28.

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-Brindemos por el amor – grita Layla y todos chocamos nuestras copas –
- Layla sólo tú estás enamorada – dice Darío y yo me rio –
- No lo creo – dice Layla y me ve, yo tomo de mi copa en silencio –
- Esperen ¿Cómo que sólo Layla? ¿Y Alaia? – pregunto viendo a mi amiga y niega –
- Me fue infiel, renuncio al amor – responde y toma de su trago –
- Oh Dios – me quedo boquiabierta y ella asiente para seguir tranquilamente – Si me perdí de mucho, idiota tú no me dijiste nada – le reclamo a Layla y ella se hace la loca –
- ¿Tú que Maia? – pregunta Darío y volteo a verlo sin saber que responder así que termino rendida –
- ¿Yo? – pregunto y asiente, mientras todos centran su atención en mí –
- ¡ESTÁ CON CECILIA! – grita Layla sin poder aguantarse y cierro los ojos cuando todo queda en silencio, segundos después escucho a los chicos aplaudir y silbar, abro los ojos y me rio negando –
- No es así – digo y todos fruncen el ceño –
- Mañana van a tener sexo – chilla Layla emocionada y me tapo la cara con una mano –
- ¡Cuéntanos todo! – grita Alaia y me rio –
- Todos son un par de chismosos – asienten orgullosos y pedimos otra ronda de tragos –
- Nada, después que me dijo que le gustaba, no hablamos más y me centré en mis estudios, hasta que hace unos días en mi habitación me besó – cerré los ojos asustada cuando volvieron a gritar felices y abrí los ojos para ver a todos lados olvidando que estamos en una discoteca y lo menos que va a estar pendiente la gente es de nosotros –
- ¡Cuenta más! – chilla Antonio y volteo a verlo para reírme –
- Pues, me invito a su casa y mañana voy – digo y todos aplauden como niños mientras y me rio –
- Viste valió la pena tanto rebote que nos diste – dice Darío y abraza a Antonio quien asiente y me rio amando a ese par de idiotas – Horacio estaría tan feliz si estuviera aquí – finaliza y miro de reojo a Layla quien se pone seria y bebe un trago –
- Tenlo por seguro – digo y nos reímos todos menos Layla –
- Estamos muy felices por ti mi niña – dice Antonio y le guiño un ojo – ahora hagamos un brindis – grita alzando la copa después que llega la nueva ronda –
- ¡Sí! – gritan el resto y alzamos nuestras copas –
- Brindemos porque ahora le toca a Maia ser muy feliz, que todo salga bien y que la vida sea muy bonita para que puedan estar juntas siempre – dice Antonio y siento un nudo en la garganta –
- ¡Salud! – gritamos y chocamos nuestras copas –

Después del restaurante a eso de las 11 de la noche nos vinimos a la discoteca y lo bueno de todo, es que Antonio conoce a los dueños, así que un rato después de llegar pasamos al VIP donde estamos ahora bebiendo y bailando, me encanta porque incluso estamos cerca del Dj y Antonio lo conoce así que pone cualquier canción que le pidamos, y así vamos pasando la noche felices, sólo nosotros.





                                         ********

-¡Señorita! – dice mamá cuando me asomo a la cocina y arrastro los pies hasta llegar al refrigerador –
- Hola – susurro acabada y se ríe –
- Tienes trabajo Maia – asiento triste porque la resaca es descomunal pero debo ser responsable –
- También te quiero – susurro sarcástica luego de tomarme dos aspirinas y un vaso de agua –

Vuelvo a mi habitación para ir al baño, me encierro y me quito la pijama, entro a la regadera y la abro para echarme una ducha. Quince minutos después de ducharme enredo una toalla a mi cuerpo y me acerco al lavabo, donde me cepillo los dientes y lavo la cara, hago muecas al verme las ojeras y respiro profundo para salir unos minutos después del baño.

Camino hasta el clóset donde agarro ropa interior, el uniforme del café y un par de botas negras. Unos diez minutos después ya estaba lista, me maquillo suave para tapar las ojeras y me echo perfume, agarro mi morral y salgo de la habitación para bajar hasta la cocina, me siento frente a la barra y mamá me sirve el desayuno, le agradezco y comenzamos a hablar de lo que hicimos anoche, le cuento hasta lo que me acuerdo y nos reímos, cinco minutos después vuelvo a subir para cepillarme los dientes, bajo y agarro mi morral, me despido de mamá y salgo de la cocina agarro las llaves del coche y salgo de casa finalmente.

Camino hasta llegar al coche y me subo para dejar el morral a un lado, me pongo el cinturón de seguridad y prendo el coche para dar a retroceso, manejo hasta el café. Un rato más tarde llego y me estaciono al frente, apago el coche y me quito el cinturón de seguridad, agarro mi morral y me bajo del coche para finalmente pasarle el seguro, camino hasta entrar al café y saludo a un par de clientes que van saliendo, a mis compañeros y entro para dejar mis cosas en mi casillero. Unos minutos después despido a mi compañera de turno y comienzo en caja.

-¡Buenos días! – dicen y alzo la mirada para quedarme sorprendida –
- ¡Cecilia! – susurro asombrada y ella sonríe amablemente –
- Un café latte por favor – dice y asiento para pedir el café –
- Son 3.50 dólares – digo y me pasa un billete –
- Quédate con el vuelto – susurra y alzo la cara para verla, me guiña un ojo –
- Al lado le entregan el café – susurro conmocionada y asiente –
- Hasta más tarde – se despide suavemente y asiento para verla ir hasta al lado –
- Hasta mas tarde – susurro viéndola agradeciéndole a uno de mis compañeros e irse –

Inhalo y exhalo, para voltear a ver a una chica y sonrío para darle los Buenos días, así seguí trabajando aunque Cecilia no salía de mi mente, bendita mujer que volvió a mi vida. Las horas fueron pasando y agradecí que ya fueran las 7 de la tarde, mi compañero de turno llega y lo saludo feliz haciéndolo reír, creo que hoy es uno de esos días donde sólo quiero dormir y dormir.

-Nos vemos Maia – se despiden los chicos y alzo la mano –
- Nos vemos mañana – me despido y sonrío para poner el morral en mi hombro –

Salgo del café y cuando alzo la cara, la veo apoyada del capó de mi coche, me paralizo y no sé que hacer, no estoy acostumbrada a esta Cecilia, me acerco lentamente y ella sonríe mostrando su perfecta dentadura, me aferro a mi morral y ella corta la distancia con un cómodo abrazo, rodea mis caderas con sus brazos y me aliviano para pasar mis brazos por su costado.

-Hola – susurra y me alejo unos centímetros haciendo que quedemos tan cerca que nuestras respiraciones se reconozcan –
- Hola señora bonita – saludo y se ríe echando la cabeza para atrás y mi corazón se dispara al oírla reír –
- ¿Vamos? – pregunta y asiento para alejarme –
- Nos vemos allá – digo y camino hasta mi coche –

El silencio me hace voltear a verla y se acerca lentamente hasta quedar frente a mí, pasa un mechón detrás de mi oreja y me da un corto beso, cierro los ojos y al alejarse suspiro suavemente, abro los ojos y la veo caminando hasta su coche, espero a que se suba y me subo al mío para quedarme paralizada, todo esto parece tan irreal que no puedo sólo asimilarlo, reacciono al oír el claxon de su coche y volteo a ver hacía la derecha, la veo dar retroceso para irse, unos minutos después dejo el morral a un lado, me pongo el cinturón de seguridad y prendo el coche para seguirla.



                                    *********

-Creí que no ibas a llegar – dice apoyada del coche mientras me bajo del mío –
- Casi me pierdo – respondo y nos reímos, me acerco a ella –
- ¡Vamos pérdida! – dice y me hago la ofendida –

Pero Cecilia sólo se ríe y agarra mi mano para entrelazarla, caminamos hasta entrar al edificio y como la primera vez, saludamos al portero, un señor muy agradable, Cecilia se acerca a él para decirle algo, el señor me mira y asiente para sonreír y anota algo en un cuaderno, en cambio Cecilia se despide y se gira para verme sonriendo y me guiña un ojo.

-Vamos – dice frente a mí y agarra mi mano para caminar hasta el ascensor –
- Vamos – digo ya siendo arrastrada por ella y nos reímos –

Unos minutos después llegamos al piso ocho y salimos del ascensor, la sigo y saca una llave del abrigo, abre la puerta y me da espacio para entrar, le hago caso y entro quedándome como la última vez, sorprendida por esté departamento tan hermoso, escucho la puerta ser cerrada y me giro para verla acercarse con fiereza, enreda sus brazos por mis caderas pegándome más a ella y me besa pero era un beso suave, tranquilo y con mucho amor.

Nací para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora