Lee Félix es un estudiante de psicología que es muy estricto cuando quiere conseguir las mejores notas y por esa simple razón su profesor de Psicometría se vuelve su principal dolor de cabeza.
Hwang Hyunjin un profesor terriblemente odiado y deseado...
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Sentí una corriente recorrer todo mi cuerpo y sin poder evitarlo me mordí el labio deseando que esto no fuera una broma.
— ¿Y tú no saldrás corriendo como siempre? — lo provoqué.
Agarró mi mandíbula fuertemente para acercar nuestro rostros.
— Deja de hablar y demuestra que no eres un niño — exclamó.
A quién le voy a mentir, si soy un niñato que apenas ha besado a tres chicos en su vida y ahora me las quiero tirar del que tiene mucha experiencia. No puedo dejar que él note mi poca experiencia, vamos Félix tú puedes, sólo haz lo que hacen en el porno.
Comencé a quitar los botones de su camisa para comenzar a tocar aquel cuerpo marcado, sus ojos estaban en mí esperando que me equivocara para reírse de mí pero no lo va lograr.
— Profe, salió muy exigente — susurré en su oído antes de bajar mi mano lentamente por todo su pecho.
Su piel no era como la de Seonghwa o la Jisung, es suave pero al mismo tiempo dura por los músculos, acaricié los pezones y este alzó la cejas al ver que acercaba mis labios a estos. Lamí y mordí con sutileza fracasando en el intento de lograr algo en su cuerpo, me acerqué a su rostro de nuevo tratando de provocarlo.
— En serio me aburres — se burló.
Sentí la rabia apoderarse de mí, no voy a perder, voy hacer que pierdas en este juego tan peligroso, metí mi mano sin vergüenza alguna por debajo de su bóxer, siento su miembro en mi mano, este se sobresaltó ante mi repentino movimiento.
— Esta parte de ti dice que no estás aburrido, ¿sabes? te crees mejor que todos pero la verdad no me sorprende tu amiguito, mi mano sube y baja por un pene tan pequeño — me burlé.
No era pequeño, realmente mi mano no alcanzaba a cubrir toda esa longitud que era muy gruesa y largo a mi parecer, nunca había tocado un miembro y la verdad no se sentía mal. Me gusta más de lo que pensé.
El movimiento de mi mano iba acelerando con dificultad por la ropa, me dolía la mano pero no me detuve porque al sentir aquel pedazo de carne cada vez más duro me hacía sentir motivado.
— ¿Pequeño? No me hagas reír, deja eso mejor, a este paso nunca me voy a correr — se burló de mí.
¿En serio crees que me voy a creer que no te está gustando? Tu cara y la forma en la que te muerdes el labio es un claro indicio de que estoy haciendo algo bien.
— Muy pequeño, he visto mejores — menti.
Había visto el de Sunno y el de Jisung, este último solo por accidente pero con sólo sentir aquel pene en mi mano podía jurar que su tamaño es más que el promedio y su grosor me sorprende.
— ¿Por qué no lo chupas mejor? — me retó.
Solté su pene de inmediato y no pude reírme ante su propuesta ¿Qué le pasa? Está loco si cree que voy hacer eso. Una cosa es jugar y otra muy diferente es eso.
