-¿Estás sintiendo algo por ella? – frunzo el ceño para quitarme los lentes y levantarme del sillón –
- ¿Y esto que es? – le pregunto a Juliana quien me mira molesta y yo no entiendo nada –
- ¿Te gusta Maia Montero? – pregunta para dejar la cartera en la silla frente al escritorio, la castaña se cruza y de brazos, me quedo mirándola fijamente en silencio – yo sabía, maldición Lía – chilla histérica y se aleja para caminar la oficina de un lado a otro – ES EL AMOR DE TU HERMANA – grita y empiezo a sentir un pequeño dolor de cabeza –
- ¿Te calmas? Yo no he dicho nada – digo buscando la calma y Juliana se detiene para mirarme –
- Es por eso, te conozco, tú silencio habla por ti – responde y la miro en silencio para negar –
- Juliana – digo irritada –
- Ningún Juliana, Teresa me contó lo que te dijo Cecilia antes de irse – dice y me tenso, esa pelinegra –
- ¿Te calmas? – pregunto de nuevo –
- Ningún te calmas Lía Isabel – dice aún mas histérica y niego mientras coloco dos dedos en el puente de mi nariz –
- Respira Lía – me susurro para no correrla –
- ¿Respira Lía? – pregunta Juliana asombrada y alzo la mirada para verla – eres una descarada – dice y ya, me cansé –Rodeo el escritorio y camino hasta la puerta, salgo para decirle algo a Dasha, acepta y asiento, le guiño un ojo y entro a la oficina de nuevo, Juliana me mira atenta y le paso seguro a la puerta, camino hasta ella segura y pongo mis manos en sus mejillas, Juliana está asombrada pero no se mueve para nada. La miro a los ojos y ella se ve tan sorprendida, mi corazón late desbocado y la beso, nuestro beso se vuelve intenso y Juliana baja los brazos derrotada, allí sé que todos los muros han caído, bajo las manos hasta su trasero y la alzo para caminar hasta el sofá donde la acuesto.
-¿Por esto tanto show? – pregunto y niega con berrinche –
- Hablo enserio – dice y niego para volver a besarla mientras sus manos bajan por mis caderas –
- Yo no siento nada por esa niña, sólo la quiero cuidar por Cecilia – digo alejándome de sus labios –
- ¿Me prometes que no sientes nada por ella? – pregunta y le dejo un beso en la nariz –
- Te lo prometo – susurro y ahora es Juliana quién me besa, mientras el beso se intensifica nos vamos quitando nuestras ropas –Un rato más tarde estaba terminando de arreglarme mientras Juliana aún seguía desnuda, me giro a verla y hace como que no existo, cuando comienza a sonar el codificador, camino hasta el para atender y es Dasha avisando que tengo una visita, que es urgente, frunzo el ceño porque no recuerdo que alguien quisiera verme.
-¿Quién es Dasha? – le pregunto mientras miro a Juliana por fin vistiéndose –
- Dice que se llama Maia Montero – abro los ojos y tengo grueso –
- Ya salgo – digo y cuelgo –
- ¿En serio te vas con ella? – pregunta Juliana pero la ignoro, me arreglo el cabello, mi ropa y me pongo los tacones –
- Tú, vete a tu casa después que estés lista – le digo a la castaña y le doy un beso – te llamo luego para que hagamos algo – aviso y me mira frunciendo el ceño –Agarro mi celular y camino hasta la puerta, respiro profundo y salgo para encontrarme a Maia hablando con Dasha, ella voltea a verme y sonríe de lado, pero yo estoy demasiado asombrada, cierro la puerta de la oficina y camino lentamente hasta quedar frente a ella, nos miramos atentamente y siento como mi corazón se acelera cada vez más. La puerta de mi oficina se abre y me volteo para ver a Juliana salir de esta.
-Que bueno verte Maia – dice Juliana acercándose – no sabía que eran buenas amigas – comenta mirándonos a ambas –
- No lo somos – dice Maia suavemente – pero recordé que ayer Lía habló de su empresa y pasaba cerca, quise – me mira y niega – nada, disculpen – dice y se gira – adiós Dasha – finaliza para irse –
- Hasta luego señorita Maia – se despide la morena y veo a Maia irse –
- ¿La dejarás irse? – me pregunta mi subconsciente y niego –

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Nací para amarte
RomanceMaia Mitchell, una joven soñadora y con una vida por delante, estudiante de odontología y con una novia que la hace muy feliz, al menos eso hasta que regresa su pasado, aquel pasado que quiso bloquear por tres años... su profesora, su sueño más boni...