20. Ajeno

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Como cada vez que despertaba, Wooyoung inició con su ritual. Era ese tipo de cosas que no podía saltarse o tendría una sensación extraña durante todo el día. Estiró sus manos para desperezarse, elevando la punta de sus dedos en dirección al techo. Luego uso sus puños para tallar ligeramente sus ojos, obligándolos a mantenerse abiertos, y enfocó a su alrededor.

Un montón de pupitres con alumnos sentados en ellos, sumergidos en la lectura del mismo libro, y su profesora mirándole como si hubiera arrancado la bandera del país de la pared y la hubiera quemado frente a todos. Lo normal.

Yeosang ocupaba el asiento a su lado en el escritorio compartido, e inusualmente, estaba leyendo lo mismo que los demás. Solía verle leyendo webcómics o novelas durante clases, haciendo uso de su bendito don para retener todo lo que escuchaba aun cuando no prestaba la suficiente atención. Le lanzó un vistazo al reloj en la pared para comprobar la hora y deslizó su diestra por la superficie de madera hasta posarla bajo el libro de su mejor amigo, que la contempló con el ceño fruncido. Vio a Wooyoung mantener alzados tres de sus dedos, luego dos, y uno. La campana, anunciando el descanso, sonó para cuando cerró su puño.

Yeosang negó, asombrado por la sincronización que tenía ese chico con la campana escolar. Parecía lo único que había aprendido en todo su tiempo en la preparatoria. Se levantaron y salieron del salón despreocupados, con la única intención de conseguir algo de comer antes de reunirse con sus amigos.

Para optimizar el tiempo tomaron caminos separados: Yeosang iría por los bollos rellenos y él por las bebidas. Corrió en dirección a la máquina expendedora de la entrada trasera para asegurarse de alcanzar su leche de banana, esperando en la fila que crearon dos pares de alumnos delante suyo. Presionó parte del código que ya se sabía de memoria una vez que fue su turno.

— ¿Hablas de Jung Wooyoung? ¿Qué pasa con él?

Un murmullo que se coló por detrás de la máquina llegó hasta él.

Juraba que, si no fuera por haber escuchado su nombre alto y claro, Wooyoung habría dejado pasar la conversación como si fuera una de sus clases. No le gustaban los chismes, pero si él estaba involucrado, claro que quería escucharlo.

— ¿No crees que su relación con Kang Yeosang ya no es la misma? Desde primer año han sido como uña y mugre, pero dicen que llevan unas semanas distanciados. — Dijo alguien más. Eran dos chicas que, aunque intentaban controlar su tono de voz, no eran lo suficientemente discretas. 

— ¿Y por qué eso es importante?

"Lo mismo me pregunto yo".

Hubo un silencio entre ellas, y Wooyoung rezó por no haber sido descubierto alzando su oreja a la conversación ajena. Tomó el cambio que la máquina le debía antes de agacharse a tomar las dos bebidas que habían caído.

— ¿Es por tu enamoramiento con Yeosang..? — Continuó la primer chica. Wooyoung abrió sus ojos a lo grande ante la noticia.

— ¡No!

— ¿Entonces?

— ¿Crees que hayan peleado? — Desistieron de su intento por susurrar, y Wooyoung tuvo que apartarse de la máquina para dejar a la siguiente persona pasar, aprovechando para ocultarse del otro lado. — ¿Cómo alguien podría pelear con Yeosang? Ese chico, Wooyoung, se ve que es del tipo problemático...

"Aquí vamos de nuevo", rodó los ojos. Ignoró la mirada de Yeonjun, que estaba posicionado más atrás en la fila, confundido por verle hacer muecas de la nada y completamente ajeno a la conversación del par de chicas.

— Deja de idealizar a Yeosang. Los amigos tienen discusiones todo el tiempo. — Le regañó, y Wooyoung le agradeció por ser más sensata que su amiga. 

U CAN DO IT   -   woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora