Cuarenta y seis

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JADEN

Los días y las semanas comenzaron a pasar como de costumbre, ya se acercaba el Verano y el ambiente era más cálido de lo normal.

Quedaba muy poco para salir finalmente de la escuela, por ende mis objetivos principales estaban en sacar buenas notas en los exámenes, entrenar béisbol y pasar tiempo con Mía. Últimamente ella se quedaba mucho más seguido en casa para aprovechar al máximo nuestro tiempo, incluso me ayudaba a estudiar realizandome mini cuestionarios de la materia en cuestión.

A pesar de que las cosas con la escuela, con el béisbol y con Mía iban de maravilla, últimamente había estado recibiendo muchos mensajes de perfiles anónimos o de números desconocidos con contenido amenazante. Probablemente sea Zoe o Alex su hermano, era algo incómodo de leer, sin embargo no quise hacer nada, no quise decirle a mis padres ni a Mía por que no quería preocuparlos.

Mía por su parte ahora entrenaba muy seguido junto a mi gemelo, y cada vez estaba más avanzada en cuánto a golpes y técnicas, aunque seguía decidida en que solo le gustaba practicarlo sin más no hacer boxeo cómo tal para competir y todo eso.

-Dile a mi novia que se acuerde que existo.-le dije a Jayla cuándo paso por fuera de mi habitación.

Yo me encontraba estudiando y hace un rato escuchaba alguna de sus risas en la habitación de Jayla.

-Entreno con Javon, se bañó, y ahora está en mi habitación para tener tiempo de amigas.-Jayla alzó una ceja.-Tú siempre estás con ella.

Chisté mi lengua sin decir nada, sabía que tenía razón.
Jayla siguió su camino y mi celular vibró desconcentrándome del libro de ciencias.

*Mensaje de texto de Sam*

-Hey, mañana nos reuniremos luego de la escuela con los chicos del equipo para compartir un rato ¿vas?.-decía aquel mensaje.

-Claro.-contesté y seguí con el estudio.

Al cabo de un rato deje el estudio ya que mi mamá nos había llamado a cenar y posterior a eso Mía se quedó a dormir junto a mí.

Al día siguiente me levanté temprano para ir a bañarme y alistarme para la escuela, mamá preparó el desayuno y en una bandeja deje unas tostadas con huevo y un jugo de naranja exprimido por mis propias manos.

-Hice un buen trabajo.-dijo mi mamá viéndome mientras preparaba el desayuno en la bandeja.-Me siento una madre orgullosa. 

Yo solo reí y subí con la bandeja lista para llevarle el desayuno a Mía.

Apenas entré a la habitación vi a Mía durmiendo placenteramente mientras abrazaba una de mis almohadas.

-Buenos días.-dije dejando la bandeja en los pies de la cama para acercarme a Mía y besar su frente.-Despierta dormilona.

Mía abrió sus ojos lentamente mientras estiraba su cuerpo junto a algunos quejidos.

-Buenos días-dijo ella con una leve sonrisa mientras restregaba sus ojos.

-Te traje desayuno.-dije y ella rápidamente se sentó en la cama viendo la bandeja.

-Gracias.-dijo con una sonrisa amplia abriendo sus brazos para que me acercará a abrazarla.-Amo el desayuno a la cama.

-Lo sé.-afirmé mientras la abrazaba para luego alejarme un poco de ella.-Ya debo irme, disfruta tu desayuno y luego sigue durmiendo si quieres, descansa.-le di un beso corto y ella sonrió.

-No te vayas.-Mía hizo una mueca de llanto y yo reí.

-Si pudiera me quedaría cariño.-hice puchero.-Ya queda poco para salir de la escuela y podremos dormir hasta tarde juntos.

𝐿𝒶 𝓉𝑒𝑜𝓇í𝒶 𝒹𝑒𝓁 𝒶𝓂𝑜𝓇 ~ [𝒥𝒶𝒹𝑒𝓃 𝒲𝒶𝓁𝓉𝑜𝓃]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora