43. Terremoto

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No sabía si agradecer o maldecir a Jung Hoseok por haberle notificado de la situación.

Ahora se sentía agobiado por la cantidad de escenarios pasando por su cabeza, drenando su energía de forma obvia y haciendo que todos, incluyendo a San, se preocuparan por él. Intentaba disimularlo negando que ocurriera algo, pero se había encerrado en su cabeza para buscar una hipotética solución. ¿Debía hablarlo con San? Podría sonar como un intenso y celoso, ¿Debía dejar que lo descubriera por su cuenta? Tal vez eso nunca pasaba, o terminaba correspondiendo a Sunoo.

"Espera, ¿correspondiendo a Sunoo? ¿Realmente crees que haría eso?" se regañó, frunciendo el ceño con enojo.

— Si sigues haciendo eso te saldrán arrugas.

Clavó la vista en el reflejo del salón. Esta vez no se encontraba solo, sino que estaba acompañado por el grupo principal del estudio, que al igual que él, estaban calentando para comenzar la clase. La misma seria dada por Seojun, quién le miraba divertido desde la bocina.

Pero Wooyoung no estaba para bromas, y menos suyas, así que se mantuvo en silencio esperando escuchar la melodía que daría inicio a su "primera impresión".

I was born sick, but I love it. — Se escuchó, y ambos corrieron a sus posiciones. — Command me to be well.

Seojun, tan apurado como siempre, había adelantado el día de su presentación diciendo que "estaba listo" para hacerlo, y él quería dar todo de sí mismo para demostrarlo.

Odiaba sentirse inseguro, pero llevaba un par de días sin poder sacarse esa desagradable idea de la cabeza. El sentimiento se pudrió en ira, la misma que empezó a transpirar por sus poros y fue obvia para todos en el lugar. Quería deshacerse de sus emociones, y por fin las sintió despegarse de su piel conforme se movía con parsimonia fingida.

El baile, como siempre, se volvía ese escape de la realidad que le ayudaba a despejar las tormentas que le dominaban.

Sus compañeros estaban atentos a cualquier buen o mal movimiento, juzgando su forma de expresarse, y lo que podía transmitirles solo con la manera en que respiraba. Parecía, más allá de la obsesiva devoción que mostraba su letra, estar llevando su enojo a través de la injusticia que acompañaba a la canción. Un enojo por los prejuicios, por la fe ciega, y por la violencia injustificada a personas inocentes que el único error que cometieron fue amar.

Tomó el antebrazo de Seojun con fuerza, dejándose dar una vuelta por sobre el suelo antes de levantarse como un muerto que volvía a la vida. El alto, contrario a lo que esperaba, se mostró más violento que antes al tomar su nuca. Su palma abarcaba la zona por completo, y sus dedos se clavaron detrás de su músculo ecom, causándole un dolor que Wooyoung ignoró. Le obligó a caer al suelo sin cuidado, desplomándose junto a él con la misma fuerza y pegando sus frentes. Se contemplaron, con un montón de emociones aprisionadas en su pecho y que buscaban salida en su mirada, incapaces de escapar por sus labios.

Curioso que, a comparación de todos sus ensayos previos, Wooyoung no tuvo que fingir el dolor que mostraba su expresión antes y después de caer rendido al suelo. Algo le estaba consumiendo desde dentro.

Ser abandonado.

No ser suficiente.

Ser prescindible.

No ser obediente.

Ser un parásito.

Oh, good god, let me give you my life.

Esta vez, dado que la pista estaba preparada para la ocasión, finalizó de una. Los aplausos no se hicieron esperar, rompiendo con el silencio que dejó atrás la canción.

U CAN DO IT   -   woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora