39 Sanar

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—Me gustaria saber que paso en el hotel.

—Es una historia realmente corta, creo que lo podemos discutir después.

—¡Erdnuss!— grito Vaggie para en un segundo volar hasta la mencionada y sostenerla de la camisa. —Ven conmigo.— sin decir nada más la más baja las arrastró hasta el gran ventanal. —Vámonos, saca tus alas..

—¿Qué?— pregunto dudosa la ex pecadora, viendo hacia abajo, tal vez solo eran dos pisos pero ella no pensaba saltar.—Además, no tengo alas.

El gesto de Vaggie paso de confuso a una sonrisa ladina y claramente divertida.

—Oh, ¿de verdad? Bueno, yo puedo ayudarte con eso.— habló en su lengua materna aun sonriendo volando un poco para estar a la altura de Erdnuss. 

Las chicas en la habitación se encontraban confundidas, y Lucifer solo miraba en silencio llevándose consigo el dolor de su esposa pero no sanando sus heridas, después de la pregunta de Charlie el rey se negó a responder y el silencio cayó en la habitación antes de ser roto por Vaggie.

—Si, yo no lo creo. Además, que tal si no está en mi anatomía tener alas.

—Eso es una tontería, incluso Sir. Pentius tiene alas, lo se porque de lo contrario lo habría empalado cuando nos visitó la última vez.

La ex pecadora se quedó completamente confundida, al menos el tiempo suficiente para que Vaggie la tomara con fuerza de la camisa y se impulsará a gran velocidad por el cielo, el grito de Erdnuss divirtió a la ángel y causó que Charlie y Engell corrieran al balcón para ver a Vaggie volando con relativa facilidad y a Erdnuss intentando sostenerse de la otra.

—¡¿Qué mierda?!— exclamo ansiosa Engell pero Charlie solo sonreía al ver a su novia tan feliz, como si un peso finalmente hubiera caído de sus hombros.

A la distancia la vista de Charlie se fijó en el cuerpo que corría apresuradamente de Cherry cargando consigo a Angel quien sangraba. Preocupada tronó los dedos creando un portal frente a la pecadora para aparecer en un segundo en la habitación. La atención de Engell dejó a su novia que parecía a punto de tener un ataque por la altura para centrarse en los pecadores que habían llegado.

—¡¿Qué pasó?!— preguntó asustada Charlie mientras se acercaba a ver a Ángel que se quejaba de dolor.

—¡Adam y Vox!— Jadeo Cherry entregando el libro a Lucifer viendo preocupada a su amigo. —Están en el hotel, Husk...

—¡VAGGIE!— Charlie interrumpió lo que iba a decir la pecadora para gritarle a su novia, que se giró a verla y a la distancia volvió a gritar casi como un rugido. —¡Ve al hotel!— la angel entendió de inmediato y se apresuró al lugar llevando consigo a Erdnuss que ya parecía más tranquila.

—Engell lleva a Angel a otra habitación y revisalo, pídele ayuda a Rosie, iré tan pronto rompamos el contrato.

Con eso dicho la pecadora asintió y los 3 salieron de la habitación. Lucifer ya se encontraba revisando las hojas del libro. Se acercó a su padre para ver sobre su hombro, cuando el rey encontró el contrato lo rasgo de las hojas para que se mostrará frente a los dos.

—¿Me dirás porque no sabías de esto?

—Charlie hija...— suspiro pesado el rey leyendo las letras, la sangre con la que Lilith había firmado lo hicieron enfurecer. Charlie tomó el contrato y lo leyó con extrema lentitud y cuidado para asegurarse que no hubiera una cláusula además de la de reciprocidad, que mantenía el alma de Eva ligada a la de Lilith. 

—Tu madre y yo tuvimos problemas, fueron raros a decir verdad, creo que ahora entiendo el porque...— comenzó bajo el rey pero Charlie no se giró, atenta al contrato y escuchandolo. —Cuando tu madre se fue del hotel yo caí en una profunda depresión, estaba esta voz en mi cabeza que me mantenía dócil, me lastimaba y deje de luchar, nada más me importaba.— Charlie siguió de espaldas queriendo dejar que su padre le contara aquello que nadie más sabía. Que sanara.

La Princesa del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora