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Después de todo, la vida en casa mejoró, los días fueron pasando y con ellos las semanas, sin esperarlo los meses y ya estábamos en navidad, libre de universidad, full de trabajo pero feliz de estar sobreviviendo un año más, mañana es navidad y estaremos en casa, sólo que no sé que será de fin de año sin Maruja, ahora todo es; diferente. Suspiro suavemente y termino de atender a un par de clientes.

En cuanto a mí familia, Eithan ya esta muy bien y feliz de que la vida le haya dado una oportunidad más, algo que agradecemos todos. En cuanto a papá y mamá últimamente han tenido algunas peleas, pero nada que no arregle la navidad, espero. En cuanto al resto de la familia todo bien, Alfredo hace una semana nos presentó a Saraith y congenio muy bien con todos, parece buena chica.

En cuanto a mis amigos, Layla y Horacio hermosos, no son novios aún pero no se despegan y eso ya es 1000 veces mejor, sé que nacieron él uno para la otra y nunca es tarde para darse cuenta de ello. Alaia pues estudiando, no quiere saber nada de relaciones, solo estudia y nos vamos a beber, algo que me encanta. Darío y Antonio, nada nuevo son unos genios del alcohol pero también en sus carreras y lo mejor de todo es que ninguno se me aleja y eso me hace sentir muy afortunada siempre.

En cuanto a Lía Isabel, hace un par de semanas me llevó a su casa y fue muy incómodo, aparte terminé peleando con la señora Marta por Cecilia y bueno todo fue un caso, tampoco quiero que Lía se aleje de su familia la verdad. Y entre Teresa, Juliana y yo todo tranquilo, Juliana se mantiene al margen de Lía y todo va muy bien, aparte su marido ahora no se le despega y eso en cierta parte me gusta pero la tristeza de Lía no me agrada, sé que la sigue amando.

-Buenas noches chicos – digo despidiéndome de todos, salgo del café y sonrío al verlos apoyados de sus coches – Hola – saludo asombrada –
- Bebé – chilla Layla y se acerca para abrazarme –
- Vamos por pizza – dice Darío cargándome y me rio –
- Basta – chilla Horacio y Darío me baja – vamos chiquita – dice y me detengo –
- Yo iba a otro lado – digo conmocionada y todos me miran fijamente – ¿saben que? – pregunto y niegan – Síganme – digo caminando hasta mi coche –
- YAY – gritan y me rio –

Me subo a mi coche y espero a que todos estén listos, sonrío al ver a Layla subirse detrás de Horacio en la moto y me pongo el cinturón después de dejar mi morral en el copiloto, prendo el coche y doy retroceso para salir del estacionamiento, miro por el espejo retrovisor y todos me siguen, pero la moto de Horacio me asusta y le enseño el dedo del medio, me rio y niego para seguir hasta la pizzería de Lía y yo.




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-Hola – saludo acercándome a la mesa de las chicas –
- Pulga – chica la rubia y se levanta para abrazarme –
- Hola a todas hermosas mujeres – saluda Darío y me rio –
- No sé si se conocen pero los presento, mis amigos, las amigas de Lía – digo y todos comienzan a saludarse –

Le pedimos a uno de los meseros una mesa más grande y el chico en cuestión de minutos la consiguió, todos congeniaron muy bien y me encanta. Darío está embelesado con Teresa y ella sólo se ríe de él, me da tanta ternura pero se detuvo cuando ella comenzó a hablar de su matrimonio, se dio cuenta que no lleva vida, siento una mano sobre la mía y me giro para ver a Lía, me guiña un ojo y sigue hablando con Alaia.

-Bueno chicos pueden ser parte de mi equipo de abogados cuando se gradúen – dice Lía y Alaia aplaude con Darío –
- Claro que sí – dicen como gemelos y me rio para apoyar mi cabeza de su hombro –

Dos meseros llegan con todas nuestras pizzas, que son varias y con dos botellas de vino más las copas, les agradecemos y bendecimos la comida, también brindamos y comenzamos a cenar, entre risas, anécdotas y tonterías de mis amigos que hacen reír a las chicas y por un momento me detengo a mirarlos a todos.

Nací para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora