55. Silencio

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Antes de adentrarse en el mundo de la música, el silencio le daba miedo.

Era el momento perfecto para quedarse solo con sus pensamientos y recuerdos vergonzosos. La causaba ansiedad, le quitaba las ganas de aventurarse. Ahora le parecía una herramienta perfecta, un lugar en blanco en el que todo podía caber, y aun cuando decidía mantenerlo vacío, seguía siendo considerado arte.

Aunque mientras no lograra componer algo coherente, los pasillos silenciosos del instituto solo le traerían malos recuerdos, con fantasmas de sus amigos y él dando vueltas por todo ese lugar.

Se refugió en el salón de música al terminar las clases, creyendo que la finalización de las vacaciones y el ambiente neutro le ayudarían a recuperar su don, pero eso no había pasado. De hecho, fue todo lo contrario: sus dedos repasaban la introducción de Everything, la canción que habían compuesto y escrito con sentimientos ocultos en su lírica, en bucle.

Camino a casa sin pensar, buscando el teléfono en mi bolsillo. — Empezó a cantar en un volumen aún más suave que el original. — Todavía tengo recuerdos de ese día, de esa foto dónde sonreías.

Su respiración se desestabilizó y sus rodillas se debilitaron producto del dolor en su pecho. En su memoria estaban los recuerdos de los días que pasaron los tres juntos. La emoción de Jongho, las palabras de Seonghwa, y la forma en que ambos confesaron sus sentimientos constantemente al murmurar trozos de la letra.

Siempre me preguntó ¿por qué yo? Con una palabra fue suficiente. Palabras que no me salen de la boca...

Su voz se quebró, impidiéndole continuar. Sus dedos viajaron dispersos por las teclas, destruyendo poco a poco la armonía. Cuando no pudo más, estrelló ambas manos contra el teclado, causando un gran estruendo. Se puso de cuclillas, dándole un descanso a sus piernas, y ocultó su rostro en el borde del instrumento. 

Estaba siendo vencido por el miedo a quedarse estancado en ese sitio. En ese recuerdo.

— ¿Por qué estás haciendo tanto escándalo aquí solo?

Era Jongho. No supo cuando entró, pero pudo reconocerlo por su voz. Sus pies se alcanzaban a ver por debajo del teclado.

— Ya no aguanto, Jongho. — Confesó, dejando caer las primeras lágrimas. Se ocultó con más ganas. — Llevo solo dos meses lejos de Seonghwa y me está consumiendo hasta los huesos, carajo. ¡Ni siquiera entiendo por qué me duele tanto! Estoy enamorado de él. Si. ¿Y qué? Mis abuelos probablemente mueran sin saber que me gusta un chico, pero yo me siento como si me estuvieran obligando a desintoxicarme de una droga. — Soltó una risa sin gracia, presionando con fuerza el borde del aparato. — No tuve los huevos para enfrentar mis sentimientos. Tampoco me confesé cuando tuve la oportunidad. Y no me entenderé de lo sin sentido que estaba actuando hasta que le escuché hablar con el imbécil de su ex.

— Wow, se vale respirar. — Intentó pararle Jongho, pero Hongjoong hizo oído sordo. Parecía estar haciendo uso de sus habilidades para rapear, pero el llanto no ayudaba a que sus palabras fueran claras.

— No creo merecer una segunda oportunidad de Seonghwa. — Sollozó. — Mierda. Ni siquiera creo haberle merecido en primer lugar.

— Dios, eres un completo idiota. — Jongho se acercó a él en un intento de arrebatarle el teclado, pero el rubio se aferró.

— Ya lo sé, por eso estoy aquí llorando.

— Eres un idiota por lo que hiciste con Seonghwa, si, pero no hablo de eso. — Volvió a jalar.

— ¿Por qué intentas quitármelo? ¿No ves que es lo único a lo que puedo aferrarme? ¡Y ni siquiera logro tocar algo nuevo!

El castaño no hizo caso y le saco el instrumento a las bravas, haciendo uso de su fuerza bruta. Hongjoong cayó al piso sobre su trasero, pero antes de que pudiera empezar a maldecir al menor con todo su repertorio, su vista nublosa paró en la puerta de la habitación.

U CAN DO IT   -   woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora