13.

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-Bueno chicos ya saben, para el viernes tenemos la primera prueba – avisa Cecilia y se gira para arreglar su maletín –
- Vamos por unas cervezas los chicos ¿vienes? – pregunta Horacio y niego –
- Ayer bebí, es martes Horacio y aparte las 12 del mediodía, paso – respondo y Horacio bufa mientras nos levantamos para salir del salón –
- Señorita Montero quédese un momento por favor – pide Cecilia y volteo a ver a mi amigo –
- Nos vemos preciosa – dice y me da un beso en la frente para adelantarse – hasta luego profesora Abbey – se despide caballeroso Horacio –
- Nos vemos Horacio – se despide ella sonriendo y mi amigo se va –

Agarro mi morral y camino hasta estar a su lado, los alumnos se van y cuando esta por irse el último, Cecilia le pide que cierre la puerta y así fue. Cecilia se aleja para rodear el escritorio y sentarse detrás de esté, mientras yo me volteo para mirarla sin entender que ocurre.

-¿Cómo estás? – pregunta y asiento confundida –
- Muy bien, cansada ¿y tú? – pregunto ahora y sonríe de lado –
- Muy bien y feliz de verte – responde y asiento –
- ¿Qué quieres Cecilia? – pregunto y la puerta se abre en ese momento –

Ambas giramos la mirada y veo a Lorena quien me ve sin expresión, frunzo el ceño sin entender nada, su mirada cae en Cecilia y luego vuelve a mirarme a mí, Lorena se disculpa y decide irse, miro a Cecilia quien esta igual o más confundida que yo, resoplo negando.

-Disculpa – digo y antes de irme me detiene su voz –
- ¿La quieres? – pregunta y me quedo paralizada pensando sin querer mirarla –
- Sí, ahora nos vemos – respondo para mirarla de reojo y sigo mi camino –

Salgo del salón y camino el pasillo hasta la cafetería, allí miro por todos lados y no la veo, salgo de la facultad para caminar todo el campus, cuando llego hasta el estacionamiento veo el coche de Lorena saliendo, bajo los hombros y saco la llave del morral para caminar hasta mi coche, me subo y dejo todo a un lado, me pongo el cinturón de seguridad y prendo el coche para irme.

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Me estaciono frente al edificio y veo el coche de Lorena, respiro profundo y me quito el cinturón de seguridad, agarro mi morral y me bajo del coche, camino lentamente hasta entrar al edificio y saludo al portero, sigo hasta el ascensor y toco el botón para que abra sus puertas. Unos minutos después estoy caminando el pasillo de mi piso, saco la llave y comienzo a sentir miedo, yo no quiero perder a Lorena.

-¡Hola! – digo al entrar pero no oigo nada, cierro la puerta y dejo todo a un lado de la puerta y camino hasta la cocina donde me la encuentro ida –
- Hola – susurró Lorena desde la cocina dándome la espalda –
- Lorena – susurro y se voltea a verme seria –
- ¿La amas aún? – pregunta y su voz sale tan débil que me partió el alma –
- Lorena – susurro y rodeo la cocina para acercarme a ella – óyeme bien – agarro sus mejillas y me voltea la mirada – mírame – le pido pero no lo hace – mírame Lorena – suplico y voltea a verme a los ojos –
- Maia no quiero sufrir – susurra y le doy un suave beso con sabor a tristeza –
- No, no la amo, sé que hace tiempo te conté mi historia y todo lo que sentía por ella, pero eso ya acabó Lorena – digo firme y una lagrima rueda por su mejilla derecha –
- ¿Cuándo acabó? – pregunta con la voz rota –
- Cuando apareciste en mi vida con disfraz de amiga – respondo sonriendo y me abraza –

Cierro los ojos y apoyo mi mentón en su hombro ¿dejé de amar a Cecilia Abbey? Me pregunto internamente pero no encuentro una respuesta sincera, todo ha sido tan rápido, tan de repente que no he querido ni darme el tiempo a pensarlo, aún así no puedo permitir que Lorena tenga miedo de estar conmigo, me alejo y sonrío para darle un beso.

-¿Me crees? – pregunto suavemente y asiente –
- Te creo – susurra y nos reímos para nuevamente besarnos – ¿quieres hacer algo? – pregunta unos segundos después y me le quedo mirando –
- Vamos al parque – chillo y asiente rápidamente –
- Voy por mis cosas – dice y me rio para soltarla –
- Anda – digo y me dedico a buscar un vaso para tomar agua –

Nací para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora