Cap 38 (La Fuga de la Noche)

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Cuando desperté Christopher ya no estaba a mi lado. Mire a mí alrededor, las luces estaban encendidas a un nivel leve.

Entre al baño, lave mis dientes, me duche y me cambie de ropa. Salí de mi habitación para ir con Christopher solo que... No lo encontré, los busque por toda la casa y nada. Supuse que había salido, pero ahí estaba el detalle, él no me dijo que saldría.

Por ultimo me quedaba buscar en la cocina y el patio de la casa a ver qué tal.

Y nada, finalmente salí al patio y todo seguía igual. Me senté en la entrada de la puerta trasera observando la nieve.

—¿Señorita?

Alce la mirada encontrándome con uno de los guardias de la casa.

—¿Qué hace aquí afuera señorita?, debería de estar adentro, aquí hace mucho frio y no esta abrigada.

—¿Sabes a donde fue Christopher? —pregunte.

—El salió hace horas, lo más probable es que llegue al anochecer.

«Que estará haciendo como para no haberme dicho nada»

—Vuelva adentro señorita, allí estará mejor y a salvo.

Suspire,Esta bienMe levante y regrese a la casa.

Revise mi celular "no tenía ni una llamada ni un mensaje de el"

Le marque pero me envió directo al buzón.

Llame a Cristián, tampoco contestaba. Llame a cada uno de los chicos, pero ninguno tomaba mis llamadas.

«Como que se las arreglaron para incomunicarse todos al mismo tiempo»

Quise llamar a papa para que me buscara solo que luego recordé que estaba en unas reuniones de trabajo y no estaba en casa.

Mama... No era buena opción. Santiago... Ni hablar.

Las chicas mucho menos.

Deje el celular en la mesa de la cocina y tome asiento coloque mis brazos al mesón y recosté mi cabeza en ellos.

Mire hacia la nada, sin saber qué hacer, en mi modo de aburrición.

Estaba tranquila porque aún era temprano y es normal que su trabajo se atrase.

Mire la hora, eran las 3.32p.m. de la tarde.

¿Pero por qué se tarda tanto? —me pregunte a mí misma, mientras le marcaba de nuevo a cada uno de ellos. Y aun así seguí sin una respuesta de ellos.

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Estuve así durante un largo rato. Las horas pasaron hasta las 11:00p.m. de la noche.

A estas alturas de la noche ya estaba desesperada, no sabía qué hacer, no sabía dónde estaba, no sabía por qué demonios se tardaba tanto y no me llamaba o un mensaje rápido aunque sea.

Me canse de seguir esperando, me levante de mi cama y me prepare, no mejor dicho solo tome un abrigo y unas botas de cuero con lana por dentro para el frio.

Salí de la habitación hacia la puerta trasera, captando con mucho cuidado las veces que los guardias hacían guardias por la parte trasera sin hacer ni un poco de ruido.

Me escabullí con cuidado y aunque casi me descubren, logre dejarlos atrás. Fue difícil pero no imposible.

Me adentre en la hacienda, rodeada por miles de hectáreas de jardín que estaba protegida por un gran muro lizo e imposible de trepar.

No sé cómo haría exactamente pero no me iba a rendir tan fácil, por eso traje conmigo una pala, comencé a cavar por debajo del muro para poder hacer un agujero y así salir al otro lado por allí.

Cave y cave durante un rato hasta conseguir algo. Aunque no era tan grande de igual forma seguí cavando, conmigo las horas también pasaron volando a las 12:00a.m...

Cuando logre hacer el suficiente agujero como para que pasara mi cuerpo, entre en acción.

Estaba ansiosa, nerviosa, pero no me deje llevar por esos sentimientos. Pase poco a poco por el agujero que cave logrando pasar al otro lado del muro donde me encontré con más hectáreas de la hacienda, lo que Christopher llamaba "jardín"

Camine un largo rato pero por lo menos le podía ver el lado buen, ya estaba más o menos cerca de la salida a la calle principal.

El problema fue que mis piernas ya estaban cansadas de tanto caminar, y comenzaron a temblar un poco por el frio lo que hizo que flaquearan y cayera. No me comencé a sentir para nada bien, mi cuerpo se sentía débil, con fatiga, y mis pies se estaban congelando por la nieve que cubría más de mis tobillos a pesar de tener las botas.

—No, ahora no piernas por favor, ahora no—con todas mis fuerzas me levante y continúe hasta llegar a la salida.

Seguí caminado mientras sentía como mi cuerpo se desvanecería en cualquier momento.

Después de un rato sentí como unas luces de un auto ilumino mi rostro haciendo que me cubriera con los brazos.

El auto se detuvo a medias y alguien salió, seguí caminado hasta que logre ver quien era, ilumine con la linterna de mi celular logrando ver mejor su rostro.

En cuanto distinguí que era el, salí corriendo, me le lance encima abrazándolo y cruzando mis piernas en sus caderas.

El sorprendido la abrazo. ¿Quién te dejo salir?pregunto él.

Me escapeconfesé.

El sonrióSi, eso no te lo creo.

Me baje de él y me ilumine con la linterna, ¿Entonces por qué estaré cubierta de tierra y nieve?

¿Cómo escapaste?

Cavé un hoyo por debajo del muroexplique.

El me miro y me abrazo. No vuelvas a hacer eso, es peligroso. ¿Por qué te escapaste?

¿Por quién crees?, ¿Por qué no me llamaste?, los chicos tampoco contestaron mis llamadas... Y tú, apenas llegas, pensé que te había sucedido algo.

Ya estoy aquícomento.

Lo golpee en el pecho, ¡¿Por qué me golpeas?!casi chillo él.

¡¿Por qué te desapareces así?! ¡No sabes cómo me sentí, no sabes lo preocupante que fue para mí que no aparecieras. Y que no me enviaras ni un mensaje para que no me preocupara...!tome aire y me calme un pocoNo sabes nada, casi me desmayo en medio de toda esa hectárea de supuesto jardín que tienes. Y tu muy tranquilo, solo dices que ya estás aquí.

Él se quitó su abrigo y me cubrió, —Vamos a casa está haciendo mucho frió...

LA MAFIA A MIS PIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora