21. No perdamos más el tiempo

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En la cava estaban los pobres tipos amarrados a unas sillas de madera gruesa muy rústicas y modificadas con correas de cuero, eran usadas habitualmente para ese mismo propósito: castigar a los infractores. Algunos guardias se ubicaban alrededor de las sillas con miradas impasibles ante los gritos de los condenados. El jefe de los hombres ya había sido informado de su falta de respeto y estaba presente también, en silencio, sabiendo que si se atrevía a protestar o defenderlos, correría la misma suerte o una peor.

Chanyeol entró con calma, aunque estaba sintiendo la agitación del enojo en su interior, nadie, absolutamente nadie podía faltarle el respeto a su esposo y salir impune. Así que, ejecutaría el castigo de manera rápida porque deseaba volver arriba con Baekbeom y disfrutar lo que quedaba de la noche.

─Señor Loey, le ofrezco mis más sinceras disculpas en nombre de mi clan. Le suplico que nos perdone la vida. ─rogó el jefe del pequeño clan de oriente postrándose y haciendo reverencias.

─No se preocupe, no voy a tomar ninguna vida. Sus hombres usaron sus ojos y su lengua para ofender a mi querido esposo, y solamente tomaré las partes infractoras.

Los dos tipos se sacudieron por el terror incrementando sus gritos que alcanzaban a filtrarse a través de las mordazas, el jefe permaneció de rodillas en el suelo sin volver a hablar, mirándolos con pesar, no había nada que pudiera hacer para salvarlos.

─¿Está todo listo, Joohoney? ─preguntó Chanyeol a uno de sus verdugos, un hombre mucho más bajo que él, de contextura ancha y con una sonrisa tan dulce que enmascaraba perfectamente su capacidad de provocar daño en sus víctimas.

─Sí, señor, ya están calientes las herramientas.

─Perfecto.

Chanyeol caminó hacia una larga mesa que se ubicaba contra la pared llena de diferentes tipos de herramientas y sustancias, era evidente que ese sitio se usaba para cosas mucho más interesantes que solo almacenar el licor. Se puso un delantal impermeable de color azul, muy similar al que usaban los cirujanos y que protegería su impecable traje, también guantes y una máscara de protección facial.

En otra oportunidad no le molestaría que le salpicara encima la sangre caliente de su víctima, pero esta vez, no podía dejar ninguna evidencia sobre su cuerpo que su lindo esposo pudiera notar.

Chanyeol se acercó al primer hombre y sonrió macabro al verlo mearse en los pantalones con su proximidad, el sujeto se retorcía demasiado y dos de sus hombres se acercaron para sujetarle la cabeza mientras Joohoney le instalaba un blefaróstato en cada ojo; luego, le entregó un cautín con mango de madera y la punta metálica al rojo vivo. A Chanyeol le hubiera gustado tener el tiempo para ser un poco más artístico con sus condenados, pero tenía demasiadas ganas de volver con su esposo y olvidar el mal rato con su preciosa figura.

Sin mediar palabra, llevó la punta del cautín caliente a las pupilas del hombre, calcinándolas de inmediato mientas el sujeto no paraba de gritar, suplicar y retorcerse en un intento vano de liberarse de sus amarres.

─Espero que aprendan la lección, porque no seré tan generoso si esto se repite una segunda vez. Me tomo muy en serio el respeto a mi familia.

─¡Claro que sí, señor Loey! Yo le juro que jamás volverá a suceder.

─Bien, confiaré en su palabra.

Chanyeol hizo lo mismo con el segundo hombre que también se había meado con el olor a quemado y los gritos desgarradores de su amigo, este estaba tan asustado que se desmayó luego de que terminaran con él.

─Joohoney, córtales la lengua, estos imbéciles no valen mi tiempo. Tengo mejores cosas que hacer arriba con mi esposo.

El hombre le sonrió divertido como si le estuviera pidiendo que lo relevara en algún juego, agarró la lengua del desmayado con las tenazas al rojo vivo y cortó sin vacilación. Provocando un chorro de sangre que obligó a Chanyeol a dar dos pasos hacia atrás para evitar mancharse.

🔫LOVE SHOT🔫 [Serie Salento - Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora