27. Vivámoslo

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Chanyeol no pudo dormir casi nada.

Luego de arropar a Baekbeom en sus brazos, empezó a escuchar su respiración suave y pausada, se había dormido casi de inmediato. Él, por el contrario, no encontraba sosiego, su corazón estaba demasiado agitado y esperó unos minutos a que su esposo, o quien fuera que estuviera durmiendo a su lado, se profundizara lo suficiente como para verlo con detalle.

El chico permanecía desnudo, los dos estaban agotados y apenas atinaron a retirar las sábanas sucias y poner unas nuevas antes de acostarse a dormir. Ahora, sobre la tela de color azul rey la piel tan clara del joven relucía más. Chanyeol lo examinó con delicadeza, esas dos líneas bajo su pecho izquierdo eran cicatrices viejas, ya blancas, no correspondían con las líneas de color rosado fuerte que se veían en su espalda.

Alejando la lujuria de su mente, detalló de nuevo sus pezones, él no había alucinado, eran tan rosados como lo habían sido antes de que naciera Rosé. La lactancia dejó pequeñas secuelas en su esposo, unos pechos más grandes y blandos junto a areolas más anchas y oscuras. A él le encantaban, los disfrutó mucho en su momento y no permitió que Baekbeom se operara los pechos cuando quiso hacerlo. Pero estos eran... Diferentes.

Esa era la palabra que más se repetía en su cabeza: "diferente", muchas cosas eran distintas a sus recuerdos y él había poseído ese cuerpo incontables veces durante los últimos siete años como para haberlo olvidado en dos meses de no tenerlo. No, no era posible. La posición del chico, que se había encogido de lado, le facilitó lo siguiente que quería ver. Su Baek tenía tres estrías rojizas en la cadera izquierda que siempre le resultaron muy curiosas, parecían pequeños arañazos y él solía cubrirlos con maquillaje, se había vuelto loco cuando le aparecieron en las últimas semanas de su embarazo.

Ya no estaban. Y no había magia que hiciera eso posible, la mayoría de sus marcas habían desaparecido con los costosos tratamientos que se realizó, a excepción de esas tres y una que otra diminuta en su vientre. La frustración lo invadió por completo, él no podía pensar con claridad y se levantó para darse una ducha, el agua fría sobre su piel siempre le ayudaba a aclarar sus pensamientos.

Esta vez no fue suficiente, los largos minutos que permaneció bajo la lluvia helada con la frente pegada a la baldosa no le trajeron nada de calma y mucho menos de claridad. ¿Qué posibilidades reales había? Los clones eran cuestión de las películas de ciencia ficción, al igual que los androides y toda clase de sustitutos. Le quedaba la opción de haber perdido la razón, que se tratara de algún hermano perdido de Baekbeom o algún doble creado con cirugías.

El parecido era demasiado, pero él conocía que uno de los lideres de la mafia de Pisba con la que pocas veces tenía contacto, había buscado hombres similares a él en contextura y apariencia y los había obligado a operarse para verse idénticos. Era su mecanismo de defensa, los enviaba a distintos lugares para despistar a sus enemigos y era muy difícil saber quién era el verdadero.

Le dio risa imaginar a Baekbeom haciendo algo como eso, no, era una exageración. Su esposo no tenía ningún motivo para algo así, él ni siquiera conocía su verdadero trabajo ni el entorno en el que se movían. Estaba perdiendo la razón, esa era la explicación más realista. Chanyeol no quiso pensar más, no había nada que fuera a descubrir por sí mismo esa noche, así que bebió una copa llena de champaña y se metió a la cama.

Cuando abrazó al chico, acarició su piel cálida y se apretó a su cuerpo. Fuera o no fuera su esposo, ese doncel le hacía sentir cosas a las que no estaba dispuesto a renunciar. Quería olvidar todas sus dudas, sepultarlas en lo más profundo de su mente bajo miles de candados y solo dedicarse a disfrutar y nada más.

La mañana solo le trajo más confusión y nuevos temores. Su esposo se despertó muy mimoso, ya no rehusaba sus toques como lo hacía antes, pero estaba adolorido, se quejó cuando intentó sentarse y él quiso convencerse de que se debía a la fragilidad de su cuerpo o a que tal vez había sido muy brusco; sin embargo, cuando quiso tocarlo y acarició el exterior de su entrada con los dedos, sintió la zona inflamada y caliente.

🔫LOVE SHOT🔫 [Serie Salento - Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora