Lee Félix es un estudiante de psicología que es muy estricto cuando quiere conseguir las mejores notas y por esa simple razón su profesor de Psicometría se vuelve su principal dolor de cabeza.
Hwang Hyunjin un profesor terriblemente odiado y deseado...
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Félix
Y fue casi en cámara lenta mi madre no me dejó decir una sola palabra, me abofeteo a su antojo diciendo que era un sinvergüenza que había dejado nuestro apellido en lo más bajo y demás cosas que no pude alcanzar a escuchar por Sunno impidió que me siguiera golpeando.
— Una cosa es que seas gay y otra muy diferente es que seas un puto, suéltame — le dijo está a mi padre que hasta el momento no me decía nada — Nos mentiste dijiste que te habías ganado una beca y todo era una sucia mentira, venderte por cosas materiales ¿Eso te parece bien? Tu padre y yo no criamos a un prostituto — comenzó a reprocharme con mucho enojo mi madre.
— Déjame hablar las cosas no son... — me interrumpió.
— No me importa que digas, para mí eres la mayor decepción de mi vida, te aceptamos y nunca te señalamos por ser gay, pero ya cruzaste la línea — decir que esas palabras no dolieron sería mentira.
No sabía que decir me dolía más la mirada de mi padre ¿Por qué no me dejan explicar? Si cometí un error, pero no es tan grave.
— Decepción, no me hables de eso Jennie que tú le fuiste infiel a mi padre y le quitaste el dinero — me solté de Sunno y tome todo ese dolor y lo convertí en enojo — Si hice lo que hice fue por ti solo por ti, quieres controlar mi vida me amanesaste porque no quería a la estúpida boda de tu amada Yeji, dijiste que no me pagarías la universidad ¿Dime quién es el enfermo aquí? — le restregué en la cara.
Si no hubiese sido por ella nada de esto estaría pasando, no merece ni que le diga madre.
— ¿Ahora te vas a hacer la víctima? Félix no eres un niño ya sé responsable y acepta lo que te convertiste, yo solo quería que estuvieras en la boda, jamás te dije que te vendieras y menos a un profesor ¿Sabes lo que están diciendo de ti? Nada, todos hablan de nosotros de tus padres que no supieron educarte correctamente — exclamó con enojo.
— Eso es lo que te importa tu estúpida imagen siempre ha sido así, nunca te he importado y nunca te importara no importa lo que haga — dije molesto mientras mis ojos se cristalizaba.
En fondo de mí siempre busqué tu aprobación y nunca la tuve, me esforcé, pero estoy cansado ya no puedo.
— Llora, resuelve esto como siempre lo haces, pero no cambiaré mi opinión, ojalá nunca te hubiera tenido — dijo antes de irse.
Comencé a llorar, pero aún no estaba derrumbado.
— Papá — lo llamé tratando de buscar su apoyo.
Este suspiro y se acercó a mí.
— Me mentiste ese es el problema, no te puedo juzgar por tus decisiones porque es tu vida, pero me duele que me tenga que enterar de las cosas así, no me importa el apellido ni la imagen — tomo aire y miro a Sunno — Es mejor que se retiren — pidió.
