42. Hambre

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¿Sus vidas eran muy distintas ahora?

Contaban con la misma edad, iban a la misma escuela, tenían los mismos amigos, y habían dado pasos muy importantes en sus vidas, pero en direcciones completamente diferentes. 

Wooyoung intentó no asustarse con esa idea y, con la curiosidad cosquilleando por la palma de sus manos, cambió su ruta diaria en dirección al distrito donde se ubicaba su escuela. Desde allí le sería más fácil seguir las indicaciones de San para llegar a los dormitorios.

"¿El edificio que es como un sueño para cualquier deportista parece un bloque de oficinas?" pensó nada más ver la fachada, cuadrada y gris.

Era cierto que estaba muy cerca del instituto, pero nunca se imaginó que ese edificio albergara a las "nuevas promesas deportivas del país". Rezó por no haberse equivocado e ingresó a la recepción.

Todos ahí se veían jóvenes y atléticos, con ese aire lleno de vida que se veía en las películas (las que solía criticar por ser poco realistas). Algunos iban en uniforme, otros en ropa casual, paseando de un sitio a otro en grupo o en solitario. Entrar ahí era como ser el chico nuevo en el colegio, perdido y sin amigos.

Sannie ⛰️
En línea

Te extraño
11:25

Ya casi llego
11:31

¿Cariño?
11:56

¿Dónde estás?
11:56

"Contesta, por favor" repetía una y otra vez en su mente, observando el chat de San abierto en su celular. Le avisó que iría a visitarlo con antelación, pero no esperaba que desapareciera media hora antes de llegar al sitio. Sabía que debía estar entrenando, pero no tenía idea del dónde, y se cuestionó si debía tragarse su vergüenza para preguntarle a la chica detrás del escritorio su ubicación. No creía estar preparado para responder sus preguntas porque ya se sentía como un intruso.

Como si el universo le estuviera mostrando la respuesta, un par de chicas pasaron de largo por su costado vistiendo un uniforme conocido. Empezó a seguirlas antes de darse cuenta, teniendo cuidado con ser discreto y no quedar como un acosado, para ver a donde se dirigían. Caminó inseguro por los pasillos, a algunos metros detrás de ellas, hasta que salieron del edificio y pudo contemplar lo hermosa que era la zona trasera. Era tan jodidamente grande como San lo había descrito, con construcciones más pequeñas que identificó como gimnasios concentrados al centro.

Tal vez debió parar de seguirlas una vez que llegaron al exterior.

Las chicas habían dado vuelta detrás de una de las edificaciones, que supuso sería el dojang, y, pensando que tal vez se trataba de la verdadera entrada, él fue junto a ellas. Paró en seco cuando se encontró de frente con ambas chicas y otros tres chicos viéndole con poca gracia y a punto de saltarle al cuello.

"¿Son deportistas o delincuentes? ¿Por qué siento que están a punto de darme la paliza de mi vida?"

— ¿Nos estás siguiendo? — Preguntó con el ceño fruncido una de las chicas.

— ¿Siguiendo? — Balbuceó Wooyoung.

— Nos estás persiguiendo desde la recepción. No finjas que no lo sabes. — Habló la otra chica, con un tono de voz particular. Era el mismo que usaban los de familias acomodadas. — ¿Eres un acosador o algo así?

Boqueó. Quería explicarles la situación cómo haría con cualquier otra persona, pero la idea de que no debería estar dando vueltas por los dormitorios, o al menos no solo, y lo aterradoras que se veían las líneas doradas en sus cinturones le ralentizaron el cerebro. Se sentía asustado, y rezaba porque San pudiera aparecer mágicamente para ayudarlo.

U CAN DO IT   -   woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora