𝐿𝒶 𝓉𝑒𝑜𝓇í𝒶 𝒹𝑒𝓁 𝒶𝓂𝑜𝓇 ~ [𝒥𝒶𝒹𝑒𝓃 𝒲𝒶𝓁𝓉𝑜𝓃]

Sesenta y ocho

MÍA

Papeleo, velación, sepultación. Todo pasó tan rápido, y yo aún no podía creer que vi a Luke a través de un ataúd por última vez en mi vida.

Jamás había experimentado un duelo tan cercano en mi vida, y ahora que me encontraba viviendo uno, no sabía como hacerlo.

Nadie te enseña a como vivir una pérdida, nadie te prepara para perder a alguien tan repentinamente, nadie me preparó para esto.

Solo pensaba en lo enojada que estaba con la puta vida de haberme quitado a Luke, no entendía el por que. ¿Por que a mi? ¿Por que a Luke? ¿Realmente Luke ya no existía? ¿Realmente no lo vería más?

Todo se sentía raro, todo se sentía irreal, era como si ese Luke que vi por última vez en el ataúd no fuese el, y en cualquier momento aparecería para darme un abrazo y decirme que todo era una broma o una puta pesadilla.

Luego de que el doctor avisara la muerte de Luke, tuve una crisis de pánico donde sentí que también me estaba muriendo, el aire no circulaba por mis pulmones y sentí que ya no podría respirar nunca más, así que los mismos paramédicos y enfermeros me asistieron llevándome a la urgencia del hospital para inyectarme un calmante y lograr tranquilizarme. Desde ese momento, fui derivada con el psiquiatra del mismo hospital, el cuál me recetó unas pastillas sedantes las cuales he tomado estos últimos días que me han mantenido tan plana emocionalmente que nisiquiera he logrado volver a llorar, solo vivo el día a día tomando aquellas pastillas para ayudar a mi mente a convencerla que nada de esto es real y que Luke volverá, algún día volverá.

Jaden no se ha separado de mi ningún momento, a pesar de que el se ha dado su tiempo y espacio para elaborar el duelo, ha estado preocupado y con su atención puesta en mi las 24 horas del día. Además de abrazarme durante estas ultimas noches todas las horas que sean necesarias para sentirme segura y lograr dormir.

-Necesito que comas cariño.-dijo Jaden de manera delicada acariciando mi mejilla con mi madre a un lado mirándome con preocupación.

Habían sepultado a Luke esa misma mañana.

-No quiero.-dije casi con un hilo de voz mirando a Jaden.

-Mi amor, no haz comido nada hace dos días, necesitas comer, por favor.-Jaden demostraba suma preocupación en su rostro.-Hazlo por mi ¿si?

Miré el plato de comida y esperé unos segundos hasta tomar el tenedor y comenzar a ingerir el alimento de manera lenta, no quería comer, no sentía apetito, en realidad no sentía nada, esas pastillas lograban que niuna emoción se produjera en mí, pero no quería preocupar más a Jaden ni a mi mamá, entonces comí.

Mi madre me pidió que me quedara en California para que ella pudiera estar más pendiente de mí, pero no quise.

California era la ciudad en la que crecí junto a Luke, en mi casa y en la suya es donde los recuerdos junto a el eran más claros que nunca. Nuestras pijamadas, nuestros juegos inventados, nuestros rituales de amistad, etc.

Por ende, no quería estar ahí, quería volver a Atlanta y mantener mi mente lo suficientemente ocupada en el trabajo para alargar el plazo de asimilar la ausencia de Luke. 

Esa misma tarde nos devolvimos a Atlanta con Jaden, tomamos el primer vuelo, en el cuál dormí casi todo el viaje producto de las mismas pastillas que me mantenían con un sueño constante.

Dormí en los brazos de Jaden mientras el no me dejaba de acariciar en ningún segundo de todo ese vuelo.

-Te amo.-dijo Jaden en una de las veces que desperté.

-Y yo a ti.-respondí fijando mi vista en sus ojos.

-Quédate conmigo los días que sea necesario, porfavor.-dijo Jaden.-No quiero que vuelvas a tu departamento y estes sola, o si quieres tu departamento me quedaré contigo. ¿Si?