29. Rituales

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Era definitivo que necesitaba mejorar su condición física.

Correr desde el estudio hasta el metro había sido pan comido: tomó un atajo y llegó en menos de dos minutos. En el vagón de camino a Yongsan-gu tomó un descanso y se mentalizó de lo que tendría que recorrer para llegar al gimnasio, analizando la ubicación exacta en su móvil.

Pero una cosa era pensarlo y otra hacerlo. Y en ese momento, en que sentía a su corazón luchando para escapar por su boca, se preguntaba por qué no había tomado un jodido taxi.

"Porque no tienes el dinero para pagar un taxi, genio".

El esfuerzo que le llevaba concentrarse en su respiración no era suficiente para ahogar los pensamientos alrededor de la charla que había tenido con su profesor un rato antes. Su cuerpo, fuera del esfuerzo, se sentía extraño. Era una sensación de nerviosismo creciendo del centro de su estómago. La oferta era única, aunque le asustara no ser lo suficiente. Retarse a sí mismo con cosas como esas eran sus planes favoritos, gritaba su corazón, pero su cerebro le detenía en seco recordándole que había algo que no le convencía. ¿El dinero? ¿La oferta? ¿El lugar?

La mirada de Seojun.

Encontró consuelo para sus piernas cuando logró ver la entrada del gimnasio con un enorme letrero anunciando el nombre y año de la competencia que estaba sucediendo en él. No había nadie en la puerta para preguntar, así que tuvo que adentrarse y buscar por su cuenta el lugar donde debían estar peleando. Intentó guiarse del eco de los golpes, exclamaciones, aplausos y timbres que se escapaban al exterior.

YeoYeo 🎀
Escribiendo...

¿Dónde estás?
16:14

No encuentro la jodida entrada
16:19

Estaba por caer en desesperación cuando el sonido de un par de puertas siendo abiertas con brusquedad le asustó. Se giró, clavando la mirada en el chico que salía de una habitación con el rostro rojo. Supuso que el color se debía a su enfado cuando le vio quitarse el casco de protección y lanzarlo contra la pared. Wooyoung alzó una ceja al escucharle, probablemente insultar, en otro idioma.

Cuando otro hombre salió por las mismas puertas para intentar hablar con el chico enfadado, Wooyoung se coló sigilosamente por su espalda y se adentró a lo que parecía ser la zona de competición.

Subió por la escalera a su izquierda para llegar a las gradas y buscó una cabellera negra conocida entre las personas sentadas. Corrió hasta Yeosang por la zona despejada y se dejó caer a su lado, sorprendiendo a su mejor amigo por lo súbito de su movimiento.

— ¿Por qué tardaste tanto? — Preguntó en voz baja.

— Seojun quería hablar conmigo. Fue tan insistente que decidí pasarme rápido por el estudio para escucharlo, pero ese tipo no planeaba dejarme ir hasta escuchar una respuesta de mi parte. — Explicó lo más rápido que pudo, buscando con la mirada a San.

— ¿Y se la diste?

— No. — Le miró de reojo. — No iba a apresurarme y a darle una respuesta de la que me arrepentiría después, aunque me haya retenido quince minutos más.

No fue fácil encontrar al castaño. Los cascos de colores rojo y azul cubrían prácticamente todo el rostro y cabello de los concursantes, dejando mucho a la imaginación. Hizo un verdadero esfuerzo para encontrarle entre la gente que esperaba su turno y los que estaban compitiendo dentro de los tres octágonos que había al medio.

No era un lugar pequeño, y la elevación que tenían las gradas con respecto al suelo de madera le impedía ver debajo de ellos, pero logró distinguir su silueta en el tatami a la izquierda del todo después de un par de minutos. Tenía un equipo de protección de color rojo, y estaba haciendo un juego de pies para esperar al próximo movimiento de su enemigo. El tiempo del segundo round estaba por acabarse, pero tenía la mayoría de puntos a su favor, y solo debía esperar el timbre para ganar. Estaba en manos de su contrincante cambiar la balanza, y lo intentó al acercarse a darle una patada en el estómago a San. El castaño lo esquivó con antelación, y aprovechando la falta de estabilidad que ocasionó no encontrar a su objetivo al final del golpe, preparó su propio movimiento.

U CAN DO IT   -   woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora