Cap 37 El secreto que duele y el amor que cura.

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En la casa de Cristián:

Se escuchó el timbre de la casa, Cristián salió de la cocina con sus amigos y abrió la puerta.

Encontrándose con Christopher y Pamela.

Cristián emocionado abrazo a Pamela—¡Hey! que de tiempo.

Se dirigió hacia Christopher después de soltar a Pamela dándose un apretón de mano.

Me sentía muy feliz de regresar a la casa de Cristián, ya extrañaba ese lugar tan hermoso y lleno de paz y alegría. Esas paredes gris claro que combina con sus sofás negros de cuero.

—¿Por qué no usas la loción que te regale, acaso no te gusta? —pregunto Cristián.

Christopher miro a Pamela quien andaba admirando el lugar.

—Ella no me deja usarla, dice que porque tiene feromonas—comento Christopher.

Cristián se echó a reír y le susurro—No sé, que sucedió entre ustedes dos, pero las feromonas no existe en los humanos o bueno por lo menos no está comprobado aun por la ciencia. Solo existen en los animales y el frasco, eso puede decir muchas cosas, pero es solo eso publicidad.

Christopher no dijo nada pero no pudo evitar sonreír a gusto.

Pamela dejo de observar el lugar cuando noto que ellos dos andaban con muchos secretitos. —¿Y los demás?

—Vamos, están en la cocina—respondió Cristián.

Fui la primera en entrar a la cocina, allí todos estaban jugando cartas.

Dejaron sus cartas y me saludaron con un abrazo y un beso.

—¿Puedo jugar con ustedes?

—Si claro—afirmo Sebastián.

Tome asiento junto a ellos, y aunque no comprendí nada de igual forma lo intente. Saque una carta de trébol número 10 y todos los demás sacaron "J" y "Q" pero Samuel los mato a todos con una "K".

E aquí mi pregunta, ¡¿por qué merengues tuve que sacar el diez de trébol si tenía la "A"?!

—Mejor... Ya no juego—les dije.

Los chicos dejaron de lado el juego y lo guardaron.

—¿Y cómo te ha ido? —pregunto Samuel.

—Todo bien, no hay nada nuevo que les pueda decir—respondí.

De repente Brayan me miró fijamente cosa que me incomodo un poco.

En un movimiento rápido él le jalo la mano observando el anillo que Pamela llevaba.

—Tu no usas anillos y el tampoco... ¿Por qué ahora sí? —interrogo Brayan.

Cruce mirada con Christopher, el me miro y sonrió levemente.

—¿Desde cuándo están juntos? —nuevamente interrogo Brayan.

Todos los miraron únicamente a ellos dos sin despegar sus miradas.

—No es lo que pare...

—Veintidós de noviembre—interrumpió Christopher.

—¡Llevan once días juntos! —exploto Brayan.

—Y no nos dijeron nada—comento Cristián.

—Es en serio o solo es... Pasatiempo—inquirió Samuel.

—Sabía que esos ojos se iluminarían algún día—agrego Vincent.

—¿Cómo paso? —pregunto Sebastián.

LA MAFIA A MIS PIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora