3. Presión

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¿Debía tener una razón por cada decisión que tomaba? Wooyoung creía que no.

No buscaba entender por qué actuaba de la forma en que lo hacía, solo se dejaba guiar por sus instintos. Encontraba algo que le incomodaba y lo enfrentaba para saber cual era el problema; o su curiosidad era disparada y buscaba las respuestas por su cuenta, evitando preguntar a los demás. Más de una vez le trajo problemas, pero nadie había muerto por ello. O eso esperaba.

Resolver problemas le resultaba más interesante que seguir el sendero sin mirar a los costados.

Por eso, aún sin saber nada sobre él o tener la menor idea de cuál podría ser su reacción, Wooyoung fue en busca de San. Estaba decidido, con las puntas de sus dedos inquietas por saber el resultado de su atrevimiento.

— Tienes que colocar tus pies de esta manera. Mira. — Escucharon la indicación desde el otro lado de la puerta entreabierta. Era un hombre.

Yeosang y él habían ido al salón de Taekwondo apenas terminó su propia clase, sacrificando las horas extras que Wooyoung invertía a memorizar del derecho y al revés la coreografía que presentaría. Para su consuelo, se repetía que esta sería cosa de una sola vez y que tenía todos los días restantes para poder continuar con sus prácticas auto impuestas.

Se asomaron por el marco, viendo a solo tres personas dentro. San, una chica con un cinturón amarillo, y el entrenador. Parecía que la chica estaba siendo instruida por el profesor, tomando como referencia a San y usándolo como "saco de box" para ella.

— Intenta dar una patada lo más rápido que puedas. No necesitas usar mucha fuerza. — La chica siguió la indicación levantando su extremidad a la altura de su cadera, y San cubrió su lado izquierdo con una protección para no sufrir dolor por el golpe. — Vuelve a hacerlo, pero esta vez tensa tus músculos justo antes de que vayas a golpearle.

La chica imitó el movimiento con una pequeña diferencia de velocidad, pero esta vez el castaño fue levemente empujado por su fuerza. El entrenador la felicitó, pero la vista de Wooyoung viajó a otro sitio cuando todos se relajaron: al cinturón de San. Nunca le había prestado real atención, pero ahora que lo veía, parecía demasiado similar al del hombre.

— ¿Qué significan esas dos líneas doradas en el cinturón de San?

— ¿Las líneas? — Yeosang salió de su inmersión en la conversación ajena. Dio un vistazo a su hermanastro, y rápidamente volvió a Wooyoung. — Es un Dan de número dos, como un instructor asistente o "kyo-sa-nim".

"¿Un qué del qué?"

Era así cada vez que mencionaba a su familia: hablaba rápido, con precisión y sin dar detalles. Era difícil encontrar momentos como lo del salón de esgrima, dónde no le mencionaba las cosas, sino que le explicaba las cosas, y así podían estar en el mismo canal.

Pero no había tiempo para preguntar. El entrenador y la chica se habían dirigido a los vestuarios y San miraba sus pies como meditando que debería hacer a continuación, quieto. Wooyoung aprovechó la ventana de tiempo, caminando en su dirección conforme se adentraba en el salón. 

Estaba sumido en sus pensamientos y no pareció notar su presencia, por lo que Wooyoung optó por agachar su cabeza ligeramente, buscando entrar en su campo de visión a la fuerza. San se asustó por ello y lo demostró al dar un pequeño salto hacia atrás. Observó su rostro relajarse considerablemente al reconocerlo.

"Como esos videos de los gatos con los pepinos" pensó Wooyoung. 

— Pasó un tiempo desde la última vez que charlamos. — Comenzó a hablar Wooyoung. San le miró expectante; no quería admitir que le había evitado a propósito. — Los chicos, Yeosang y yo saldremos a dar una vuelta por el centro el sábado a la tarde. ¿Quieres unirte?

U CAN DO IT   -   woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora