19. Corresponder

52 6 0
                                    

— San.

— ¿Si, señora Jung?

Eran las once de la noche, así que no esperaba encontrarse de frente a Yun, la madre de Wooyoung, al salir del elevador de su edificio.

Después de haber perdido, el reto de Wooyoung fue acordado y todos le acompañaron fuera del karaoke. Parecía que tenían un especial resentimiento por sus ideas y comentarios, porque usaron todo en su contra: su desafío consistía en pedirle instrucciones para ubicar una sex shop, que en realidad no existía, a transeúntes desconocidos. El pobre pelinegro se estaba muriendo de la vergüenza, con el rostro rojo hasta las orejas, aun cuando fue tratado amablemente por gente que buscó ayudarlo sin juzgar.

Después de hablar con tres personas, regresó junto a ellos con la mirada en el suelo, y todos estallaron en carcajadas. Regresaron al interior para ver el aclamado enfrentamiento entre San y Jongho.

El amor es una chispa de fuego, que florece y luego se desvanece. — El castaño más joven pasó primero, cantando Wild Flower de Park Hyo Shin. Parecía tener una preferencia por ese tipo de canciones. — Al tonto corazón joven que tenía, dentro de los deslumbrantes recuerdos brillantes. Así, llamo tu nombre una vez más.

La canción, ligeramente larga, llegó a aquel alto que hizo a San tragar saliva. Debía reconocer que la habilidad de Jongho le intimidaba, pero se propuso divertirse antes de solo resignarse a que tendría que cumplir un reto. Cuando la melodía finalizó, los chicos aplaudieron y vitorearon a su amigo.

— ¿¡Quién te hizo tanto daño, Jongho?! — Gritó Mingi desde el fondo, con un falso rostro afligido. El castaño rio, y le cedió el micrófono a su amigo.

Borrow Your Night de 10 CM comenzó a reproducirse a través de los altavoces, y San le siguió con su voz.

Primero, te tengo ante mis ojos. Entonces te hago sonreír con palabras hermosas. 

A comparación de veces anteriores no les dio la espalda al cantar. Se colocó frente a la pantalla, sabiendo la letra de memoria, y se dejó oscurecer el rostro por la luz que lo envolvía.

Luces aún más lindo hoy, y tu expresión risueña sigue apareciendo ante mi.  — Wooyoung le miraba atento, sentado al medio del sofá y abrazando sus rodillas por la vergüenza que había sufrido un rato antes. — En noches frías como ésta, cuando vuelvo a casa, pienso en ti otra vez. Es tarde ya, pero si está bien para ti, ¿podrías salir por un momento?

San abrió sus ojos, contemplando al chico que le gustaba escondido entre las sombras que creaba la iluminación morada, y le sonrió suave.

— No quiero solo dejar pasar esta noche. Quiero verte solo un momento, y decírtelo a través de la noche. — La competencia había quedado en segundo plano, porque sabía que no ganaría con aquella elección de canción, pero quería aprovechar ese momento para abrir su corazón de forma silenciosa. — Incluso si no es mucho, cuando estoy contigo, no quiero nada más.

El vitoreo se hizo escuchar, celebrando el talento de San también. Aunque perdió al contar los votos, mantuvo la sonrisa en su rostro todo el tiempo. Una sonrisa pequeña, tímida. Enamorada. Para Yeosang, no fue difícil notarla y saber que se debía al pelinegro con rubio que corrió a abrazar al castaño como "consuelo" por haber perdido.

Su castigo se basó en hacer la mayor cantidad de flexiones que pudiera durante dos minutos; si caía al suelo, tendría que llamar a su padre y decirle que estaba borracho. Era complicado, pero como un chico al que le gustaba el ejercicio, lo intentó.

Después de veinte repeticiones empezó a sentir un ligero ardor en su pecho y brazos, pero continuó hasta las treinta y dos. Faltaban veinte segundos, así que hizo una plancha temblorosa hasta que el temporizador sonó y se dejó caer al suelo, sin fuerza, pero con una sonrisa satisfactoria.

U CAN DO IT   -   woosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora