𝗦𝘁𝘂𝗰𝗸 𝘄𝗶𝘁𝗵 𝘆𝗼𝘂❝ 𝗷𝗷𝗸

September

Ocho semanas
Septiembre primero

Todo empezó a ir bien nuevamente, hacía dos días le habían quitado el yeso a Jungkook y ahora solo tenía algo que él llamaba un guante apretado, ocurrió un percance inesperado que ocasionó el posponer la competencia varios meses, lo cual no fue una mala noticia, de hecho, ayudaba al nuevo integrante a practicar con más calma. Jungkook decidió que no participaría aunque pudiese y genuinamente no podía, ya no tenía el yeso pero le dolía la mano y de todas maneras iba a anunciar su retiro indefinido.

Ahora, era su cumpleaños, en su cabeza estaba consciente de la fecha pero se rehusaba a pararse de la cama por varias razones, estaba cansado pues estuvo trabajando en su auto tanto como pudo y fuera de eso, se levantó a las cinco de la mañana para preparar a su hijo para la escuela, pero la razón de más peso era que, Dongbaek no estaba allí felicitandolo pues la universidad existía y ella al ser una mujer con un futuro profesional aproximándose, tenía que estar allí.

Estaba molesto por eso, no con ella, no era su culpa, sino con la universidad por existir. Desde que se conocen, nunca han pasado un cumpleaños lejos del otro y claramente que ese sea el primero, le ofende muchísimo.

Pensándolo bien, si está molesto con ella porque no le ha dejado ni un solo mensaje de felicitación, por lo mismo, mientras espera pacientemente por dicho mensaje, revisa los de otros amigos, conocidos, sus padres y suegros, su equipo, su jefe de equipo, Nana, Jimin— su hermana parece haber tomado la decisión de no salir del apartamento hasta tener que dar a luz— y una foto de Terry jugando con sus amigos perrunos.

¿Su novia, futura esposa y madre de Terrenator? Nada, ni un emoji.

Su corazón le decía que ella definitivamente estaba preparando algo para sorprenderlo, siempre lo hacía, por lo mismo tenía que calmarse y no ser impaciente, así que se levantó, tomó la bolsa con la basura que ya había preparado para bajar, se lamentó porque odiaba estar solo y no tener con quién hablar, escuchó a personas cuchichear entre ellas en el ascensor y después de dejar la basura, pensó que sería buena idea ir a una cafetería y desayunar allí.

—Ah, estoy en pijama— era un pijama gris, podía pasar como un conjunto deportivo— ah, mierda, mi billetera.

Quiera o no, debía regresar a su hogar.

Sin embargo— Jungkook hacía expresiones extrañas mientras hablaba con él mismo y la gente que pasaba se le quedaba viendo— el estacionamiento está más cerca que su apartamento, Jungkook siempre dejaba una de sus tarjetas en el auto en caso de emergencia, si iba y tomaba aquella tarjeta, no tendría que subir todos esos pisos para ir por su billetera.

Inteligente.

—Me gustaría...— algo nuevo, siempre veía la pizarra buscando productos nuevos y nunca encontraba algo interesante, así que terminó pidiendo lo mismo de siempre— un latte frío con extra de caramelo y dos galletas, una de arándanos y otra con chispas de chocolate.

—¿Para llevar o para consumir aquí?

Dio la vuelta, la mesa en la que siempre comía con Dongbaek estaba disponible.

—Aquí. Gracias—de nuevo olvidó que pediría para llevar porque seguía en pijama. Su teléfono sonó y el nombre de su preciada mujer haciendo acto de presencia al fin, lo desconcentró de todo— Amor.

—¿Dónde estás?

—Yo me encuentro genial— la escuchó disculparse mientras reía— estoy en la cafetería de siempre, esperando mi orden.

—Estoy esperándote, apúrate.

—¿Cómo?— observó a la chica preparando su orden—¿Es de verdad?

—¡De verdad! Apúrate.

Y colgó la llamada, maldijo, acercándose a la barra nuevamente.

—¿Es posible empacar todo para llevar? Lo siento— la chica quería matarlo— y quiero llevar una malteada de fresa con el resto. Lo lamento otra vez.