73.

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Maia Montero

Viernes y recorro el edificio para finalmente llegar a mi salón, tropezándome con gente que capaz conozco o capaz no. Llego a mi puesto y me siento para dejar mi morral en el suelo, Horacio entra unos minutos después y me apoyo de la ventana, siento su mano agarrar la mía y entiendo algo, es hora de dejar muchas cosas detrás. La hora de clase pasa en un parpadeo y ahora vamos saliendo de clase, no tengo ánimos de nada, desde que me desperté ando por el piso, recordando cada pequeño espacio de lo que fue mi viaje con ella a New York, ese fin de semana perdí a mi abuela y con los días la perdí a ella.

-¿Estás bien? – pregunta Horacio y volteo a verlo –
- Sí, es sólo que – me detengo y prefiero tomar de mi café –
- ¿Ella? – pregunta y asiento – chiquita ya basta – susurra cansado y asiento para borrar una lágrima de mi mejilla –
- Lo sé Horacio – agarro mi morral y me levanto pero me detiene –
- ¿A dónde vas? – pregunta asustado y niego –
- Quiero estar sola y tomar aire – respondo y me suelto para caminar lentamente hasta salir de la cafetería –

Camino hasta la salida y me detengo para respirar aire puro, cierro los ojos y siento un nudo en la garganta, todo esto es demasía para mí, ya no lo soporto, camino a duras penas la universidad, siento un par de gotas caer en mi hombro y alzo la mirada al cielo, un cielo gris, tan diferente a hace un año cuando iba saliendo con ella al mejor viaje de toda mi vida.

Flashback
-Ahora si mi amor – dice Cecilia cuando bajamos del taxi en el hotel – Bienvenida a New York – dice dejándome un beso en la mejilla, para luego pasar su brazo por mis hombros, yo sólo pienso en la canción de Alicia Keys Empire State of Mind –
- New York – susurro mirando los edificios tan altos, la gente pasar rápidamente y siento un beso de Cecilia en la coronilla –
- Vamos que ahora es que vas a ver cosas hermosas – dice y entramos al hotel –

Me quedo maravillada solamente con el Lobby, la gente pasar, todo de lujo, la gente del hotel con un uniforme que parece ser más cara que todo mi clóset, me quedo boquiabierta y Cecilia se ríe mientras me lleva hasta recepción, da su nombre y la chica revisa en el computador, Cecilia voltea a verme sonriendo y me guiña un ojo, yo sigo en shock ahora mismo.
Final flashback

-¿Está bien señorita? – pregunta una mujer con la que tropiezo y me quedo mirándola lentamente –
- Perdón sí – respondo unos segundos después y ella me mira preocupada –
- ¿Va a algún lado? – pregunta y niego –

Me doy la vuelta y sigo mi camino pero me molesta todo esto, así que decido volver a clase, comienza a llover en el proceso que llego al edificio y me topo con Horacio quién me mira preocupado y me abraza fuertemente, me presta su chamarra y caminamos hasta nuestro salón. Unas horas después ya estaba saliendo finalmente de la universidad pero por la lluvia, llego empapada a mi coche, me subo y dejo mi morral a un lado, veo la chamarra de Horacio y resoplo, Lía me llama y le digo para vernos luego, hoy es día de cerrar un maldito ciclo que no me quiere dejar en paz.

Saco mi celular y llamo a una de las pocas personas incapaces de juzgarme sobre cualquier cosa, por eso lo adoro. Un rato después prendo mi coche y manejo hasta el bar de siempre, en el camino prendo la radio y suena una canción que no creo haber escuchado antes.


Me estaciono frente al bar y me quito el cinturón de seguridad, apago el coche y dejo el morral para bajarme, corro hasta la entrada y me giro para pasarle seguro al coche. Entro al bar y saludo a la gente detrás de la barra, miro a todos lados y veo al intento de oso sentado tomándose una cerveza, le hago señas al barman y le pido una cerveza, camino hasta la mesa.

-Hola – susurro y mi bebé se levanta –
- Hermosa – dice y me abraza, apoyo mi cara en su pecho – siéntate – pide y agradezco –
- Gracias Darío por venir – digo y niega –
- ¿Qué ocurre mi niña? – pregunta y volteo la mirada, siento un nudo en la garganta –
- Es – titubeo y me quedo en silencio – ya estoy cansada Darío, cansada de hacer sufrir a mi familia, a ustedes – digo y volteo a verlo, Darío agarra mi mano – no sé que más hacer para no sentirme así Darío, pero también estoy cansada de sentirme así – digo agotada y llega mi cerveza – gracias – le digo al barman y asiente para irse – no quiero seguir siendo una maldita alcohólica Darío, odio sus miradas de lástima y también sé que me hago daño – susurro y Darío se pone a mi lado para abrazarme –
- El amor que tu sientes por ella es muy difícil de juzgar, hay veces que dañamos nuestras vidas para no aceptar que todo acabó, que no hay más que hacer, pero la vida sigue y habrá un momento que lo entenderás, llegará un punto que esa herida dejará de dolerte, dejarás de sentirla – susurra mientras lloro en su pecho – y llegará ese día donde ya no sentirás nada por ella, donde todo dolor lo verás como un pasado y que serás feliz, llegará alguien que te hará sentir feliz y completa – me alejo para verlo y sonríe para borrar mis lágrimas –
- ¿Tú lo harás? – pregunto y sonríe nostálgico –
- Algún día mi niña – susurra y me deja un beso en la frente –

Nací para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora