Cap 11 Confesiones...

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Me los quedo observando a ambos quienes no decían absolutamente nada. Silencio. Eso era lo único que había entre nosotros tres.

Suelto un suspiro, —Bien Christopher, te toca explicarme lo sucedido porque estoy más confundida que mi abuela, que en paz descanse. Desde que firme ese contrato para trabajar contigo que por cierto no me has dicho que tengo que hacer y... También me tienes que contar cómo se conocen ustedes dos—los miro a ambos—Porque después de lo de hoy actúan como si ya se conocieran.

—Por qué tengo que contarte todo yo para qué nos acompañó él entonces—replicó.

—Eso es para que me confirme que lo que me dices es cierto, ya que se conocen tan bien, pero bueno, no importa. Cristián tú me vas a explicar lo último y más les vale que sus excusas sean lo suficientemente buenas como para convencerme—les lanzo una mirada a los dos.

—Bien, ¿recuerdas lo que te dije el otro día que no te...?

—Sí, sí, sí. Que no me acerque a ti porque eres peligroso, continúa.

Christopher carraspeó su garganta mientras aflojaba el nudo de su corbata—Eso es porque tengo enemigos que buscan matarme y todo aquel que respire hasta el mismo oxígeno que yo se hace sus enemigos, así como tú. Con la única diferencia de que a ti no te importo si yo era malo o no. Tú te acercaste aún más y ahora estás de nuestro lado porque tú misma te lo buscaste...

Me carcajee un poco de forma para nada graciosa—Si claro, solo admite que te escapaste de la cárcel y tienes enemigos desde ese lugar horrible—confesé mi sincera opinión.

—No escape de ninguna cárcel—fue lo que respondió.

—Ay si claro, ahora dirás qué eres un policía tratando de buscar justicia—me carcajee en su cara.

Cristián un tanto confundido los escuchaba a ambos aunque no sabía específicamente lo que hablaban. Dado a que el no estuvo presente en el primer encuentro de Christopher y Pamela.

—No.

—¿Entonces...? Explícate eres una especie de mafioso, asesino, psicópata o algo así—bromee.

—Sí, menos lo de psicópata—afirmó él.

—Estaba bromeando, Christopher—le digo seria.
—Yo no—contesto con una seriedad más seca que una uva pasa.

SILENCIO:

—¿Qué...?—salió de mi boca.

—Ya me escuchaste...

—Te digo de ante mano que no venderé drogas a nadie y... —lo miro atenta—Si me obligas, prefiero morir primero antes que hacer eso—confieso.

—No soy traficante de drogas—la mira con cara extraña.

—¿Ha, no?

—No—reafirma.

—Entonces... —aparto la mirada de sus ojos—¿Qué se supone que eres?

A lo que él contesto: —Extorsionó a cambio protección y un poco de juegos ilegales, pero no tráfico drogas, no es lo mío.

Lo vuelvo a mirar curiosa—¿Y eso más o menos cómo es? —pregunte.

—La extorsión a cambio de otorgar protección: básicamente uso la intimidación o violencia depende de la situación para extorsionar dinero, como en los negocios empresariales o de individuos, pero esa no es una muy buena idea así que me centro más con los negocios empresariales, otorgándoles a cambio protección a aquellas qué estén siendo necesitadas de protección contra algún daño o represalias—explico Christopher.

LA MAFIA A MIS PIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora