21 Llegada

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La pecadora mordio con fuerza su nudillo en la mano izquierda sacando un poco de sangre debido a sus afilados colmillos, el dolor que sentía ahora en su hombro era terrible y la sangre que resbalaba hasta perderse en las acolchonadas sábanas hacía que su aroma sensible captara perfectamente el olor metálico. Apretó su pluma con la mano derecha y abriendola con sus ágiles dedos tomó el cartucho levantándolo a la altura de sus ojos para verlo completamente vacío.

Gruño suavemente sabiendo lo que debía hacer ahora y odiándose a cada segundo. Su cuerpo demandaba dormir, cerrar los ojos y descansar para que así su cuerpo pudiera curarse pero si lo hacía sabía que el precio a pagar era demasiado grande y uno que no estaba dispuesto a pagar. No se arrepentía por estar en su situación actual por salvar a Stern, ella sin duda lo haría otra vez, lo que realmente odiaba era que perdería lo último que le quedaba de su vida humana, de su hermana.

Aquel trato que hizo Erdnuss con ese dios de nombre desconocido era realmente Mictlantecuhtli. Un dios tan antiguo como la misma tierra mexicana, el gran señor de las sombras no solo es dios de la muerte sino también es conocido como dador de vida. Era sabido que había humanos cuyo final esperaban fuera el Mictlán, una leyenda que se convirtió en mito y finalmente en un cuento para los niños.

Erdnuss durante 2 años rezo a Dios, a Cristo, a los Santos y a la Virgen, ninguno acudió a su dolor, frente ellos fue castigada y sometida con apenas 10 años. Cuando cumplió 12 años entendió que ninguno de estos supuestos dioses con los que constantemente era castigada vendría ayudarla pero aun así ella siguió rezando, pidió y lloró a cualquier otro dios que la escuchara. Cuando cumplió 17 años, alguien finalmente contestó a sus lamentos.

🎶—Danza a Mictlantecuhtli [REMAKE HQ]

Un ser apareció en sus sueños y con su voz hizo que el dolor en su cuerpo desapareciera, el Dios le ofreció el perdón y le explicó que en el momento que fuera ella sería bienvenida a su reino para finalmente dejar de sufrir. Erdnuss agradeció fervientemente la propuesta pero ella no podía aceptar, antes debía asegurarse de que su hermana no pasará por el mismo dolor que ella, debía asegurarse que esos hombres y mujeres que decían "curarla" del pecado fueran castigados.

Mictlantecuhtli reconoció su valentía y le concedió un regalo.

En el sueño de la pecadora se comenzó a escuchar un tambor, instrumentos de viento y percusión. Un frio helado la recorrio y todo se pinto de negro escuchando una combinacion de lamentos humanos y animales. La pecadora aun en sueños se vio rodeada de una gran niebla a sus pies y todo se oscureció, el ruido cada vez era más fuerte y retumbaba en su pecho, sintiendo su corazón acelerarse un escalofrío recorrió su columna.

Luego nuevamente esa voz que no podría describir y finalmente sobre ella una enorme manta de fuego apareció haciendo que ceniza volara a su alrededor. El Dios le dio la habilidad de no sentir el dolor y convertirlo en energía y poder de curación que resguardo en su sangre. Cada herida que ella sufriera su sangre misma se encargaría de curarla por completo, pero para ello la curación tomaría su tiempo y dependiendo del lugar en que fue lastimada y la gravedad de la misma decidiría su destino. Si la herida dañaba algun organo vital podía morir antes de poder curarse por completo.

Erdnuss se sintió agradecida e intentando no abusar de la amabilidad y misericordia del dios pidió un solo favor. Poder tener una herramienta que le permitiera ocasionar dolor y sufrimiento a sus enemigos, una herramienta que pudiera utilizar para defenderse y salir libre de toda culpa. Mictlantecuhtli le advirtió que la única forma de entrar a su reino era por una muerte natural, que la venganza la llevaría al infierno del que nunca podría escapar. Erdnuss aceptó que sí ese sería su castigo se aseguraría de morir después de matar a todos sus victimarios.

La Princesa del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora