20 Herida

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Era muy temprano por la mañana después de la gran sesión de baile y canto en el hotel cuando Charlie despertó a todos muy emocionada. En una hora tenía a todos en la sala visiblemente adormecidos y aún usando pijamadas, a excepción de Alastor que estaba bien vestido y Engell que se había sujetado el cabello pero aún usaba su pijama debajo de una fina bata de seda.

Stern seguía dormida. Charlie saltaba en su lugar con Vaggie sentada en un sofá soportando el dolor de su cadera, su novia sin duda la había "castigado" por bailar de forma tan indecorosa con Erdnuss cosa que disfruto demasiado. La última en aparecer por las escaleras con un short de pijama y una blusa sencilla fue Erdnuss con un cepillo de dientes y los ojos cerrados, caminaba como sonámbula siendo detenida por el hombro por Engell cuando llegó a la sala.

—Se que es muy temprano pero tuve una increíble idea para una nueva lección de amistad, se que ayer sin duda compartimos y convivimos mucho pero hay que seguir trabajando.— exclamó feliz la princesa y dirigiéndose únicamente a la última pecadora en llegar al hotel que seguía con los ojos cerrados y limpiaba sus dientes con flojera. Charlie continuó. —Y debo agradecerte Erdnuss por lo de ayer, estoy emocionada de ver cómo te desenvuelves en la actividad.

La pecadora asintió con una sonrisa sin dejar de mover el cepillo de dientes y los ojos cerrados causando una mirada enternecida de Engell y divertida del resto.

—Oye perra, ya despiértate.

—Estando viva no me levantaba temprano a menos que me obligaran con una cubeta de agua fría, créeme que no voy a comenzar ahora.— respondió con una sutil sonrisa y tomando el cepillo en mano continuó. —Además, una pequeña diablilla me fue a sacar de mi cama anoche, no creí que tuviera que volver a dormir en el suelo estando muerta.— dijo flexionando su espalda escuchando sus huesos tronar, finalmente Erdnuss abrió los ojos y miró a la rubia. —Me alegro que así sea princesa, pero no creo poder participar, tengo una cita...

—¿Qué?¿Tan pronto?¿Con quién?

Erdnuss miró a Engell con su cepillo en la boca y las orejas echadas hacia atrás, la pecadora tenía el ceño ligeramente fruncido y los brazos cruzados. Aclarándose la garganta dijo.

—Con Odette y Clara pero...

—¿Qué demonios?

—¿Que no eres mucho mayor que ellas?

—¿Con las dos? No creí que fueran de las que le entraban al poliamor.

Erdnuss miró de Engell a Vaggie y a Ángel sin saber que decir, todos la miraban como si hubiera dicho una gran locura. Aclarándose la garganta dio un paso hacia atrás y tragando la pasta de dientes haciendo una mueca continuó.

—No es una cita en plan romántico, ayer hablé con ellas, con Carmilla y Rosie, les pedí que me enseñaran el círculo del orgullo y me dijeran cómo funciona el infierno y ellas accedieron.—  comenzó la pecadora notando rápidamente el cambio en el ambiente, Engell incluso se había volteado ligeramente avergonzada. —Ustedes son muy raros, cuando alguien dice cita no siempre es en plan romántico.

—¿Realmente estás interesada en convertirte en una overlord?

—Es eso así...— Antes de que Erdnuss pudiera contestarle a Husk frente a ella se colocó Alastor haciendo que la pecadora se congelará por su cercanía. —Llevo tiempo preguntándome, ¿cómo funciona exactamente esa linda pluma que tienes?— la pecadora permaneció con su cepillo de dientes en la boca y le sostuvo la mirada al overlord. —Anda dime querida, todos aquí somos amigos.

—Lo siento, pero no estoy segura de cómo funciona en realidad.— la pecadora vio cómo la mirada del gran demonio de la radio dejaba sus ojos para ver la dichosa pluma en su oreja y agregó. —Y te voy a pedir que no te acerques a mi espacio personal por favor, mi nariz es sensible y tu...tienes un aroma interesante.

La Princesa del InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora