03 Poder

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Me levanté abrazando el pequeño cuerpo de mi novia, vi su cuello descubierto cubierto de marcas que aún estaban rojas, poco arriba de su codo también había marcas, nuevamente esa sensación de calor pico en mi interior. Me levanté sin hacer mucho movimiento ya que no la quería despertar, revise que eran las 9 de la mañana, apenas tuvimos cuatro horas de sueño y solo porque después de cinco orgasmos más Vaggie finalmente quedó inconsciente, mientras ella dormía yo limpie cada una de las heridas que hice y coloque pomada para desinflamar.

Entre al baño para ducharme rápidamente y al salir vi a Vaggie quejándose lista para despertarse, me acerque a ella besando su coronilla.

—Mierda Charlie, ¿qué fue eso?

—¿Qué? ¿El beso?

Su ojo se abrió con molestia y casi creí que me prendería fuego de ser posible, me acerque hasta su boca y le di un suave beso que logró quitarle la molestia.

—Iré a preparar algo para comer, ya regreso.

Con eso dicho salí de la habitación ya vestida con mi traje rojo, baje las escaleras hasta el primer piso, cuando llegue vi que mi padre preparaba hot-cakes de desayuno mientras que todos parecían estar teniendo un mal día.

—Hola amigos, listos para un nuevo día.

—No.

Contestaron al mismo tiempo, menos mi padre que solo se echó a reír. No entendía muy bien lo que ocurría pero me acerqué a saludar a mi padre con un abrazo.

—Hija, estos son para Vaggie sin duda lo agradecerá.

—Muchas gracias papá.

—Si, llevale de comer a la pobre ángel, porque parecía que anoche estaba luchando contra un demonio y perdiendo. ¿Acaso fue eso lo que la hizo gritar? No pensé que fueran tan morbosas, sin duda una pelicula de ustedes me quitaría mi trabajo.

Angel continuó con lo suyo mientras yo intentaba no dejar caer el plato, no me arrepiento de que nos hayan escuchado, era eso justo lo que quería, y sin duda lo haría otra vez, ¿pero por qué? Esa era la pregunta, nunca me había sentido con la necesidad de hacer público nuestra intimidad, y ahora que está hecho no me siento mal por ello.

Entrada la tarde bajamos las escaleras, Vaggie caminaba perfectamente pese a las burlas de Angel, incluso tenia la fuerza suficiente para amenazarlo con su lanza si volvía a comentar algo de las mordidas perfectamente visibles en sus brazos, cuello y en la parte de sus piernas que no logran tapar las medias.

—No creo que Charlie sea tan fuerte, para mi que tu eres muy débil eh Vagatta, digo, yo he cogido con 30 demonios a la vez y no me estoy quejando.

—Maldito hijo de perra, te voy a matar.

—Sin duda me gustaría saber que te hizo gritar tanto Vagatta, digo, Charlie no tiene un pene... ¿o si?

—Cabrón hijo de puta.

Me puse en medio de los dos antes de que Vaggie terminara por encajar su lanza a Angel Dust que solo tentaba a su suerte.

—Oh, tengo una idea, que tal si lo probamos.

—¡Si!

—¡¿Qué?! NO, ¿Charlie?

Mire a Vaggie que parecía a nada de encajarme ahora la lanza a mi, creo que no me explique bien, y la mirada emocionada de Angel Dust lo decía.

—Amor, no lo decía de esa manera. Sabes que solo te quiero a ti. — la bese en su mejilla y vi como miro con molestia a Angel cuando se quejo, me reí levemente antes de continuar. —Podemos hacer una competencia de poder, sé que no es lo mismo pero creo que será divertido.

La Princesa del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora