—Ven conmigo—ordeno Christopher.
Lo acompañé hasta la habitación de al lado. Él abrió la puerta y pude ver el interior.
—Es hermoso y muy espacioso—le digo.
—Esta es tu habitación. El baño está al lado del closet. Aprovecha para darte una ducha y descansar un poco. Te veré por la mañana.
—Gracias. Te lo agradezco mucho, y también por salvarme.
—Es parte del contrato—responde Christopher.
—Por cierto ¿Cómo sabías que estaba en ese lugar? —le pregunté solo para salir de la duda.
—Yo solo estaba jugando cartas, después te vi con Cristián—contesto Christopher.
—Ah, entiendo.
Agaché la cabeza para aparentar mi vergüenza, porque hice sonar eso como si me importara que él me siguiera.
—Am, bueno. Me daré una ducha y trataré de descansar un poco—contesté.
Él tocó gentilmente mi nariz y dijo—Nos vemos luego.
Después de eso simplemente se fue.
Decidí darme una ducha después de quitarme el vestido y cubrirme con una toalla. Me dirigí al baño cuando tocaron la puerta.
—¿Quién es? —pregunté.
—Christopher...
—¿Qué pasa? —pregunté.
—Voy a entrar—respondió él.
Cuando dijo eso. Corrí lo más rápido posible para colocarle el seguro a la puerta—. Dime qué necesitas—le dije.
—¿Por qué cerraste?
—¡Ha! eso... ah... —Por-porque me voy a duchar—respondí.
—Ábreme ahora—Insistió Christopher.
—No—contesté.
—Debo entregarte algo, ábreme.
Quité el seguro y observé cuidadosamente por una pequeña rendija que abrí en la puerta y lo observe—. ¿Qué me vas a entregar?
—Es en serio, sé que estás vestida. Solo me fui un minuto.
«Eso es lo que necesito para cambiarme».
Él entró a la fuerza ya que yo no le permitía la entrada, lo cual era lógico. Primero, era su casa, y segundo, yo soy la culpable de todo. Según él, todo lo que me pasa es porque me lo busco yo misma, y en parte tiene razón. Aunque intente fingir, casi siempre le miento, y esa es una razón para que él no me crea.
Cuando ya estaba dentro, cerró la puerta.
—Se me olvidó decirte que en esta casa el único armario con ropa es el de Hiuyin y el mío. Por lo tanto, estás sin ropa. Así que te traje una de mis camisetas.
El me observó de pies a cabeza y notó que estaba de brazos cruzados, enojada y en toalla.
Carraspee mi garganta—Deja de mirarme así.
Él pasa su mano por su cabello—Ten.
Él me entregó su camiseta—. Te queda lo suficientemente grande como para que cubra la parte baja.
—. Ya me retiro para que descanses.
Cuando ya se marchaba—. ¡Espera! —lo tome del brazo.
—¿Tú crees que si le pido a Hiuyin que me acompañe mañana al departamento para buscar mis cosas y me ayude a buscar un nuevo departamento...
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LA MAFIA A MIS PIES
RomanceTras recibir una extraña carta anónima, y encontrarse con un misterioso joven de muy malhumor que cometió un homicidio en su presencia.El cuál el joven cae herido al frente de su apartamento "𝐒𝐎𝐑𝐏𝐑𝐄𝐒𝐀" era el nuevo vecino. Una vez que la chi...