con él y se estaba paseando casi desnudo por la habitación tentándolo demasiado. Mientras Chanyeol abrochaba su camisa lo vio escogiendo ropa y descartando varias piezas a un lado murmurando para sí mismo que ya no le servían.

🔫LOVE SHOT🔫 [Serie Salento - Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora