38 Confrontación

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—¡Váyanse de una puta vez!

—¡No!

—No estás en posición de discutir, ¿acaso quieres morir Angel?

—Vamos, no corran, no es divertido cuando los puedo ver...

Una carta de naipe salió disparada a las dos cámaras de vigilancia que había en el pasillo de un piso en el hotel. Husk cubrió con sus alas a Cherry y a Ángel, este último herido por un ataque de Adam, esos malditos no desaprovechan oportunidades. Debían llevar el libro a Charlie, eso era prioridad, pero la presencia de estos dos no era algo con lo que contaban. Girando hacia los pecadores le dio una última mirada a Cherry antes de que esta asintiera, lanzando una granada hacia la pared salto, alejándose cargando con ella a Ángel que seguía quejándose de dolor como en contra de dejar a Husk solo con Vox y Adam.

—Vamos, creí que Alastor te había prohibido meterte con nosotros.— hablo con voz cantarina y burlona Vox cuando se detuvo frente a Husk ya afuera del hotel.

—Él no está aquí.— gruño.

De la entrada se acercaba Adam, su hacha espada descansando despreocupadamente en su hombro.

—Y tú tampoco lo estarás dentro de poco.

En el momento en que Charlie cruzó el portal con Vaggie inconsciente en sus brazos al estilo nupcial y Eva sobre su hombro fue recibida de inmediato por Rosie que la guió a una habitación espaciosa donde ya se encontraba Lilith siendo atendida por Lucifer. El Rey creó una cama a un costado de donde se encontraba Lilith, Charlie recostó a su novia con extremo cuidado antes de tronar los dedos una segunda vez, allí se transporto a una habitación dorada, en medio un simple colchón, sin cuidado dejó caer a Eva, sus manos y tobillos fueron aprisionadas por grandes cadenas doradas, encerrada en una jaula. No podría escapar así se corte las extremidades. Con la mujer aún inconsciente regresó de nueva cuenta a la habitación.

—¿Qué pasó con Alastor? ¿Lo mataste?

Justo en ese momento entraron Angel, Cherry y Husk, en silencio sin saber realmente que decir, siendo rápidamente interrumpidos por la llegada animada de Rosie.

—No.

Un quejido lastimero brotó de los labios de ambas mujeres severamente heridas, distrayendo su atención del demonio de la radio.

—Voy a sanarla...

—No lo hagas, de nada servirá.— Lucifer confuso miró a su hija que no despegaba la mirada de Vaggie, acariciando sus cabellos plateados un brillo dorado se encontraba en su palma compartiendo el dolor de la ángel, aunque no hacía mucho por sus heridas. —Eva dijo que sus vidas estaban ligadas, si curas a madre de nada servirá porque la que se beneficiará será Eva y Lilith seguirá herida.

—¿Entonces qué sugieres?— gruño Lucifer molesto.

—Debemos romper su contrato.— Lucifer se quedó pensando en eso, los libros se encontraban en el hotel, preocupándose al haberlos dañado durante su batalla con Erdnuss se giró asustada a ver a los pecadores, al no ver a las otras dos temió lo peor. —Chicos, les puedo pedir un favor.— los tres asintieron de inmediato. —Necesito que vayan al hotel, en mi oficina están los libros de contratos, todos marcados de cada década. Busquen el libro de los últimos 10 años, allí debería estar el de Eva.

—Por supuesto.

—Cuenta con ello perra.

—¿Cómo es que el rey no sabía del contrato?— preguntó Husk y enseguida recibió un gesto preocupado de los pecadores a sus lados, en sus miradas gritaban "¡¿Que mierda Husk?!"

La Princesa del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora