Cinco

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-Ey, Mía, despierta.-escuché un susurro, largue un gruñido abriendo mis ojos poco a poco y vi a Jayla.-¿Bajemos a desayunar?

-Si, claro.-estiré mi cuerpo y me senté en la cama de Jayla, donde talle mis ojos reiteradas veces para despertarme completamente.

-Eres muy buena para dormir por lo que veo.-ella sonrió.

-Así es.-sonreí también.-¿Que hora es?

-Las diez de la mañana, lo siento si te desperté, es que luego de desayunar iré a entrenar, y te iba a invitar.

-¿A entrenar?.-la miré luego de unos segundos.

-Claro, siempre y cuándo quieras.-se encogió de hombros.

-Me encantaría.-asentí.-creo que iniciar este nuevo año entrando sería lo mejor.

Ambas bajamos a la planta baja de la casa para preparamos algunas frutas con waffles y miel. Cuándo terminamos Jayla se ofreció a prestarme un conjunto deportivo para poder ir a entrenar, a lo que yo accedí.
La noche anterior luego de la cena de año nuevo había estado bastante bien, pude conocer una parte de la familia de los Walton, la cuál era igual de amable que ellos. Finalmente, Luke tuvo unos planes fiesteros muy lejos de donde yo me encontraba y decidimos dejar la juntada para otro día.
Luego de muchas horas de compartir por la noche, Jayla me insistió en que me quedará a dormir, ya que era muy tarde para tomar un taxi y casi todos habían bebido algún grado aunque sea mínimo de alcohol para manejar, por lo que acepté.

Luego de ponerme el conjunto deportivo, el cual era de un tono rojo burdeo, tome mi cabello en una coleta dejando dos pequeños mechones de pelo caer por mi frente.

Bajamos al gimnasio que se encontraba en la casa de los Walton en su sótano y quede asombrada, era realmente enorme y tenía de todo para realizar ejercicios y entrenar.

-Jayla, para serte sincera, no se ni que rutina haré.-la miré con mis ojos abiertos como plato y ella rió.

-Pues haz la mía, hoy me toca pierna, haz los mismos ejercicios que yo, solo que manejando los pesos que tu puedas.-me habló mientras trenzaba su cabello.

-Ok.-sonreí no muy segura de lo que haría.

Ambas comenzamos a estirar y realizar calentamientos previos antes de ir de lleno a la rutina de ejercicio planeada por Jayla.

-¿Estas bien?.-Jayla me miró algo preocupada luego de terminar una serie de ejercicios.

-No se como le haces para no sentir que estas luchando por tu vida.-hablé con falta de aire.

-Llevo varios años entrenando, es normal que a un inicio sientas eso.-rió chistosa.

-¿Que le haces a la pobre niña?.-escuché una voz masculina a mis espaldas, era Javon.

-La secuestre para que se vuelva adicta a los ejercicios.-Jayla sonrió sarcástica.-¿Vas a entrenar?

-Yep.-respondió Javon mientras ponía sus guantes de boxeo, atrás de él apareció DJ junto a Jaden, quien lucía con sus rostro rojo y completamente sudado.

Dios, ¿esta familia no puede ser más activa?

-Vamos Mía, solo queda una serie de ejercicios y terminamos.-me habló Jayla y yo casi lloré en mi interior.

-No creo que pueda lograrlo.-negué con miedo y pude escuchar la risa de DJ.

-Claro que puedes.-Jayla me levantó del suelo y me entregó la pesa para comenzar a realizar el ejercicio, apenas empecé Jayla me miraba atenta, y en cuánto comencé a quejarme levemente por el esfuerzo ella comenzó a animarme.-Dale, dale, tu puedes, solo cuatro más.

𝐿𝒶 𝓉𝑒𝑜𝓇í𝒶 𝒹𝑒𝓁 𝒶𝓂𝑜𝓇 ~ [𝒥𝒶𝒹𝑒𝓃 𝒲𝒶𝓁𝓉𝑜𝓃]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora