4. Unánime

89 10 0
                                    

Tomó sus llaves puestas sobre la mesa de noche y salió de su habitación listo para irse. Era sábado, y debía llegar puntual si no quería que Seonghwa le regañara como la última vez.

El sonido de otra puerta siendo abierta lo alertó, y miró a la derecha para asegurarse de que venía del lugar que pensaba. San salía de su habitación con algo de timidez, observando su propia ropa. Sus miradas se cruzaron, y ambos parpadearon repetidas veces, analizándose. El menor pensaba que Yeosang vestía menos casual de lo que creía, y el mayor quería asegurarse de que no estuviera viendo una ilusión.

Su hermanastro estaba preparado para salir, con unos vaqueros oscuros y un suéter negro.

El castaño pellizco ligeramente la tela que cubría su pecho, y la alzó a la vista de Yeosang: — ¿Demasiado casual? ¿Debería buscar algo mejor? — Murmuró. El pelinegro negó repetidas veces, aún aturdido.

— No, no. Te ves bien así. — La vista de San se dirigió a su camisa y Yeosang le imitó, notando a qué se refería. Con sus jeans oscuros rectos y los accesorios en su cuello debió dar una impresión menos relajada de lo que esperaba. — Ah, ¿es por eso...? Solo estaba probando algo nuevo, no es tan importante. — Habló rápido, levantando sus manos para desfajar la mitad de su camiseta con algo de nerviosismo. "¿Exageré?".

Volvieron a verse detenidamente, y sonrieron avergonzados. Se sentían como dos niños aprendiendo a vestirse después de años siendo instruidos por sus padres en momentos como ese. Cada uno cerró la puerta de su habitación, y Yeosang emprendió su camino a la salida del departamento con San detrás.

Debía admitir que estaba algo nervioso. Cuando le comentó a San que el sábado saldría de casa a las dos con veinte para ir con los chicos, no esperaba que le siguiera de verdad. Especialmente después de no haber dicho nada al respecto por los dos días siguientes. Pero ahora estaba caminando detrás suyo, mirando su celular y cerrando todas las puertas que él abría. Y se sentía feliz, con una sensación cálida viajando por su pecho. 

Contento de saber que el "truco" de Wooyoung funcionó, y expectante de creer que San volvería a ser el mismo.

Le dio oportunidades a su hermano en todo el trayecto para desviarse y demostrarle que él iba a otro sitio, que tal vez las palabras usadas no habían sido efectivas y que seguía negándose a convivir con sus amigos, pero San las ignoró. Tampoco hablaron en todo el trayecto, como era usual en ellos. Llegaron al centro diez minutos para las tres, pero Hongjoong y Seonghwa ya estaban ahí esperándoles.

— ¡Yeosang...! — Hongjoong se detuvo en su saludo, intentando distinguir al chico que le acompañaba. Seonghwa pareció ayudarle, murmurando algo solo para ellos mientras los hermanos se acercaban, y Hongjoong abrió los ojos sorprendido. — ¡Y San!

Yeosang soltó una pequeña risa, y los cuatro levantaron sus manos como un saludo: — ¿Llevan mucho tiempo aquí?

— Recién llegamos. — Dijo Seonghwa. — Estamos pensando en entrar a una boutique mientas esperamos, ¿vienen?

 — ¿Por qué no? — Se alzó de hombros, y los tres se encaminaron a la entrada del local. Notó que San se había quedado atrás, así que se giró para verle. — ¿Ocurre algo?

— Creo que esperaré aquí por mientras. — Dijo el castaño. Parecía algo incómodo, así que Yeosang asintió y lo dejó ahí. 

Notó como sacaba un cubrebocas de su bolsillo delantero, pero no le dio importancia y regresó su atención a sus amigos. Hongjoong hacía una mueca mientras alzaba una camisa de colores neones, y Seonghwa soltó una risa.

Los había conocido a ambos apenas un año antes, pero eran agradables. Con el tiempo se dio cuenta de que sus personalidades no parecían ser lo que aparentaban, y la sensación de confianza que ambos emanaban le habían hecho sentirse comprendido; siempre sabían cuando algo le incomodaba, especialmente Seonghwa. Él y San eran compañeros de clase, por lo que suponía que se conocían aunque fuera solo por el nombre.

U CAN DO IT   -   woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora