53.

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-¿Estás sintiendo algo por ella? – frunzo el ceño para quitarme los lentes y levantarme del sillón –
- ¿Y esto que es? – le pregunto a Juliana quien me mira molesta y yo no entiendo nada –
- ¿Te gusta Maia Montero? – pregunta para dejar la cartera en la silla frente al escritorio, la castaña se cruza y de brazos, me quedo mirándola fijamente en silencio – yo sabía, maldición Lía – chilla histérica y se aleja para caminar la oficina de un lado a otro – ES EL AMOR DE TU HERMANA – grita y empiezo a sentir un pequeño dolor de cabeza –
- ¿Te calmas? Yo no he dicho nada – digo buscando la calma y Juliana se detiene para mirarme –
- Es por eso, te conozco, tú silencio habla por ti – responde y la miro en silencio para negar –
- Juliana – digo irritada –
- Ningún Juliana, Teresa me contó lo que te dijo Cecilia antes de irse – dice y me tenso, esa pelinegra
- ¿Te calmas? – pregunto de nuevo –
- Ningún te calmas Lía Isabel – dice aún mas histérica y niego mientras coloco dos dedos en el puente de mi nariz –
- Respira Lía – me susurro para no correrla –
- ¿Respira Lía? – pregunta Juliana asombrada y alzo la mirada para verla – eres una descarada – dice y ya, me cansé –

Rodeo el escritorio y camino hasta la puerta, salgo para decirle algo a Dasha, acepta y asiento, le guiño un ojo y entro a la oficina de nuevo, Juliana me mira atenta y le paso seguro a la puerta, camino hasta ella segura y pongo mis manos en sus mejillas, Juliana está asombrada pero no se mueve para nada. La miro a los ojos y ella se ve tan sorprendida, mi corazón late desbocado y la beso, nuestro beso se vuelve intenso y Juliana baja los brazos derrotada, allí sé que todos los muros han caído, bajo las manos hasta su trasero y la alzo para caminar hasta el sofá donde la acuesto.                      

-¿Por esto tanto show? – pregunto y niega con berrinche –
- Hablo enserio – dice y niego para volver a besarla mientras sus manos bajan por mis caderas –
- Yo no siento nada por esa niña, sólo la quiero cuidar por Cecilia – digo alejándome de sus labios –
- ¿Me prometes que no sientes nada por ella? – pregunta y le dejo un beso en la nariz –
- Te lo prometo – susurro y ahora es Juliana quién me besa, mientras el beso se intensifica nos vamos quitando nuestras ropas –


Un rato más tarde estaba terminando de arreglarme mientras Juliana aún seguía desnuda, me giro a verla y hace como que no existo, cuando comienza a sonar el codificador, camino hasta el para atender y es Dasha avisando que tengo una visita, que es urgente, frunzo el ceño porque no recuerdo que alguien quisiera verme.

-¿Quién es Dasha? – le pregunto mientras miro a Juliana por fin vistiéndose –
- Dice que se llama Maia Montero – abro los ojos y tengo grueso –
- Ya salgo – digo y cuelgo –
- ¿En serio te vas con ella? – pregunta Juliana pero la ignoro, me arreglo el cabello, mi ropa y me pongo los tacones –
- Tú, vete a tu casa después que estés lista – le digo a la castaña y le doy un beso – te llamo luego para que hagamos algo – aviso y me mira frunciendo el ceño –

Agarro mi celular y camino hasta la puerta, respiro profundo y salgo para encontrarme a Maia hablando con Dasha, ella voltea a verme y sonríe de lado, pero yo estoy demasiado asombrada, cierro la puerta de la oficina y camino lentamente hasta quedar frente a ella, nos miramos atentamente y siento como mi corazón se acelera cada vez más. La puerta de mi oficina se abre y me volteo para ver a Juliana salir de esta.

-Que bueno verte Maia – dice Juliana acercándose – no sabía que eran buenas amigas – comenta mirándonos a ambas –
- No lo somos – dice Maia suavemente – pero recordé que ayer Lía habló de su empresa y pasaba cerca, quise – me mira y niega – nada, disculpen – dice y se gira – adiós Dasha – finaliza para irse –
- Hasta luego señorita Maia – se despide la morena y veo a Maia irse –
- ¿La dejarás irse? – me pregunta mi subconsciente y niego –

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