19.

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-Me voy – grito bajando las escaleras –
- Sala – responde mamá y me acerco cautelosa –
- Hola – saludo viendo a Cecilia y Luciano agarrados de manos –
- Hija que bueno verte – se levanta Luciano para abrazarme y sonrío incómoda – ¿Cómo te has sentido? – pregunta y una parte de mí se siente mal por estar enamorada de su esposa cuando él me trata tan bien –
- Mejor Luciano – respondo y asiente para ir de nuevo a sentarse al lado de su esposa –
- ¿Para donde vas? – pregunta papá sacándome del trance –
- Voy a ver a Layla – respondo y cuando miro a Cecilia esta sonriendo –
- Que buen hija, saludos – dice mamá y asiento para dejarle un beso en la cabeza –
- Los quiero – chillo apurada – nos vemos – le digo a los suegros de mi hermano y salgo rápidamente de la sala –

Llego a la entrada y abro la puerta para salir e irme, cuando estoy llegando al coche, escucho mi nombre y me giro para ver a Cecilia acercándose lentamente, detallo su vestir y algo que admiro de esta mujer es como un simple pantalón de vestir a ella le queda tan fenomenal, como una simple blusa de tirante a ella le queda perfecta y como unos simples zapatos altos a ella les queda precisos, alzo la mirada y sonríe llegando hasta el coche.

-¿Cómo te sientes? – pregunta y sonrío –
- Muy bien, emocionada por ver a Layla – respondo y se ríe haciéndome babear –
- Me alegro y sobretodo que hayas tomado esa decisión – dice y asiento –
- Gracias a ti – susurro agarrando su mano y ella las entrelazas –
- Soy testigo de su gran amistad y es injusto que acabe por alguien que no vale la pena – dice mirando nuestras manos unidas –
- Gracias, tienes mucha razón – respondo y alza la cara para vernos fijamente –
- Bueno anda y se cuida señorita – dice alejándose y me rio asintiendo –
- Claro que sí – hago señas de militar y abro la puerta del piloto para subirme al coche –

Veo a Cecilia acercarse a la entrada de la casa y me pongo el cinturón de seguridad, prendo el coche y salgo de casa para manejar hasta nuestra pizzería, prendo la radio y sonrío al escuchar la voz de Fonseca mientras canta 2005 y canto la canción a todo pulmón.

“Te mando flores para que adornes tu casa y nada reemplaza un amor tan infinito, que si la vida se pasa, pasa estando juntitos, quiero contarte mis sueños”



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-Disculpa que llegué tarde – digo sentándome frente a Layla –
- Tranquila también acabo de llegar – dice y asiento –

Una mesera llega y le pedimos lo mismo de siempre para luego agradecer, Layla y yo nos quedamos mirándonos fijamente mientras que una canción de Katy Perry comenzaba a sonar en el local, sonrío y mi castaña también lo hace, nos levantamos y me acerco a ella para abrazarla.

-Imbécil te extrañé – dice y me rio –
- Júrame algo Layla Losada Caso – digo y me alejo para vernos seriamente, mi amiga asiente – que jamás vas a guardarme algo que me haga daño – la señalo y se ríe, asiente –
- Lo juro – alza la mano y la abrazo de nuevo – perdóname Maia, no sabía como decírtelo – susurra y niego para alejarme –
- Ya paso ¿vale? – digo y asiente haciendo un puchero – ahora ya eso no importa – susurro y sonríe más tranquila –

La chica llega con las pizzas junto con las bebidas y le agradecemos, nos volvemos a sentar para empezar a repartirnos las pizzas como en los viejos tiempos, comenzamos a hablar de todo lo que ha ocurrido estas dos semanas y me siento mal de alejarme de todos por despechada, pero ya todo está volviendo a la normalidad.

-¿Llamas a los chicos para vernos? – pregunto y asiente –
- Ya les escribo – chilla y asiento riendo –

Sigo comiendo mientras Layla habla con los chicos y me pongo a detallar el local, me gusta porque es tipo vintage, da energías de tiempos pasados y es algo muy bonito, me encanta este tipo de locales. Un rato después mi castaña me confirma que al salir de aquí los chicos nos esperan en el bar de siempre y sonrío feliz de estar de nuevo con ellos.

Nací para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora