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-¿Maia Montero? - pregunta una voz femenina y me giro para verla, ¡Oh Dios! Susurra mi subconsciente mientras miro de abajo a arriba a esa preciosa mujer y ofrezco mi mano para estrecharlas -
- Es un placer, Maia Montero - susurro anonadada y ella sonríe anchamente, mostrando sus dientes -
- Carol - dice suavemente mirándome fijamente - Carol Smith, un gusto - sonrío y ella termina por separar nuestras manos, suspiro suavemente - soy la directora de la clínica de rehabilitados - dice y trago saliva mientras caigo en cuenta que soy una adicta -
- ¿No es un centro de ayuda? - pregunto en un susurro, de lo aterrada que estoy, la oigo reír y sonrío embelesada -
- Lo es, aquí te ayudaremos a mejorar - responde y asiento más confundida pero su belleza me hace olvidar todo -

Hace meses, hace años, hace todo que no me sentía así, una muchachita soy pero me siento la de 15 años, cuando conoció a Cecilia, Carol me saca de mis pensamientos y me pide que la siga, asiento agarrando maleta. Mientras vamos a dirección para arreglar unos papeles la admiro, sobre todo el trasero que se gasta, miro a todos lados y el pasillo está solitario, sonrío y sigo admirando a esa bella mujer, su piel blanca, su cabello rubio, es alta, parezco minion delante de ella, bueno delante de mucha gente, suspiro y llegamos a dirección.

-Buenas - digo educadamente y una señora se levanta para presentarse -
- Mucho gusto, Victoria Pitch - se presenta y me ofrece la mano, la estrechamos - debes de ser Maia ¿Verdad? - pregunta amablemente y asiento -
- Un placer Victoria, soy Maia - digo confirmando y ella asiente como si supiera algo que yo no sé -
- Vamos Maia - pide Carol y asiento para despedirme de Victoria, una señora de al menos 50 años, color canela, cabello corto color chocolate y su vestimenta me encanta, muy ejecutiva para este lugar algo sencillo -

Dejo la maleta cerca de Victoria, ya que le pedí el favor de que me la cuide y aceptó, sigo a Carol quien me tiene más que encantada con su belleza y sonrisa, sin olvidar su caminar muy peculiar y elegante, me siento frente a ella y unos segundos después la veo sentarse detrás del escritorio, me comienza a explicar el horario de comida, todo el proceso de desintoxicación, me aterra por cierto, mi derecho a llamada, aunque pedí que no me pasará llamadas para pasar el proceso y poder llegar como nueva a casa, también me pidió llenar el formulario de entrada y eso hice.

-¿Puedo hacerle una pregunta? - pregunto y mientras Carol mira el formulario alza la mirada y deja el papel a segundo plano -
- Dime - dice suavemente y suspiro mientras miro la oficina -
- ¿Amiga de Lía? - pregunto, volteo y ella sonríe tranquilamente -
- Ahora sí, ella y yo somos ex's, realmente soy amiga de la familia - responde y asiento, pero a la vez me tenso - llamaré a Victoria para que te lleve a tu nueva habitación y Maia - dice y nos levantamos - Bienvenida a Faith rehabilitation - me ofrece la mano y lo pienso pero termino cediendo para estrechar nuestras manos -
- Muchas gracias directora - digo y asiente para hacerme señas y salir de la oficina ambas -
- Victoria guía a Maia hasta su habitación - pide la rubia y Victoria asiente -
- Claro Carol, ¿vamos? - me pregunta Victoria haciendo señas y asiento para agarrar mi maleta -
- A las 3 de la tarde conocerás a tu terapeuta, Victoria la guías, por favor - comenta Carol y ambas asentimos -

Ahora sí, ella y yo somos ex's, realmente soy amiga de la familia, no me pudo conseguir otro lugar sino donde su ex es directora, la mato, pienso molesta mientras que Victoria me lleva a mi habitación y en el camino me va presentando el lugar, ¿Pero es que no tenía más amigos? No, ella aparte de mandarme a una clínica de adictos, me manda a donde su ex es directa, pero por favor Maia ¿Viste a esa mujer? Es preciosa y Juliana es preciosa ¿Qué te va a estar viendo Lía?.

-Nada, eres lo más común del mundo - dice mi otra voz horripilante llamada subconsciente y la odio -
- Bueno llegamos - avisa Victoria y me saca de mis pensamientos -
- Gracias Victoria - digo y asiente -
- Toma tu llave - dice y la agarro sonriendo -
- Muchas gracias guapa - digo amablemente y la señora Victoria sonríe anchamente -
- Bueno hija a las 2:50 de la tarde vengo por ti, la terapeuta Scott es algo puntual - avisa ladeando la cabeza y asiento -
- Gracias señora Victoria - susurro y ella niega -

Nací para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora