— ¿San..? Hm.
— ¿Mhm?
El castaño y su mala costumbre por besarle aun cuando intentaba hablar con él.
Regresaron al interior del departamento, pero Wooyoung tenía muchas preguntas para él. Desde la hora, sus manos vendadas o si se había cruzado con Seojun al subir, pero San no le permitía hablar por la forma tan intensa en que presionaba sus labios contra los suyos sin pausa.
Disfrutaba del tacto, pero a ese paso la comida se terminaría enfriando por estar comiendo otra cosa. Tomó el cabello de la nuca del castaño y lo tiró hacía atrás.
— ¡Ay! — Se quejó San. Cerró sus ojos con fuerza y sacó las manos de la cintura de Wooyoung por instinto.
— Eres un desesperado. — Le regañó, relajando su agarre. Acarició la zona antes de soltarle por completo. — ¿Por qué estás tan ansioso?
— Por qué no te he visto en toda la semana. — Hizo un puchero que Wooyoung desapareció con un beso casto. Se separó de él, caminando a la cocina con San siguiéndole.
— ¿Hoy no tenías entrenamiento? ¿Qué le pasó a tus manos? — Le dio un vistazo rápido, comenzando a mover los platos a la mesa. San intentó ayudarle llevando los cubiertos en su mano izquierda.
— Ayer por la noche ocurrió algo y me lastimé... Así que no podré ir a entrenar por un tiempo.
— ¿Qué?
Se detuvo en seco. Wooyoung volteó a mirarlo con preocupación, dejando caer los platos de arroz en la mesa cuando terminó de procesar sus palabras. Se acercó a San y tomó sus manos entre las suyas para examinarlas.
— ¿Qué fue lo que pasó? ¿A qué te refieres con lastimarte? ¿Cuánto tiempo vas a descansar?
— Una pregunta a la vez. — Bromeó San. Aprovechó que Wooyoung volteó a verlo con mala cara para pasar a sostener él las manos de su novio. — Unos chicos estaban intimidando a otros e intervine porque la situación estaba escalando.
Ahora que lo ponía en palabras, podía darse cuenta de que nada tenía sentido. ¿Cómo podría explicarle que sintió miedo de ser testigo de algo tan terrible y sabiendo que se arrepentiría después por no ayudar? Tampoco quería mostrarle las heridas, porque ver la preocupación genuina de Wooyoung le traía sentimientos encontrados.
— ¿Qué tan peligroso?
— Un chico tenía una pequeña navaja... — Respondió sin pensar. Los ojos de Wooyoung se abrieron de par en par, y San entró en pánico. — ¡Son solo dos cortes! No es nada muy grave, en realidad.
Definitivamente lo estaba arruinando, pero San no quería mentirle a Wooyoung.
— ¿No es nada muy grave? — Preguntó el menor, con el corazón asfixiado y ansiedad brotando de sus poros. — ¿Cómo puedes decir que no es nada grave? Muéstrame.
— No es nece...
— Muéstrame. — Insistió.
Rendido, San soltó muy lentamente las vendas. Wooyoung advirtió horrorizado las líneas rojas que ahora recorrían sus manos, decoradas con cinco puntos en cada una.
Con cuidado de no lastimarlo, el menor delineó la piel a sus alrededores con el dedo índice. Su yema rozó uno de los hilos negros, y San se percató de la forma en que sus falanges se sacudían.
Wooyoung estaba temblando.
— Esto es muy grave. — Habló en un hilo de voz. Sus ojos se aguaron, pero no apartó la vista de su mano derecha. — ¿Por qué no me lo dijiste antes?
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U CAN DO IT - woosan
FanfictionEl tan esperado inicio de la primavera. La nieve que ocultaba sus problemas se derrite, las discusiones florecen en las grietas de una amistad basada en silencios, y un amorío se desarrolla a espaldas de lo que se suponía que sería su último año de...
