36. Novato

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Ese edificio era como un sueño para cualquier deportista.

Cinco pisos de dormitorios, cafetería, zonas recreativas, sala de pesas, spa y quiropráctico, sin mencionar los tres gimnasios en la parte trasera, el dojang, la pista de atletismo, la piscina olímpica, la cancha de futbol... Nunca imaginó que ese lugar podría ser tan grande, y se sentía tan emocionado como perdido, ¿qué debía ir a ver primero?

Sus pasillos de colores claros, largos y silenciosos por la hora, le dieron la bienvenida cuando subió a su nueva habitación. Le había tocado en el último piso, y le advirtieron que tendría un compañero de cuarto cuando le entregaron su llave; para su mala o buena suerte, el chico no estaba ahí cuando llegó.

Su celular sonó, y San sonrió alegre al ver el remitente. Sabía que Wooyoung no era el tipo de persona que disfrutara de despertar temprano, pero ese día se había dado a la tarea de acompañarle con pequeños mensajes durante su viaje en taxi.

Woonie 🖤
En línea

¿Es tan bueno como lo
imaginaste?
06:43

Es aún mejor
06:45

Se dio la libertad de examinar la habitación antes de empezar a sacar sus cosas. Había una cama, un closet y un escritorio a cada lado, y pudo notar perfectamente cual estaba ocupado por la cantidad de pegatinas, fotografías, hojas regadas y ropa dispersa entre la cama y la silla. No podría descifrar si había salido con prisa, o simplemente era así de desordenado, pero agradeció que respetara el espacio designado para cada uno al no ver nada de eso encima de sus muebles.

Llevó su maleta sobre su cama y empezó a desempacar. Primero sacó su ropa común, la que usaba para salir o dormir, y luego los diferentes tipos de dobok que tenía. Desde el que llevaba su nombre bordado, hasta el que le entregó Jihu personalmente cuando le dio la noticia de su ingreso y que tenía las insignias pertinentes grabadas en él. Al final sacó sus fotografías enmarcadas, el rompecabezas de Totoro y el zorro marrón de Wooyoung para colocarlos en su escritorio.

Al momento de colocar la pieza de cerámica sobre la madera, la puerta de la habitación fue abierta. Un chico de cabello y shorts rojos le miró atónito desde ahí.

— ¿Amigo o enemigo?

— Soy tu nuevo compañero de cuarto.

— Eso no responde mi pregunta. — Se quejó en broma el chico, cerrando la puerta tras de él y acercándose al castaño. — Soy Jung Hoseok, ¿y tú?

— Choi San. — Hizo una reverencia junto a su presentación, obviando como la mirada del pelirrojo se ampliaba.

— ¿¡Choi San!? ¡Yo te conozco! — El chico le apuntó con su dedo índice, emocionado. — Hace poco derrotaste a Jun Chen en una competencia, ¿verdad?

— ¿Sí?

— Jun Chen debe estar muy enfadado. — Canturreó. — Estuvo dos años fuera por una lesión en el tobillo, y esperaba un regreso triunfal durante esa competencia, pero lo delegaste a segundo lugar y ahora tendrá que esperar para regresar al equipo nacional. — Explicó, acercándose a su escritorio para examinar sus pocas pertenencias.

— ¿Es así? Nunca había escuchado de él. — Murmuró. Aunque fuera verdad, ahora parecía una falta de respeto desconocer su identidad.

¿Jun Chen pertenecía al equipo nacional? Eso significaba que se volverían compañeros si regresaba. 

— Era la promesa china del taekwondo hasta que ocurrió lo de su tobillo. Un chico Vietnamita le dio un mal golpe, y hasta hubo una investigación para saber si fue un accidente o no, pero nunca volví a ver al culpable. — Se alzó de hombros. San notó su interés en sus fotografías. — ¿Es tu familia?

U CAN DO IT   -   woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora