22 ¿Verdad...

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Ni siquiera eran las 6 de la mañana cuando todos los huéspedes del hotel se encontraban en la sala, a excepción de Stern qué seguía dormida y Alastor qué no se veía por ningún lugar.

Nadie sabía cómo reaccionar, Angel y Cherry se encontraban en la cocina preparando algunos aperitivos realmente nerviosos por la presencia de la reina. Husk al igual que Niffty se habían apresurado, pasado la sorpresa anterior, se encargaron de preparar un té a la reina y conseguirle una manta qué ahora la cubría desde sus hombros. Engell y Erdnuss se encontraban al pie de la escalera, una con los brazos cruzados y la otra con las manos tras la espalda respectivamente.

Lucifer y Charlie se encontraban sentados en el sofá frente a Lilith, aún con su pijama al igual que todos. Vaggie estaba de pie detrás de Charlie con ambas manos entrelazadas en su regazo, sin duda alguna no esperaba que esta sería la forma en que conociera a su suegra. MIERDA que tener a la familia real como familia la iba a matar algún día, era demacrada presión.

El silencio era sepulcral, parecía que nadie se atrevía siquiera a respirar. Charlie se encontraba ansiosa por ver a su madre después de tanto tiempo en ese estado, que si bien no lucía descuidado si estaba desaliñada. Lucifer por su parte tenía un nudo en la garganta, no podía creer que la única mujer de la que se había enamorado estaba allí justo ahora.

—Bueno, estoy segura que todos estamos bastante sorprendidos y no en un mal sentido, solo que es...

—Lo entiendo cariño.

Esa voz hizo que todos los presentes se congelaran, desde que apareció la reina no había dicho palabra alguna. En Lucifer fue una reacción instantánea que lo obligó a morderse la lengua e intentara con todas sus fuerzas no comenzar a mover el pie en señal de ansiedad y nervios. Charlie por su lado sintió sus ojos picar y un nudo formarse en su garganta, ella reconocía esa voz, era la misma que muchas noches la acuñó, aquella que la apoyó en su misión, pronto su hilo de pensamiento se cortó al recordar algo vital.

Ella se fue.

Charlie entonces pensó en lo mucho que habría deseado haber escuchado por esa misma voz un adiós en lugar de una carta a mitad de la noche. Tragando con esfuerzo el sentimiento nostálgico que amenazó con humedecer sus ojos continuó.

—¿Qué pasó?

Un largo silencio vino a continuación. Lucifer entonces pensó en detener a su hija y decirle que lo mejor sería descansar pero esa voz cálida y agradable lleno el silencio interrumpiendo sus palabras que murieron en su garganta.

—Fui llamada por el cielo hace siete años, después de separarnos, dijeron que habían intentado ponerse en contacto con Lucifer pero éste nunca contestó, y debían tratar asuntos importantes referente al incremento de la población en el infierno.

Lucifer pronto tuvo todas las miradas sobre él, el rey recordaba haber ignorado muchas llamadas durante esos años, su depresión y autodesprecio lo mantuvieron enclaustrado en su habitación; la mayoría de llamadas eran de los príncipes del infierno pero no recuerda nunca una llamada del cielo, la única que tuvo fue un año después de la carta que recibió por parte de Lilith.

—Fui firme al negar el proyecto que tenían en manos referente a exterminar a los pecadores, el cielo no pareció muy contento con eso, afirmaron que lo harían con o sin mi permiso, pero sentí que algo no estaba bien y por eso yo... escribí esas cartas.

Charlie entonces tenía cruzada sus piernas, una mano en su boca y la otra por sobre su pecho, sintiendo las manos cálidas de su novia en sus hombros se relajó ligeramente al escuchar la mención de esa carta, su ceño pronto se mostró preocupado.

—¿Por qué no me llamaste? ¿Por qué no hablaste conmigo? — gimió Lucifer inclinándose hacia adelante, su voz apenas era un susurro dolido.

Con ojos cariñosos Lilith continuó.

La Princesa del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora