42 Tensión

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—¡¿Entonces si puedo regresar?!

—Por supuesto que si.— dijo Engell sonriendo cómplice viendo la sonrisa feliz de Stern. —Pero si sucede algo, cualquier cosa quiero que me avises, ¿entendido?

—¡Si!

Después de un corto abrazo Lucifer creó un portal por el que despidieron a la diablillo de regreso a la casa de las Carmine. De inmediato la tensión en la habitación se sintió, Erdnuss, Vaggie y Lucifer sonreían tontamente viendo a todos lados sin saber que decir para despedirse, era como si el mismo pensamiento pasara en la cabeza de los tres.

Mientras que Lilith se mantenía de ojos cerrados y sonriendo disfrutando del claro nerviosismo y emoción de su marido. Engell bebía una copa de sangre, regalo de Erdnuss, esperando a que esta dijera algo, quería divertirse un poco ahora, su lado de pecadora aflorando desde la canción. Y Charlie ponía nerviosa a su novia con besos cortos en su cuello y su cola que ya se había colado y apretado en el muslo de su novia.

—Bueno...— comenzó Lucifer aplaudiendo nerviosamente.

—Por cierto.— interrumpió Lilith riendo divertida al ver el gesto consternado poco disimulado de los ángeles en la habitación. —¿Qué pasó con Eva?— la tensión sexual desapareció en un segundo para ser reemplazada por una ligera preocupación y molestia por todo lo que había acontecido. —¿Dónde está?

—Bueno, ella está encerrada.— comenzó Charlie alejándose de Vaggie, la más baja cruzada de brazos se levantó de las piernas para sentarse en el posa brazo del sofá y cruzó las piernas. —No hemos hablado con ella, papá y yo acordamos esperar a que nos recuperaremos antes por si intentaba algo.

—Entiendo.

—¿Porque preguntas Lili?

—Quiero hablar con ella, al menos una última vez.— dijo Lilith con voz neutra y una mirada amenazante. —Hay cosas que debemos arreglar.— su cabellera flotó y sus ojos brillaron ligeramente de un color carmesí que aceleraron la respiración de Lucifer.

—Bueno, aunque ella también debería estar débil, ¿no?— preguntó Engell rompiendo el silencio que se había formado.

—Si...— dijo en voz baja Vaggie con su ceño fruncido, sus alas moviéndose ligeramente al recordar a la mujer.

—Lili.— llamo Lucifer a su esposa, que le sonreía con dulzura. —¿Quieres verla? Igual si intenta algo estoy seguro que podemos detenerla.

Lucifer miró a Charlie que se mantenía con los ojos cerrados recargada en su palma derecha considerándolo, su mano izquierda subiendo y bajando por la pierna de su novia, su cola había desaparecido. La Princesa se levantó dejando un corto beso en la mejilla de su novia, y con una radiante sonrisa y mirada cariñosa vio a su madre y asintió.

—Bien, igual será bueno verla, a lo mejor y está muerta.— bromeó y la risa de los presentes fue inmediata.

Al tronar los dedos se abrió un portal, Charlie miró al interior y ladeo la cabeza confundida y preocupada, sus ojos vagando por el interior donde la jaula se encontraba sola.

—¿Qué sucede?

Pregunto Vaggie ya de pie y caminando hacia ella, el resto alerta. En el segundo que transcurre cuando Charlie se gira hacia ella para decirle lo que sucedía un golpe certero en su pecho la hizo tropezar dos pasos hacia atrás, la sorpresa fue instantánea al igual que la sombra negra que brillaba de un verde que salía arrastrándose hasta una orilla del hotel. Erdnuss reacción intentando encerrarla pero la sombra evadió su trampa al igual que la lanza de Vaggie, al final logró llegar hasta la orilla de la habitación y se desvaneció.

La Princesa del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora