01 Ganamos

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—Oh por dios Vaggie, realmente ganamos.

La princesa no podía dejar de exhalar emocionada, con el hotel construido desde las cenizas la noche de celebración pasó amena la mayor parte del tiempo, contando anécdotas de Sir. Pentius, a las cuales Cherry Bomb escuchaba realmente interesada aunque intentará negarlo.

Husk se encontraba moderadamente cómodo, sobre todo teniendo en cuenta que con la llegada de Alastor significaba qué aún seguía teniendo esa correa, dejando que Angel Dust se pegara demasiado a su costado mientras se emocionada contando algo.

Lucifer a menudo respondía irónicamente a los comentarios mordaces de Alastor, parecía que en cualquier momento se libraría alguna batalla por ver quien preparaba el mejor cordero ahumado.

Niffty era Niffty como ya es costumbre.

Y observando en silencio Vaggie se encontraba recargada en el pecho de su novia, mientras la rubia animadamente comentaba y reía de las ocurrencias de Angel. Cada tanto Vaggie sentía un beso en su coronilla qué la hacía sonreír y pegarse más al cuerpo de su novia, mientras sentía la mano derecha de Charlie en su cadera. Viendo lo animada qué se encontraba su novia Vaggie se encargaba de cortar pedazos de pastel y ofrecerle a Charlie en todo momento, algo que empezó como un gesto tierno fue recompensado con un beso, cosa que hizo que Vaggie continuará con ello, y Charlie, por supuesto, sabiendo lo que su novia estaba haciendo no la hacía esperar y le daba su merecido beso.

Al final, la noche concluyó de una agradable manera y todos se retiraron a sus cuartos. Incluso Charlie insistió y le aseguró a Cherry qué tendría su propia habitación en el hotel así decidiera quedarse o no.

De regreso a este momento, Charlie seguía caminando de un lado a otro por toda la habitación, emocionada por lo que haría a continuación, mientras que Vaggie ya con su camisón para dormir se encontraba en la cama recargada en la cabecera oyendo a su novia con una sonrisa mientras revisa algo en su teléfono.

—¡Estoy tan emocionada, Vaggie!

—Lo se amor, pero mañana tendremos tiempo para arreglar eso, ahora hay que descansar, fue un día bastante intenso.

—No puedo dormir Vaggie, estoy... estoy...

Y la rubia se cortó dándole la espalda a su novia que se asustó ligeramente. Charlie se sentía emocionada sí, pero había algo más en su interior, algo que picaba de manera intensa y ardiente qué sólo iba en aumento.

—¿Charlie? ¿Amor, está todo bien?

La voz de Vaggie la sacó de su fugaz momento de disociación. Se giró lentamente viendo a su novia en la cama, con un ceño preocupado e hincada con un pie abajo, al parecer estaba considerando acercarse a Charlie antes.

La vista frente a ella en lugar de calmar esa ardiente sensación solo logró aumentarla. La vista de Vaggie en su camisón siempre le ha parecido sensual, cada parte del cuerpo de su novia le parece sensual, incluso con su traje formal Charlie nunca tiene suficiente de mirarla.

Sus muslos tan apretables, su cadera, su cuello en el que siempre le gusta esconderse, su abdomen y su rostro. Vaggie producía en Charlie un deseo enorme de amor, cariño, ternura y protección, pero también generaba pasión, excitación, posesividad y deseo.

Y eran esos sentimientos los que ahora gobernaban a Charlie, sin evitarlo sonrió casi mordazmente, como un depredador viendo a su presa. La reacción en Vaggie fue instantánea qué inclinó la cabeza ligeramente confundida por el cambio tan radical en su novia.

—¿Amor?

Charlie ni siquiera lo intentó, no intentó calmar esa sensación, sabía lo que se avecinaba, pero algo sin duda fue diferente, nunca se sintió así de fuerte.

La Princesa del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora