Treinta y seis

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JADEN

La tarde en el lago había pasado de manera rápida y amena, aunque, había algo de tensión entre Mía y yo, hablamos un par de cosas pero sin mucho detalle, ya que Jayla y Mía pasaron juntas toda la tarde, y no quería interrumpirlas.

Ya íbamos camino a casa, Mía estaba sentada a mi lado mientras conversaba con mis papás temas sobre el trabajo.

-¿Te quedarás a dormir?.-pregunté en susurro solo para que ella pudiera oírme.

-No lo creo, me iré a mi departamento, necesito bañarme y todo eso.-respondió Mía con normalidad.

Yo solo asentí con mi cabeza y mantuve silencio por el resto de trayecto hasta la casa, ya era de noche, y me sentía bastante cansado.

Al llegar, todos comenzamos a bajar las cosas del auto, toallas, bolsos, etc.

En cuánto entré a la casa me recosté en el sillón de la sala viendo como Mía pasaba por detrás, la observé moviendo mi cabeza y ella solo sonrió levemente.

-Ven.-hice una seña con mi cabeza para que se acercará y ella se sentó a mi lado.-Quédate aquí.-hice puchero con mis labios y ella solo me miró.

Me levanté quedando sentado al igual que ella, mirándola fijamente.

-Lo siento por comportarme así, es sólo que, quiero que contigo sea todo distinto ¿sabes? quiero que el mundo entero sepa lo enamorado que estoy de ti.-suspiré.-Me sentía emocionado al querer eso y cuándo supe que tu no querías lo mismo, me frustré.-fruncí mis labios.

Mía tomo con su mano con la mía y la acarició levemente mientras me miraba con una media sonrisa.

-Tranquilo, no pasa nada.-Mía se acercó a mí para abrazarme.

No se si nunca me había enamorado en la intensidad de la que me encuentro enamorado de Mía, pero esas pequeñas cosas me volvían loco. Que ella tomara la iniciativa para acariciarme, abrazarme o besarme, me hacían sentir tan bien, sentía una felicidad inmensa y unas sensaciones que nisiquiera puedo explicar.

-Quédate aquí.-volví a repetir mientras acariciaba el rostro de Mía.

-Debo bañarme.-ella encogió sus hombros.-Y no traje ropa de cambio.

Yo me quejé fingiendo que lloraba como un niño pequeño mientras me abalanzaba a abrazarla, pude escuchar su risa.

-Si quieres quédate tú conmigo, en el departamento.-dijo de pronto y yo la mire rápidamente.

-Voy.-dije y me levanté tan rápido del sillón que nisiquiera vi la reacción de Mía.-Voy a bañarme rapidísimo.-grité desde las escaleras.

Y así fue, me bañé lo más rápido que pude, luego me vestí con unos short y un hoddie, me puse mis usuales pantuflas y aliste una pequeña mochila con los útiles de aseo esenciales.

Bajé rápidamente y vi a Mía sentada en el sillón conversando con Javon mientras reían.

-Si si, ya, vamos.-alcé mi ceja tomando la mano de Mía.

-¿Por que nos interrumpes?.-Javon me miró intentando no burlarse.

-Por que debemos irnos.-miré a Mía y ella solo rió.

-No te recordaba tan celoso hermano.-Javon se levantó con una sonrisa burlesca en su rostro y yo solo rodé los ojos.

Mía rió y se acercó para besar mi mejilla.

-¿Vamos?.-dijo ella.-Me urge un baño caliente.

-Vamos.-sonreí.

Mía se despidió de todos en mi familia, luego ambos salimos de la casa y nos subimos a la camioneta con destino al departamento.

𝐿𝒶 𝓉𝑒𝑜𝓇í𝒶 𝒹𝑒𝓁 𝒶𝓂𝑜𝓇 ~ [𝒥𝒶𝒹𝑒𝓃 𝒲𝒶𝓁𝓉𝑜𝓃]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora