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Las semanas fueron pasando y con ellas iba llegando octubre, otra vez. En cuanto a casa, mamá todos los días interviene por Eithan algo que me termina irritado, mientras que papá me escuchó y decidió no meterse más, algo que agradezco. En cuanto a Eithan de todas las maneras posibles quiere que lo perdone o algo así intenta, pero siempre termino corriendo. En cuanto a mí, ya no sé que quiero la verdad pero todo esto a sido una pesadilla, no puedo sólo hacer como si nada pasó, me dolió mucho.

-Hey – dicen y me giro para ver a Teresa, sonrío anchamente –
- Tere – chillo y la abrazo aunque estoy en el trabajo – ¿Qué deseas? – pregunto y ella sólo sonríe amablemente –
- Que hablemos un momento – responde y asiento lentamente, busco con la mirada a Alonso y cuando lo encuentro le hago una seña, acepta y salgo de caja –
- Sígueme – digo y caminamos hasta el fondo del café para sentarnos – ¿Qué ocurre? – pregunto y ella mira a todos lados, pero también me mira fijamente, algo que me comienza a dar nervios –
- ¿Qué tienes con Lía? – pregunto directamente y resoplo, miro a otro lado –
- La quiero mucho, es una maravillosa persona y una gran amiga – respondo segura y firme, vuelvo a ver a Teresa –
- ¿Sólo eso? – pregunta seria y sonrío de lado –
- ¿Crees que me enamoraría de la hermana de la persona que más he amado en mi vida y que también me ha hecho el más grande de los daños? – pregunto de contraataque y Teresa se queda en silencio –
- Tienes razón – susurra y se levanta agarrando su cartera – espero verte más tarde en casa, nos vamos a reunir – me invita y asiento levantándome para despedirme de la pelinegra – le diré a Lía que te busque si es posible – dice y me rio –
- Esta bien patrona – alzo las manos y se ríe negando –

Veo a Teresa salir del café y voy a caja para seguir con mi trabajo, le agradezco a Alonso y empiezo a atender a un par de clientes que acaban de llegar. Las horas fueron pasando y ya estaba saliendo del café después de despedirme de todos, toco mi cuello y siento el cansancio, cuando alzo la mirada veo a Lía y Juliana esperándome, mi mirada va de intercalo entre ambas, una sonríe y la otra disimula. Me acerco a ellas y me quedo en silencio esperando a que alguna me diga algo sobre esta reunión pero nada, sólo es Lía acercándose y siento los muros caer cuando ella llega a mí para abrazarme, algo que siempre me hace bien, nos alejamos y sonrío amablemente.

-Hola a ambas – saludo finalmente y Juliana agarra la mano de la rubia –
- Hola Maia – saluda Juliana y asiento sonriendo –
- Vinimos por ti, sino llegamos contigo Teresa nos fusila – aclara Lía y me rio a carcajada recordando la amenaza de Teresa temprano –
- Era en serio entonces – digo y Lía asiente confundida – Te sigo – digo y le paso por un lado para caminar hasta mi coche donde me subo –

Echo la cabeza hacia atrás y cuando abren la puerta del copiloto me sobresalto, Lía se sube y cierra la puerta para voltear a verme, frunzo el ceño y mi corazón acelerado no ayuda con mi respiración agitada. Lía resopla y baja los hombros para bajar la mirada, estoy tan confundida como en blanco, no entiendo nada.

-Juliana se vino porque quiso, ella y yo hace tiempo que no estamos juntas – me explica y me dio tanta ternura su cara de afligida, la abrazo fuerte –
- Tranquila, yo sé que cuando se trata de mí, no le caigo bien, al menos no mientras Cecilia no esté – digo y Lía se aleja asombrada –
- ¿Cómo… - su pregunta queda en el aire y me rio para abrir la puerta del copiloto –
- Te sigo – le digo y asiente para bajarse del coche –

Cierra la puerta y se sube a su coche, suspiro suavemente y me pongo el cinturón de seguridad, prendo el coche y salgo detrás de Lía, aunque sé donde vive Teresa decido ir detrás de Lía y llamo a Layla mientras conecto el celular al coche y espero a que me conteste, capaz esté con Horacio, sonrío de sólo recordar que están saliendo.

Llamada
-¡Mi amor! – chilla y sonrío –
- Voy a reunirme con Lía y sus amigas – digo y escucho movimientos – ¿Estás ocupada? – pregunto apenada –
- No seas tonta, me levantaba de la cama – responde la castaña y asiento – ¿las amigas de… - Layla deja la pregunta al aire –
- Todo me termina llevando a ella al final – susurro cansada y la castaña se queja –
- ¿Vienes después? – pregunta y no es mala idea –
- Te escribo al salir – respondo y nos despedimos para colgar –
Finalizada llamada

Nací para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora