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-¡Wow! Que maravilla – dice Lía y asiento sonriente – me los felicitas – chilla y la miro fijamente, asiento –
- Va, yo les digo – digo cerrando la carta y la rubia igual la cierra –
- Pizza Hawaiana, por favor – decimos al unísono y nos reímos a carcajadas –
- Dos coca-cola, por favor – digo y la chica asiente –
- Gracias – decimos al unísono y la pelirroja asiente para irse –

Seguimos hablando de lo que fue la noche de ayer, Lía se reía y yo sólo era feliz viéndola así, pero desde hace días tenía una pregunta que quería hacerle, sólo que casi nunca había momento para eso, nos quedamos en silencio y siento su mano entrelazar la mía, alzo la mirada para verla y ella sonríe mirando nuestras manos, creo que es momento.

-¿Puedo preguntarte algo Lía? – pregunto y la rubia alza la mirada para verme y asiente –
- Dime pulga – dice y me rio negando –
- ¿Y Juliana? – pregunto y mi semblante cambia a serio, el de Lía también –
- Bien – responde y la miro obvia, suspira y comprende – entre nosotras nada ha ido bien o eso creo – aclara y asiento –
- ¿Por qué estas con ella siendo una mujer tan bella e inteligente? Sabes que puedes tener a quién desees – digo y Lía me mira fijamente sin decir ni una palabra –
- Estoy enamorada de Juliana desde mis quince años y cuando se me dio la oportunidad de estar con ella no pude desaprovecharla, de allí han pasado diez año – finaliza y asiento comprendiendo –
- Lía – susurro y ella niega –
- Yo sé que ella esta casada y capaz tenga el 60 porciento de la culpa, pero también tengo culpa por no negarme Maia, sé que Manuel no merece todo esto pero realmente estoy o – se queda pensativa y suspira – o estaba enamorada de ella – finaliza y me sorprende oírla así –
- ¿Crees que ya no la ames? – pregunto y Lía voltea a verme, pero la mesera llega con nuestras pizzas –
- Gracias – decimos al unísono mientras la pelirroja nos sirve todo –

Unos minutos después se va la chica y después de un buen provecho, comenzamos a degustar las pizzas, es un manjar de los dioses, definitivamente es encantador una pizza hawaiana, Lía come en silencio pero su gusto se nota a kilómetro mientras cierra los ojos al degustar cada pedazo de pizza, algo que me hace sonreír y termino riéndome haciendo que la rubia me muestre el dedo del medio y le saco la lengua.

-Creo que ya no la amo – dice un rato después y me quedo sin habla unos segundos –
- Eso me alegra, llegará la persona correcta – digo y Lía asiente mientras le agarro la mano –
- ¿Y tú? – pregunta y me tenso –
- ¿Yo qué? – pregunto a la defensiva y ella niega sonriendo –
- ¿Todavía amas a mi hermana? – pregunta y suelto su mano, me encierro en mi mundo unos segundos –
- Más que a mi vida – susurro y Lía asiente triste –
- Llegará la persona correcta – dice suavemente y niego rotundamente –
- No quiero que llegue nadie, estoy bien así – respondo y Lía se queda en silencio mirándome fijamente pero luego cambia el tema –

Algo que agradezco porque el tema de Cecilia no me ayuda mucho. Un rato más tarde pedimos algo de postre, lo cual íbamos degustando entre gemidos raros y risas, estar con Lía y hacer estas cosas es como una manera de ser feliz y afortunados de tener bonitos amigos, tengo suficientes sí, pero Lía es como si hablase de Layla pero mayor que yo y realmente me encanta tenerla en mi vida.



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-Gracias por esta noche – digo bajándome del coche y Lía hace lo mismo –
- Gracias a ti por aceptar – dice y me acerco a ella para abrazarla –
- Nos vemos otro día – susurro y ella asiente apoyada de mi cabeza –
- Seguro que sí – responde y me alejo – saludos a tus padres – finaliza y asiento –
- Saludo a los chicos – digo y me guiña un ojo para subirse al coche –

Lía prende el coche y me despido con la mano luego de que sonase el claxon, se va y me giro para caminar hasta la entrada, saco la llave de mi chamarra, abro la puerta y escucho varias voces, pero la verdad es que necesito un vaso de agua, así que dejo mi morral en las escaleras, camino hasta la cocina y me preparo un vaso de agua.

Nací para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora